Lo siento pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio.
Yo no quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todos si fuera posible, judíos y gentiles, blancos y negros.
Tenemos que ayudarnos los unos a los otros, los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos, la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres.
El camino de la vida puede ser libre y hermoso. Pero lo hemos perdido.
La codicia ha envenenado a las almas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado a la miseria y a las matanzas.
Hemos progresado muy deprisa pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo que crea la abundancia nos deja en la necesidad.
Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos.
Nuestro inteligencia duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco.
Más que máquinas, necesitamos humanidad. Más que inteligencia bondad. Sin esto la vida será dura.
Ahora mismo mi voz llega a millones en el mundo, millones de desesperados, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a inocentes.
No desesperéis, la desdicha que padecemos es la pasajera de la codicia de hombre que se niegan a seguir el camino del hombre .
El odio de los hombres y los dictadores caerán y el poder que le quitaron volverá al pueblo.
Y así mientras el hombre exista la libertad no perecerá.
Soldados no os rindáis a esos hombres, que os ceban, os tratan como a ganado y cómo carne de cañón.
No son hombres, son máquinas, con cerebros y corazones de máquinas. Vosotros no sois máquinas, no sois ganado. Lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones.
Solo los que no aman odian.
No luchéis por la esclavitud sino por la libertad.
EN el capítulo 19 de san Lucas se lee: el reino de dios está en el hombre. No en un hombre o un grupo, sino de todos los hombres.
Nosotros el pueblo tenemos le poder, el poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad.
Luchemos por el mundo de la razón, luchemos para liberar el mundo, para derribar barreras, para eliminar la codicia, el odio y la intolerancia.
EN NOMBRE DE LA DEMOCRACIA UNAMONOS TODOS.


-Charlie Chaplin, el gran dictador-


No se me ocurrían palabra mejores para hablar de una obra maestra de la que tanto se ha hablado.
Si vosotros tenéis corazón, si tenéis conciencia, entonces debéis verla.

Es excelente en cada punto, fotografía, actuaciones, escenografía, en resumen TODO.
Las 3 horas que dura se pasan volando.