Blake Edwards no necesitó nada más que una película para darse cuenta de que el verdadero personaje con potencial de la buena comedia romántica que fue la anterior entrega, era el inspector Clouseau, ese torpe, bienintencionado, pomposo y divertidísimo inspector... siempre que lo interpretase Peter Sellers, nacido para hacer ese papel.

Como curiosidad, afirmar que es probablemente la única cinta de la saga donde el diamante de "La Pantera Rosa" ni siquiera aparece mencionado, siendo el policía con bigote el gran protagonista, con la grata compañía de una bellísima Elke Sommer y la gran novedad de Herbert Lom, como el comisario antagonista de su incompetente subordinado.

Edwards no se complica mucho con la trama, un asesinato, una chica preciosa metida en apuros, muchas traiciones de una familia rica y Clouseau volviendo locos a propios y extraños, ya sea con su incompetencia resolviendo el caso o con su insólita partida de billar.

Es una comedida tonta y sin más pretensión, pero está dirigida muy bien, con un protagonista inmejorable y te lo pasas en grande cuando simplemente quieres desconectar.