Este actor hacía comedias de corte similar con su particular sentido del humor, durante su relativamente corto periodo de fama. Veo en su ficha que sigue trabajando, pero desde luego ya no tiene el relativo éxito de cuando hizo esta.
Aquí le vemos cambiando de cuerpo con Rachel McAdams, actriz que le da cien vueltas actuando, aunque claro, el protagonista es él y no ella.
Va en la línea de la filmografía de este cómico, y si te hace gracia, pues bien, da para un ratillo entretenido.
El argumento es una chorrada total, pero tiene momentos bastante divertidos, como el “cameo” de Adam Sandler, la guerra de almohadas o el baile en la discoteca a ritmo de Christina Milian. Esas escenas me han hecho reír.
Rob Schneider da para lo que da, y nadie se puede esperar otra cosa. A mí me divierte lo suficiente, así que le doy el visto bueno.