A primera vista parece una más de romanos, algo barata y con decorados teatrales, pero el director es Douglas Sirk, ¡¿que pinta el rey del melodrama en una película de romanos?!...llenarla de mala leche y hacer un elogio del salvajismo.

Lo digo porque tenemos claro desde el principio que el malo (Atila) es el bueno de la historia, además del protagonista absoluto, por eso quizás ponen al sosainas de Jeff Chandler como el supuesto héroe de la función, pero es casi un cero a la izquierda en la trama, incluso se muestra bastante torpe en las escenas de lucha.

En ninguna otra película los emperadores romanos fueron retratados de una forma tan triste y patética, parecen unos políticos envidiosos, catetos, corruptos y cobardes, que huyen de su ciudad con los bolsillos bien llenos y dejando tirados a sus ciudadanos (¿de que me suena a mi esto?).

Por contraste, Atila se muestra valiente, incorruptible y desprecia el oro que le ofrecen para "tener la fiesta en paz", respondiendo que él solo quiere destruir el sistema. No se si Douglas Sirk y sus guionistas eran comunistas anti-sistema pero aquí lo parecen.

Por último destacar la imagen icónica de Jack Palance, estoy casi seguro que los dibujantes de "La espada salvaje de Conan" copiaron su cara para sus viñetas.