Con las mejores intenciones y un reparto de protagonistas destacado, el director alemán Robert Schwentke, quien suele entregar piezas al menos interesantes, da vida a la adaptación cinematográfica de un cómic que promete más de lo que finalmente cumple.

Si bien hay largos tramos donde el film "RED" (2010) insinúa no sólo acción, sino un trama bien elaborada, poco a poco se aprecian vacíos los cuales se suman y van dejando brechas que entorpecen el producto final. El despliegue de violencia que suele acompañar las evocaciones de aventuras gráficas es bien llevado por los actores, quienes en sus respectivos papeles parecen disfrutar cada secuencia, pero el tema es que todo lo anterior debe tener un sentido y es en ese punto donde la cinta queda algo desprovista.

Así y todo, el desarrollo de la historia en su núcleo es entretenida y en ello -junto al elenco- está su principal virtud. Cuesta creer sin embargo que cuando Bruce Willis encarna a John McLaine en "Duro de Matar" y hace gala de su humor negro e irónico no haya explotado esa veta en esta pasada. Ese sello del calvo actor es su firma en la saga y aquí tenía todo dispuesto para darle curso. Quizás el director para marcar diferencias optó por separar aguas con el icónico personaje del policía rebelde de Los Ángeles restándole esa característica. En ese caso, el casting está mal hecho.

En referencia al argumento original, las adaptaciones siempre generan comentarios. Puede ser doloroso para los puristas ver la oscuridad de las páginas de la historieta de Detective Comics convertida en una magazinesca historia de comicidad y acción, pero es el precio de las versiones en cine, que claramente buscan otros fines (y públicos) que las revistas de hace unas décadas.

En esa medianía de aguas, entre acción desenfrenada y juegos de humor a medias, "RED" finalmente engancha pero de manera tenue, sin poder golpear al mentón con un juicio rotundo y con tintes de vacío que incomodan al espectador para poder captar la historia. En su guión, por ejemplo se otorga poco tiempo para dar credibilidad a la parte antagonista lo cual -pese al empeño- le quita mucho mérito a los protagonistas.

Las alusiones a la vigencia pese a los años o la nueva y redescubierta vejez son tan obvias que están de más. Sólo queda esperar que los yerros sean mejor tratados la siguiente vez que se cuente con tantos medios de modo que no se obtenga tan poco en el saldo.

Rrecomendación:
Con gusto a poco. Diera la impresión que se pudo pulir mejor la historia, definir mejor el humor y faltó tiempo para profundizar los antogonismos.