Seamos honestos, "Mentiroso compulsivo" es una película muy fácil de recomendar o de omitir cuando hablas con una persona, si conoces un poco sus gustos. Igual que ocurre con Jerry Lewis u otros grandes comediantes, tienen la capacidad de genear odios y pasiones, nunca indiferencia.

Pese a los esfuerzos dignos del resto del reparto, estamos ante un show montado para el lucimiento exclusivo del rey de las muecas, el histriónico de los histriónicos, un tipo capaz de levantar carcajadas y ganas de linchamiento a partes iguales. Aunque genial y divertido para sus fans, a diferencia de "Man on the moon" o "El show de Truman", aquí, los anti-Carrey ni siquiera tendrán la satisfacción de ver una obra muy interesante pese al protagonista que no les gusta.

Como particularmente me gusta este actor, sobre todo en su vertiente cómica, "Mentiroso compulsivo" me resulta un agradable pasatiempo, la típica obra que te tragas cuando la ponen a una hora indefinida de la tarde en vacaciones y no hay nada que hacer urgente. Te lo pasas bien con las cabriolas y tampoco te molesta que el bueno de Tom Shadyac haga un esquema que se volverá clásico en los que explotan a Jim en sus producciones sin querer ir un poco más allá:

Situación mala (el tipo miente como un bellaco)-Refuerzo negativo (De repente, sin saber cómo, es imposible que engañe)-Refuerzo positivo (Misteriosamente, aunque se estrella en su trabajo de pica-pleitos despiadado y padre divorciado irresponsable, empieza a ser una buena persona) y, la virtud está en el término medio.

Decir que esta obra es una gran comedia sería una mentira mayúscula. Casi tanto como que los fans de Carrey no se reirán al visitarla.