Gosling sale de ruta con 300 caballos escondidos y enseña la popularidad de L.A., el partido está en juego, cinco minutos de su vida para recoger profesionales, el partido termina y todos somos hinchas del equipo local, un lobo solitario que se gana la vida como especialista, un ser aislado en una historia de amor muda pero aprobable, no es que "Drive" sea una película novedosa, pero mueve el negocio, tiene carisma e introduce en la sociedad, es actúal y a la vez un homenaje de otra década, apenas hay conversaciones por móviles, un justiciero de los 80.

Todo ese silencio inicial va resultando eficaz en el desarrollo, el héroe que no pestañea va añadiendo tensión, el dinero siempre sale a flote en una trama sosprechosa para lo bueno y lo malo, ya que deja una sensación de ser sorprendentemente aconsejable, al tiempo que tiene situaciones poco creíbles, por qué iba la chica en el coche?... se convierte en violenta y agresiva en cada escena y en su mirada enfermiza, desequilibrada, todo a su tiempo, recorre la ciudad hasta parecer llegar a la esquizofrenia, pero es confusa porque la conclusión es que es una historia de cómic.

Las reflexiones van poniendo a los animales contra la pared, la venganza es artística, el choque frontal sin romper los faros para la foto, la resolución de la novia, tu y yo, que nadie espere que "Drive" se basa en el videojuego, se pasan fases, pero más bien cometiendo crímenes, no es de conducción, es la historia de un superhéroe en contra de lo convencional que termina pestañeando.