La inolvidable música de este mítico grupo, es mostrada en escenas surrealistas que plasman los disturbios de un ser humano reprimido desde la tierna infancia. Este filme parece un grito en la oscuridad, que busca ser escuchado por un poder supremo que nos libre de las ataduras de una sociedad corrompida por el poder. Y que tiende su sombra aplastadora sobre el alma humana.
La música una vez más es utilizada como martillo para romper el muro de la monotonía. Para salir de la vorágine de esa sociedad espectral que es el materialismo.
No se necesita estar en un estado alterado de conciencia, provocado por ejemplo, por LSD. Para darnos cuenta que el espíritu humano encarnado busca válvulas de escape hacia la libertad. No hay misterio. La música nos proporciona cierto estado de liberación en este mundo convulsionado. Mundo que es un puente a otro nivel del alma en estado puro. En esencia. Este “largo video clip” como le llaman muchos, y que quizás estén en lo cierto. Será incomprendido por mucho tiempo. Hasta que nuestro ser que razona de manera conceptual en este plano. Haya llegado a un grado de sabiduría, tal, que el muro de la carne no nos limite a nuestra prisión de pesadillas.
Mientras tanto disfrutemos de la música de grupos como Pink Floyd y del talento de gente como el prolífico Waters, el atrevido Parker y el grotesco Gerald Scarface.