No se puede valorar demasiado algo en donde:
- No aparecen las pirañas gigantes del final de la primera, cuando eso podría haber dado mucho más juego.
- El gore es mucho menos intenso, y además está bastante mal hecho.
- Las pirañas juegan con todas las zonas erógenas del cuerpo humano. Salen de vaginas, comen culos y muerden penes.
- Invitan a Gary Busey y Christopher Lloyd para hacer el tonto a base de bien.
- Sale David Hasselhoff diciendo literalmente "esto sí que es tocar fondo". Y de hecho es así, en la infinitamente estúpida parodia de "Los vigilantes de la playa" que hace aquí.
- Aparece otra vez Ving Rhames, diciendo que se puede pagar las armas con todo lo que se ahorra en calcetines (el que la vea lo entenderá, y tendrá ganas de arrancarse las orejas oyendo eso).
Es una película extraordinariamente mala, principalmente por la manera tan patética que tiene de intentar ser graciosa, en lugar de hacer un entretenimiento gore como era la primera. Odio las malas comedias que dan más ganas de llorar que reír, pero en este caso el nivel cómico es tan ínfimo que consiguen que nos arrepintamos de haber perdido 82 escasos minutos que se hacen larguísimos.