En mi defensa diré que me crucé con ella por televisión, recién empezada, y me quedé sólo porque estaban en España. La presencia de Bruce Willis ya me avisaba de que no iba a ser un peliculón. El primer cambio de plano me lo confirmó.

Sí, "La fría luz del día" no es una película objetivamente buena, pues está plagada de absurdeces, inverosimilitudes y otras tonterías propias de las chapuzas, como una realización de un mal gusto espantoso y unos diálogos para cortarse las venas, pero debo reconocer que me entretuvo. Incluso tiene un par de escenas de acción muy logradas. A mí me tuvieron pegado. Las acusarán de increíbles, como si las de Tom Cruise o Dwayne Johnson no lo fuesen.

Con respecto a lo poco cuidadosos que son el callejero de Madrid he leído un montón de críticas. A ver, ¿Qué más da que hagan pasar Atocha por Puerta del Sol? Es claramente un recurso estilístico, ¿O creéis que las películas que suceden en París o Nueva York se ciñen a cada una de las calles?

A su favor también diré que Bruce Willis no dura mucho, así que nos quedamos con un correcto Henry Cavill, una fresca Verónica Echegui y una Sigourney Weaver erigiéndose como una villana de acción memorable. Dentro del pastel en el que estamos, claro, que hay que tener presente que esto es un pasatiempos tosco y vulgar, pero como tal, "La fría luz del día" funciona. Las cosas como son.