January 2, 2009
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No hay nadie como el señor Cameron para esto del cine de acción. Nadie mejor que él sabe entender lo que el público pide en este tipo de películas y no se aleja jamás del más puro y basto entretenimiento mezclando de forma magistral ingredientes básicos de una película de acción como el humor, las escenas espectaculares o los diálogos cargados de sarcasmo. Y para ello da igual que el argumento sea inverosímil, como el ejemplo que hoy nos ocupa. Al salir del cine no recordarás la mayor parte de la trama, ni falta que hace.
El elenco de actores da la talla. No hay duda de que Cameron acertó de lleno al dar el papel de Terminator al gran Arnold. Quien mejor que el gobernador de California, paradigma de la expresión conocida como “cara de cartón”, para interpretar el papel de un robot que ni siente ni padece, al menos en un principio.
Terminator 2 nos regaló algunas de las mejores escenas de persecución del celuloide. Recordaba por todos es la famosa escena del canal en la que Edward Furlong intenta huir en su vespino del T-1000 con poco éxito hasta que Chuache sale a su rescate. Bueno más que Chuache su doble, al que se puede identificar claramente en la película, más que nada porque es rubio y su parecido con Mister universo se limita a tener unas espaldas como un armario de dos por dos.
Pero si algo nos regaló Terminator 2 son diálogos para la historia. “Sayonara baby” (“Hasta la vista baby” en su versión original) fue considerada entre las 100 mejores frase del cine por la American Film Institute y no es de extrañar.¿Quién no la ha soltado alguna vez entre risas con los amigos?.
Pero mi favorita es la también celebérrima “Ahora se por qué lloráis, aunque yo no pueda”, que cierra una película de acción redonda a la que no le falta de nada.
La recomendaré hasta el día que me muera.Cine con mayúsculas para toda la familia.
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