La historia es muy buena pero hay cabos que no cuadran. Por ejemplo:
Es inverosímil el exagerado interés que muestra la enfermera canadiense por ese aviador quemado. A menos que se trate de dos almas gemelas que se reencuentran en un nuevo escenario. Pero esto es mera especulación, porque no se explica en la película. El cuerpo del conde magyar reducido a pan tostado, nos da consejos de moralidad al recordar sus pecados, al ser participe de un adulterio, al recordar sus pecados, sus actos de mal juicio. Pareciera que ese cuerpo decadente fuera motivo para una larga telenovela, y no una producción cinematográfica. Creo que hay personas que le gusta el rol de victimas, y otras el rol de poder superior. Da la impresión que entre las quemantes dunas del Sahara y una guerra atroz. El pasado del hombre quema el alma en un fuego que es eterno. ¿Pero a donde va el amor, que calcina el cuerpo con dolor? Extraño tanto la vida en Túnez. Por que mi espíritu aun no trasciende escenarios, personas, eventos. Y la monotonía aún la recuerdo a pesar del tiempo en que viví ese amor prohibido, allá en tiempos de guerra bajo el sol del Sahara.