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Ireland Ireland · Gijon
pipona rating:
8
Drama It tells the story of Oharu, a 50-year-old woman who suffers the strict conventions of 17th century Feudal Japan. She becomes the lover of a man, but when they are discovered, Oharu and her family are obliged to live in exile.
Language of the review:
  • es
February 18, 2010
6 of 7 users found this review helpful
Empieza a parecer monótono ver una película de Mizoguchi. El tío es perfecto.
En esta ocasión nos deleita con una historia cruel, su protagonista es seguramente la persona más desafortunada de la historia del cine. Cualquier cosa que le sucede durante las casi dos horas y media de metraje son un cúmulo de circustancias nefastas y desgraciadas que alcanzan cotas inimaginables.
Mizoguchi esta vez no se anda con medias tintas. Como en toda la filmografía que he podido disfrutar, vuelve a situar a la mujer como una esclava del hombre, y a este como esclavo del poder, pero en esta ocasión no se anda con rodeos. Con un par de excepciones, todos los hombres que aparecen en pantalla son unos cabrones machistas, codiciosos, y fieles representantes del Japón feudal clasista, e hipócrita.
Oharu, nuestra protagonista, es la viva imagen de la humillación más absoluta. Kinuyo Tanaka, inmortaliza un personaje fascinante, inocente y puro. Cualquier espectador se sentirá cautivado por la elegancia y el temple de una interpretación prodigiosa. Cada gesto, cada movimiento facial, cada mínimo detalle, son ejemplos de una interpretación memorable.

La culpa, como siempre, de Mizoguchi. Un metódico perfeccionista. Un pintor de escenas imborrables, y un neurótico de la puesta en escena. Estoy acojonado con la facilidad que tenía para hacer que la pantalla pareciese un inmenso lienzo. Sin utilizar apenas planos cortos, con un dominio insultante de la iluminación, de la situación y profundidad de campo, su facilidad pasmosa para insertar travellings perfectos y su temple para situar cada pieza en su sitio.
Técnicamente es una maravilla, una película perfecta, sublime. Su único problema, desde mi punto de vista, se encuentra en el desarrollo de su guión.
La historia es demasiado densa, son muchas las situaciones que se suceden sin margen de continuación. No se aprecian apenas las elipsis, por lo que en algunas ocasiones cuesta trabajo ubicar a los personajes y seguir la narración.
En otras palabras, le falta metraje, o le sobra alguna escena, aunque tratándose de Mizoguchi, mejor siempre que sea lo primero. Cada escena suya, y su meticulosidad para crearlas, es un canto a la belleza más verdadera. Y si no solo hay que ver la parte en la que Oharu y sus padres son desterrados, ese plano fijo sobre el puente, esa cámara que desciende para volver a fijarse, a traves del arco, en ese trío que se aleja en la oscuridad, sin destino, con el único abrigo de un inmenso árbol. Increible.
pipona
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