"Breaking Bad" es una historia espectacular, un poco lenta y difícil de enganchar al principio, pero poco a poco va mimando, te va atrapando y finalmente te aprisiona en forma despiadada y sin posibilidad de escapar. Puede que empiece aburriendo, pero si lo piensas de manera comprensible, te tiene que aburrir al principio... Vida aburrida de un profesor de química santo, con su mujer santa y todo santísimo y monótono. Y por eso digo que engaña, a medida que llega la corrosión y la osuridad llega lo interesante. Te empieza a interesar, te va enganchando poco a poco, hasta que te atrapa del todo.

A Walter White le es diagnosticado un cáncer de pulmón. Hastiado de su insulsa vida de profesor de química y habiendo perdido un brillante futuro en el mundo de la química, se ve sumergido en la trampa del tráfico de drogas, la única meta es conseguir dinero para mantener a su familia para cuando no esté. Para ello, necesita la ayuda de un antiguo alumno suyo que está metido en el “mundillo”, Jesse Pinkman. Eso es "Breaking Bad", una adicción. Porque estamos hablando de la mejor droga de todas, pero tu eres el que está más enganchado a ella que el propio drogadicto. Porque aunque Walter y Jesse sean solo los encargados de hacerla, les cuesta más dejarla que a sus clientes. Porque aunque estos no prueben ni su producto, van cambiando más de personalidad que el que lo hace. Porque empieza siendo blanca y acaba siendo negra. Porque la droga es todo en esta serie. Y la serie funciona exactamente igual que la droga, al principio no parece para tanto, aunque no tardas en ver que te va gustando, hasta que poco a poco vas cayendo ante sus efectos y finalmente ves que la necesitas. Porque aunque las primeras temporadas son muy buenas, la cuarta y la quinta son sublimes.

Creo que la trama tiene sus altibajos como toda serie, pero contiene algo que pocas tienen, una capacidad para mutar y sorprendernos todo el tiempo, y lo mejor de todo con un humor ácido o negro, más allá de la moral implícita en cada acto de nuestros protagonistas. Contiene violencia de alto voltaje que demuestra fielmente lo que es moverse dentro de este ambiente. Y contiene gran expectación por lo que vendrá de una manera genial. En términos generales la trama es increíble, seduce de manera efectiva, y prevalece la creatividad y la intriga a lo largo de la serie. La fotografía es muy buena, visualmente es muy atractiva, con grandes paisajes y un vestuario impecable. Los ambientes y las escenas son realistas en donde se desarrolla la trama. En cuanto a los efectos visuales y el sonido están acordes a la magnitud de la serie, aportando realismo y tensión a lo largo de toda la serie.

Las actuaciones son inmejorables, Bryan Cranston como Walter White, el cual hace la actuación de su vida. De hecho tiene unos cuantos Emmys prueba de ello, gracias a su Señor White. No puedo quitarme de la cabeza, esa imagen de “Heisenberg” con su negro sombrero como si fuera una terrible amenaza. Su personaje sufre tantos cambios, que uno no sabe si es un hombre normal o un temido narco. Su cara no parece la misma, en el comienzo de la primera temporada según va avanzando la serie, no puedo reconocer donde se pasó al lado oscuro. Va mutando de una manera pocas veces vista antes, es docente, calculador, pragmático, pensante y analítico. Tiene una serie de frustraciones sin resolver a lo largo de su vida. La enfermedad y la codicia le quitarán su bien más preciado. Sin duda, uno de los mejores personajes que he visto jamás. Aaron Paul como Jesse Pinkman está brillante. Tiene un lado depresivo y extremista debido a su consumo excesivo de drogas. Es sensible, autodestructivo, rebelde y no piensa mucho las cosas. Me parece una tremenda mitad para esta historia. Se han convertido en una de esas parejas que no se pueden olvidar tan fácilmente, interpretando unas personalidades que provienen de entornos tan distintos, pero que se complementan a la perfección. Su relación es tan compleja como extraña, han sido chapuzas, gato y ratón, maestro y aprendiz, socios, colegas, enemigos, amo y siervo, competencia, cómplices… Paul le da a su personaje unos matices tan intensos que es muy difícil no sentir por él una cierta compasión imparable o deseos irrefrenables de regañarle. He querido destacar estos dos personajes, porque pienso que marcan la diferencia, pero la mayoría de actores secundarios están fabulosos.

En definitiva, su humor macabro, su gran profundidad, su guión, sus diálogos, y su evolución sin decaer con el paso de las temporadas, por todo eso una vez que te atrapa ya no te suelta. Nunca antes algo tan agobiante se hizo tan ameno y gratificante. La compenetración de los personajes principales Walter White y Jesse Pinkman es grandiosa, las películas actuales deberían aprender en cuanto a originalidad y profundidad de personajes y guión de este calibre. No solo es puro entretenimiento y acción, es muchísimo más, es una fiel y realista metáfora sobre la vida. Hay una escena en uno de los primeros capítulos en la que Walter escribe en una pizarra los minerales que conforman el cuerpo humano: hierro, calcio, potasio, magnesio, etc, con sus correspondientes concentraciones, y cuando ya ha terminado se queda mirando, pensativo, y se dice a sí mismo: "debe de haber algo más" pues eso es Breaking Bad, mucho más que química.