No les voy a engañar, la primera parte era mas sorprendente, graciosa y original. Una vez aclarado esto hay que decir que la secuela se puede disfrutar por cualquier fan de su predecesora. Levy coge todo lo que funcionó en la primera parte, y con más presupuesto y un escenario más ambicioso realiza nuevamente una buena cinta familiar con comedia, aventura e imaginación. Sin embargo el principal valor es la interpretación de la sensual Adams que llena de vida el museo ella solita. Una propuesta genial para pasar un domingo en familia y en cine. Merece la pena.