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Costa Rica Costa Rica · Me encantan las galletas
Javier Moreno rating:
8
Animation. Drama. Comedy One day, 8 year-old Mary chooses a name from the New York phone directory at random, that of Max, and writes him a letter. Max is a lonely 44 year-old man who has no friends. A correspondence grows between the two of them over the years, with Max coming to offer Mary advice about how to deal with life and Mary being Max’s one and only friend.
Language of the review:
  • es
November 2, 2012
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El cuento de Adam Elliot, ganador de un Oscar en 2003 por su cortometraje de animación "Harvie Krumpet", trata de la amistad y de la sensación pesimista de no encajar en el terreno social de convenciones heredadas.

Se presenta con texturas tiernas, mundo de plastilina, y un tono sombrío en todas sus escenas. Reclama un lugar para los "olvidados" de este nuevo mundo que, esto es opinión personal, ya muere y agoniza en sus grandes ciudades. La descripción de los personajes encuadra en el humor negro y agridulce por retratar caracteres desequilibrantes, mejor que desequilibrados.

Es, sin embargo, la banda sonora, en sus escasas apariciones, la que ofrece brotes de esperanza casi invisibles en un mundo marrón cercano al suicidio. Nuestros amigos, Mary en Australia y Max en Estados Unidos, traban una amistad bajo el romántico enfoque del envío postal, su precariedad y su inestimable espera. Ella es una niña enfrascada en su desdicha estética y familiar; él, un inclasificable neurótico (luego descubrimos su síndrome) que afronta cada carta con curiosidades tan graciosas como tristes.

El chocolate y su serie favorita de televisión serán los puntos de anclaje para una más profunda relación que se desarrollará durante toda la vida de Mary. Encontrarán dificultades y locuras que harán de sus desencuentros los causantes del ritmo de sus vidas. Ellos darán sentido al paso adelante que les permita seguir viviendo, exactamente lo mismo que nos sucede como espectadores, que aguardamos sus palabras y lloramos y sonreímos.

Tristeza y moralina se mezclan oscureciendo la narración y acabando con la creencia de encontrar color (además del pompón) en toda la duración de la película. Max tiene un amigo invisible al que, según su psiquiatra, ya no necesita. Se sienta, su amigo, en un rincón y lee. En su libro leemos: "I'm Ok, you're not".

La historia resulta entrañable aunque hemos de dar algunas concesiones como su repetición narrativa y la montaña rusa a la que nos vemos sometidos para solventarlo. La relación entre palabras y seres, entre letras y sentimientos, se incrementa en cada carta y cobra fuerza el poder de la escritura, cosa que me encanta. Es entonces cuando vemos juegos del lenguaje y una lista de palabras favoritas. Mis palabras favoritas son: "ignominioso", "tetas", "grumete", "palangana", "mequetrefe"... ¿Y las tuyas, son igual de divertidas? La palabra favorita de Cela era "almorrana" pero sólo por motivos fonéticos.

El juego en el que nos embarcamos resulta doloroso y real, tanto como un transcurso de decisiones y acontecimientos. "Vida humana" es una buena manera de llamarlo. Y las referencias que me vuelven a la memoria son la activa aportación de Philip Seymour Hoffman en el personaje de Max y, sobre todo, la obra de Helene Hanff "84 Charing Cross Road" que tuve la suerte de disfrutar en su versión teatral a manos de mi adorada Isabel Coixet. Historias paralelas bien acabadas que se disfrutan por igual.

Los familiares nos vienen dados, pero aún podemos elegir a nuestros amigos.

Noviembre es un buen mes para ver esta cinta. Escojan un sofá amplio y un gran edredón que compartir, llueve afuera.
Javier Moreno
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