Una historia, que atrapa y apasiona. No hay que centrarse en el 23, ni en los juegos que con él hacen, pues de lógica bien sabida, es conocer que cada cual con sus paranoias puede sacar el número 23 o el que se le ponga por montera en cada lugar allá donde lo busque. Sin embargo, la historia, como decía, es bastante original. Un libro, de autor desconocido aun dando nombres y apellidos que llega a las manos de otro hombre, regalado por su mujer y todo ello en un ambiente muy perfecto, puesto que la familia que nos muestra, da asco de lo perfecta que es. La película avanza junto con la lectura del libro, se van abriendo nuevas puertas cerrando otras al pasarlas, y como no, sorprendiendo con lo que encontramos al otro lado de la última puerta. Un guión a mi parecer, bastante elaborado, aun a pesar de las críticas que he leído, puesto que el léxico que utiliza se echa de menos en el cine actual. Desde mi punto de vista, una buena película que te deja muy buen sabor de boca. Y como no, Jim Carrey se sale en este papel dramático. Demostrando que es un actor como la copa de un pino.