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Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
7
Western. Drama Circumstantial evidence suggests a first sergeant in a black cavalry regiment has raped and murdered a white girl then killed his commanding officer. When he makes the case look even worse by deserting, an old lieutenant friend is sent to get him back - and finds himself also quelling an apache uprising. The lieutenant then volunteers to defend the sergeant in court, where the full story starts slowly to emerge.
Language of the review:
  • es
February 12, 2010
71 of 76 users found this review helpful
Cuando un cineasta atesora en su haber obras maestras por doquier resulta absolutamente lógico y normal que también cuente con alguna que otra peli que no esté a esa misma altura e incluso -por qué no decirlo- con algún que otro pufo.

A John Ford, sin embargo, no le conozco ningún pufo. Todo lo más, pelis que no alcanzan ese grado de perfección y de trascendencia que sí poseen “Las uvas de la ira”, “El hombre tranquilo” o “El hombre que mató a Liberty Valance” -por citar sólo tres- y que suelen catalogarse como ‘menores’. Pelis como, por ejemplo, “El sargento negro”. Un correctísimo western cuyo único estigma estriba en haber nacido en el sino de una familia numerosa. La de Ford y su prolífica estirpe de obras maestras.

Por lo demás, “El sargento negro” es -como decía anteriormente- un western muy digno. Un western narrado a base de flashbacks que -bajo el pretexto de un consejo de guerra en el que se juzga a un modélico soldado acusado de violación y asesinato- despliega un duro alegato contra los archiconocidos prejuicios raciales de los colonos yankees hacia la población afroamericana. Todo ello aderezado, obviamente, con dos componentes fordianos omnipresentes e imprescindibles en gran parte de su filmografía: los impresionantes escenarios naturales de Monument Valley y el humor. Un humor administrado con gran eficacia que no solo atenúa el tono dramático o épico de la peli, sino que contribuye -además- a constatar el enorme apego y complicidad que Ford siempre mantuvo con los secundarios que solían explotar ese recurso en la mayoría de sus pelis.

Pero más allá de todo eso, lo que más me ha llamado la atención en “El sargento negro” es la mitificación de la que es objeto el sargento Rutledge por parte de sus compañeros. Una mitificación que Ford escenifica con la apolínea silueta de Rutledge recortándose en el crepuscular horizonte de Monument Valley mientras su tropa le canta aquello de “Buffalo soldiers”. Una de las imágenes más icónicas, sin lugar a dudas, de toda su filmografía. Impresionante.
Taylor
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