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8
7.9
8,915
Film noir. Mystery. Drama
Screenwriter Dixon Steele, faced with the odious task of scripting a trashy bestseller, has hat-check girl Mildred Atkinson tell him the story in her own words. Later that night, Mildred is murdered and Steele is a prime suspect; his record of belligerence when angry and his macabre sense of humor tell against him. Fortunately, lovely neighbor Laurel Gray gives him an alibi. Laurel proves to be just what Steele needed, and their ... [+]
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- es
May 1, 2011
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Film de cine negro que funde drama, intriga y romance, realizado Nicholas Ray (1911-1979). El guión, de Andrew Solt, se basa en la adaptación elaborada por Edmund H. North de la novela “In a Lonely Place” (1947), de Dorothy B. Hughes. Se rueda en escenarios naturales de Beverly Hills, L.A., Hollywood y West Hollywood y en los platós de los Columbia Sunset Gower Studios (Hollywood, L.A., CA). Producido por Robert Lord y Henry S. Kessler para Santana y Columbia Pictures, se estrena el 17-V-1950 (EEUU).
La acción dramática principal tiene lugar, en términos de presente (1949/50), en Hollywood y alrededores, donde se ubica el inmueble Beverly Patio Apartments, que acoge las viviendas de Dixon “Dix” Steele (Bogart) y Laurel Gray (Grahame). Dix es un guionista del montón, desilusionado, débil, neurótico, amargado, inestable, violento y autodestructivo. Ella es una mujer muy atractiva, acaba de salir de una experiencia fallida de vida en pareja, desea pasar desapercibida, es miedosa y buena mecanógrafa.
La obra trata diversos temas de fondo que le proporcionan interés, vigor y riqueza de matices. A parte de una discreta alusión a la caza de brujas que tiene lugar en el mundo del cine americano en aquellos momentos, compone un retrato crítico y desmitificador de Hollywood, donde Ray nunca se sintió cómodo y a gusto. Denuncia la lentitud de la policía. Desarrolla una sólida exploración de la incomunicación, la desconfianza, la violencia y el fatalismo, en el marco de un análisis penetrante y lúcido de la condición humana. Como es habitual en las obras del realizador, el film incorpora una visión impetuosa, trágica y apasionada del amor y del drama de la vida humana.
Los diálogos son breves y rotundos, especialmente los que se ponen en boca del protagonista, que ocupa el centro de atención y es el factor que impulsa el desarrollo de la acción. La obra está impregnada de un estilo realista y verista, que imprime a la historia dramatismo y la lleva a mostrar algunas de sus manifestaciones, como el alcoholismo, celos, ira, furia, insolidaridad, egoísmo, arranques homicidas, exclusión social, venganzas, etc. Los mayores niveles de tensión corresponden a dos secuencias, bien diseñadas y mejor montadas, de la segunda parte del film, la del coche lanzado a la carrera y la que se ve interrumpida por una llamada telefónica del teniente de la policía. Ambas, de un elevado dramatismo, aportan los que posiblemente son los mejores momentos de la cinta. Las interpretaciones de Bogart y de la seductora Grahame, entonces esposa de Ray, son admirables.
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La acción dramática principal tiene lugar, en términos de presente (1949/50), en Hollywood y alrededores, donde se ubica el inmueble Beverly Patio Apartments, que acoge las viviendas de Dixon “Dix” Steele (Bogart) y Laurel Gray (Grahame). Dix es un guionista del montón, desilusionado, débil, neurótico, amargado, inestable, violento y autodestructivo. Ella es una mujer muy atractiva, acaba de salir de una experiencia fallida de vida en pareja, desea pasar desapercibida, es miedosa y buena mecanógrafa.
La obra trata diversos temas de fondo que le proporcionan interés, vigor y riqueza de matices. A parte de una discreta alusión a la caza de brujas que tiene lugar en el mundo del cine americano en aquellos momentos, compone un retrato crítico y desmitificador de Hollywood, donde Ray nunca se sintió cómodo y a gusto. Denuncia la lentitud de la policía. Desarrolla una sólida exploración de la incomunicación, la desconfianza, la violencia y el fatalismo, en el marco de un análisis penetrante y lúcido de la condición humana. Como es habitual en las obras del realizador, el film incorpora una visión impetuosa, trágica y apasionada del amor y del drama de la vida humana.
Los diálogos son breves y rotundos, especialmente los que se ponen en boca del protagonista, que ocupa el centro de atención y es el factor que impulsa el desarrollo de la acción. La obra está impregnada de un estilo realista y verista, que imprime a la historia dramatismo y la lleva a mostrar algunas de sus manifestaciones, como el alcoholismo, celos, ira, furia, insolidaridad, egoísmo, arranques homicidas, exclusión social, venganzas, etc. Los mayores niveles de tensión corresponden a dos secuencias, bien diseñadas y mejor montadas, de la segunda parte del film, la del coche lanzado a la carrera y la que se ve interrumpida por una llamada telefónica del teniente de la policía. Ambas, de un elevado dramatismo, aportan los que posiblemente son los mejores momentos de la cinta. Las interpretaciones de Bogart y de la seductora Grahame, entonces esposa de Ray, son admirables.
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La banda sonora, de George Antheil (“Orgullo y pasión”, Kramer, 1957), ofrece melodías de acompañamiento y animación, líricas y dramáticas, de cuerdas y viento. Destacan las largas, pausadas y profundas notas bajas del violonchelo. Añade la canción “I Hadn’t Anyone Hill You”, que canta la vocalista Hadda Brooks. La fotografía, de Burnett Guffey (“De aquí a la eternidad”, Zinnemann, 1953), en B/N, ofrece imágenes de fuerte contraste y se complace en la representación de escenarios nocturnos y obscuros, que tanto agradan a Ray y que repite en sus trabajos. Una parte de la crítica profesional considera que el film, que contiene varias escenas fascinantes, es uno de los mejores de la filmografía de Ray.
La banda sonora, de George Antheil (“Orgullo y pasión”, Kramer, 1957), ofrece melodías de acompañamiento y animación, líricas y dramáticas, de cuerdas y viento. Destacan las largas, pausadas y profundas notas bajas del violonchelo. Añade la canción “I Hadn’t Anyone Hill You”, que canta la vocalista Hadda Brooks. La fotografía, de Burnett Guffey (“De aquí a la eternidad”, Zinnemann, 1953), en B/N, ofrece imágenes de fuerte contraste y se complace en la representación de escenarios nocturnos y obscuros, que tanto agradan a Ray y que repite en sus trabajos. Una parte de la crítica profesional considera que el film, que contiene varias escenas fascinantes, es uno de los mejores de la filmografía de Ray.