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Spain Spain · Somewhere Far Beyond
Richy rating:
6
Sci-Fi. Drama Lemmy Caution, an American private-eye, arrives in Alphaville, a futuristic city on another planet. His very American character is at odds with the city's ruler, an evil scientist named Von Braun, who has outlawed love and self-expression.
Language of the review:
  • es
October 21, 2014
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A nadie le resulta extraño la pasión que tenía Jean-Luc Godard por el cine negro americano. En plena “Nouvelle vague”, el director franco-suizo realizó otro experimento de los suyos y escribió el guion de “Alphaville”, mezclando lo imposible: un detective con ínfulas de Humphrey Bogart en una ciudad de otro planeta, investigando la desaparición de un científico que ha creado una máquina lavacerebros. Lemmy Caution (Eddie Constantine), un detective intergaláctico, llega a Alphaville: una ciudad regida por una inteligencia cibernética, el Alpha 60, que usa el control mental para someter a la población. De esta forma, cualquier muestra de sentimiento es castigado con la muerte, nadie puede reír ni llorar. Las ejecuciones, muy godardianas, se realizan en una piscina en la que el ajusticiado es asesinado por unas acrobáticas y esbeltas nadadoras.

Después de ver la insufrible “Pierrot le fou” (1965), me acerqué con mucho tiento a esta “Alphaville” conociendo ya algo de las manías del director, pero me apetecía darle otra oportunidad. El resultado fue mejor de lo esperado ya que, aunque siguen existiendo tremendos desatinos en la linealidad de la trama, ésta resulta mucho más cohesionada que en aquel viaje de delirios de Jean-Paul Belmondo. Como en aquélla, “Alphaville” resulta también inclasificable, pues ni es cine negro, ni es ciencia-ficción, sino un compendio de ideas godardianas dentro de un marco extraño, de un mundo irreal pero, de alguna forma, conocido.

A Godard parece serle indiferente el término “recreación”, por el hecho de presentar una ciudad como Alphaville, situada en otro planeta, como si fuera el Chicago de los años veinte, con gente normal vestida de forma normal, hablando un francés normal y conduciendo coches de esa época. Nada indica que estamos en otro planeta si no es por los comentarios de los personajes. En este aspecto, la voz en off de Alpha 60, soporíferamente pedante, resulta una especie de “gran hermano vigilante” que nos recuerda algo de las distopías futuristas de Aldous Huxley y George Orwell.

El filme de Godard presenta un blanco y negro oscuro, de los mejores años del cine negro, pero sin el mismo atractivo. Eddie Constantine intenta aparentar que se cree su papel de detective intergaláctico haciendo de detective bogartiano con un par de frases “frikies”, aunque hay que reconocer que su interpretación, sobria y oscura, es interesante. Le acompaña una fría y apática Anna Karina, víctima del régimen anti-emociones de Alphaville.

Con todo, debo admitir que Godard ha conseguido despertar mi interés y, a pesar de sus inevitables escenas de experimentación surrealista, en “Alphaville” se cuenta una historia, lo cual no es moco de pavo viniendo de él.
Richy
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