Trepidante acción y excesos varios para esta película en la que Clive Owen interpreta al Sr. Smith, un tipo enigmático y de vuelta de todo, hasta que un día se encuentra (a su pesar) en el epicentro de la persecución a una sufrida parturienta por parte de un clan mafioso liderado por Hertz (Paul Giamatti). Con la madre muerta y el bebé en manos de Smith éste planea una huída y posterior venganza, para ello cuenta con la inestimable ayuda de una prostituta (Monica Bellucci).

Lo interesante de la película son sus excentricidades, así nos encontramos con una dirección adrenalítica, unos actores que parecen disfrutar (destacando un carismático Owen) de los desfases expuestos y un guión que no deja ni un segundo de respiro y cuya comicidad le lleva a no tomarse en serio (algo muy sano, por cierto) en ningún momento. Porque sí, es una convencional película de acción, pero en la que todos los clichés se llevan al extremo para no dar tregua al espectador. Y aunque ello sea un halago, el caso es que bajo esa fachada de acción sin parangón y su atractiva fotografía al final resulta ser un simple divertimento para los amantes del género (aunque exasperará a los fans más puritanos del mismo debido a su profusión de disparates y estridencias), un sinsentido tan hueco y vacío como llamativo es su envoltorio.