Esta magnífica versión de la popular zarzuela "La Verbena de la Paloma" tiene el mérito de reflejar muy bien el aire de una noche del caluroso verano madrileño y el ambiente en las corralas, en las tabernas que se vacían mientras todos se dirigen a la verbena...

Además de transmitir una alegría de vivir y un cariño hacia sus personajes que hace que sea difícil no dejarse llevar por una corriente de optimismo y de amor por el llamado "género chico", que recordemos que se llamó así no porque su calidad artística fuera inferior a ningún otro, si no por su breve duración (un acto, en este caso).

El reparto es magnífico: Concha Velasco es una actriz competente en casi cualquier género y aquí se puede encontrar su mejor labor como cantante. Por cierto que puede presumir, con razón, de su versión de la soleá "En Chiclana me crié".

Por su parte Milagros Leal (madre de Amparo Soler Leal) compone una de las mejores "Tía Antonia" del cine y se luce, al igual que Mercedes Vecino, una inolvidable "Señá Rita".

Vicente Parra compone muy correctamente un Julián que sufre y cae bien pero, aunque su labor como actor es admirable en este título, le faltaba voz para representar una zarzuela.

Pero también en este título hay un capítulo de contras, entre los que yo contaría el prólogo y sobre todo el horrible epílogo "modernos".

Que si el primero puede tener su gracia (con su oda al motocarro), el segundo es anti climático y le resta muchos puntos a la película.

En definitiva, un título muy recomendable para los amantes de la zarzuela (que no esperen encontrar a grandes cantantes líricos en su plantel, eso sí) y para los que quieran acercarse sin prejuicios a un genero muy denostado.