No han tratado muy bien los años a esta película. Se le notan las costuras.
Pero le doy el aprobado porque soy fan de Stephen King y hay adaptaciones mucho peores que esta. También me gusta más de la cuenta porque la vi de pequeño y tiene ese cierto halo de nostalgia de los 80. Creo que si la hubiera visto por primera vez hoy en día (2020), seguramente otro gallo cantaría con mi opinión.
En el reparto podemos encontrar al clásico Gary Busey, a “Locke” de “Perdido” cuando todavía tenía pelo, y al de “Hellraiser” también.
El film estira un relato muy breve, sacando cosas de donde no hay para llegar a durar 90 minutos de terror de no muy buena factura (el momento del bate y el del sueño en la iglesia pueden echar mucho para atrás), pero sí entretenido.
El bicho no se deja ver entero creo que en ningún momento. Solo le vemos a ráfagas, no sé si para que nos lo imaginemos, o simplemente por la falta de presupuesto del disfraz. No es que sea de carnaval, pero la verdad es que los de “Aullidos” de 1981 estaban bastante mejor hechos.
Me resulta muy original que el protagonista sea un niño discapacitado, que pocas opciones parece tener frente a esta criaturilla de la noche.
Miedo no da mucho, ni azul ni de ningún otro color. ¿Quién será el lumbreras al que se le ocurrió poner este título en la distribución en España?
Solo sirve para echar un rato de nostalgia recordando viejos tiempos, y creo que hay que ser muy seguidor de King (como yo lo soy) para darle el visto bueno a esta producción de serie B.