Excelentes actuaciones, en un western americano, ya sin indios, pero que sigue las reglas del género, modernizado: un héroe (Robert Redford) que tiene un rifle y usa sus puños para imponer su ley a los de afuera, matizada con una preocupción actual insoslayable: el psicópata que debe ser vencido y, si hace falta, bien aporreado y expulsado. El hombre blanco, maniqueo (que divide al mundo en buenos y malos), el negro más sabio, que entiende el mundo, lo natural, ecologista; ambos mantienen una amistad novelesca: discutamos por puro cariño. Jennifer López que aporta su buena figura y algo de seducción, y sobre todo, una encantadora niña, muy querible, que es el verdadero destino de la película (por lo cual uno al minuto ya sabe cómo terminará). Lindo ambiente rural donde se vive un tema universal: la familia.