Bourne y su novia han conseguido huir del pasado y viven tranquilamente en un pueblo perdido de la India. Pero sus enemigos, empeñados en borrarle del mapa a toda costa conseguirán encontrarles.
Así comienza la segunda parte de esta estupenda saga. Todo es continuista. La historia creo que no se puede entender bien sin tener fresca la película anterior. El mismo tipo de acción y trama. Aparece el nuevo personaje de Pamela Landy, que duda de las motivaciones de estos corruptos agentes de la CIA y es el único apoyo del protagonista dentro de la Agencia.
Genial el papel de Brian Cox como malvado jefe de inteligencia.
A destacar la persecución en Moscú, que aún siendo de un estilo completamente distinto no tiene nada que envidiarle a las películas del más famoso agente británico.
La buena mano de Paul Greengrass le sienta muy bien a la saga. Desgraciadamente la cámara se mueve demasiado en las escenas de acción, algo que no me agrada aunque no llega a desmerecer el conjunto final.