Batman begins es una apuesta más por la imaginación. Un director y un guionista de este tipo de films pueden soñar todo aquello que quieran, y esa es la grandeza de la ciencia ficción. Pero muy duramente, aquellos que viven de este género sólo saben organizar ideas. Si fueran capaces de inventar una historia, sería asombroso. La historieta de este hombre murciélago se basa en los cimientos del ala sudeste de la casa familiar. Creo que se podría extrapolar esta carencia a la base moral, es decir: en la película y en la historia en general, han podido fantasear, pero justamente en la parte importante, donde uno más debe ser creativo, donde vale todo, no han sabido más que copiar base moral estadounidense junto a la humanidad de todos sus personajes, que al contrario de ser asombrosos, se convierten en masa informe ya conocida.
La película está bien hecha, entretiene a muchos, y además tiene un trabajo laborioso, pero la originalidad debería ir más allá de los fuegos artificiales. Es la pena de la ciencia ficción, que todos copian la conocida ciencia, pero muy pocos hacen ficción.