Al igual que a Anthony Hopkins estuvieron muchos años dándole papeles que parecían clones de Lecter, el "marshal" que persiguió al doctor Kimble estuvo años siendo a su vez perseguidor de huidos de la justicia en varias ocasiones.
Esta vez va detrás de Benicio del Toro, que hace de un soldado al que se le va la pinza y se pone a matar a todo el que pilla en el bosque. Diría que el de Puerto Rico hace un papel de psicópata que supera al trabajo de Jones. Solo por eso ya merece la pena verla.
La dirección es buena. El tal Friedkin se sabe desenvolver en muchos géneros, aunque nunca se quitará la fama de ser el que hizo la que todo el mundo asocia a su nombre.
El ritmo es aceptable, aunque el desarrollo argumental suena a cosas ya vistas (como "Acorralado" por ejemplo) y no llega a ser una película que tenga ninguna escena memorable o algo que la haga destacar de la calidad media del cine de persecuciones y acción.