Mucha gente me habló muy bien de esta película. Me la pusieron por las nubes y yo, que no hago mucho caso a esos juicios, esta vez sí que me lo creí. Además, es ciencia-ficción, mi género favorito, por lo que mis expectativas favorables crecieron. Me puse a verla año y medio después, y he de decir que no me defraudó, pero tampoco llegó a ser la obra maestra que todos me dijeron y que yo esperaba.

"Soy Leyenda" es un filme post-apocalíptico donde vemos a un Will Smith solitario, sobreviviendo y recorriendo las calles de una desierta Nueva York. El sentimiento de soledad está muy logrado, sobre todo gracias a la recreación de una isla de Manhattan totalmente abandonada, ruinosa y derruida, por donde campan animales salvajes como si de una jungla se tratase. La primera parte del filme es extraordinaria, con una tensión subyacente provocada por el miedo a lo desconocido. Ese temor es todavía más patente cuando Neville (un excelente Will Smith, más alejado de sus papeles de comedia que nunca) tiene que penetrar en un edificio oscuro para buscar a su pastor alemán: uno de los mejores momentos, por no decir el mejor, de todo el metraje.

Más adelante, cuando aparecen los primeros infectados por el virus, ya se empieza a comparar con otras películas del tipo "28 semanas después", donde los zombies adquieren mayor protagonismo. Desde ese momento, la película deja de ser tan interesante como hasta ahora y entrega el relevo a la tensión y la acción. Va dejando atrás la premisa inicial pero sigue conservando la curiosidad por saber cómo se las apañará el soldado-doctor para sobrevivir y, al mismo tiempo, encontrar una cura para un virus que ha sido creado por la misma Humanidad.

A pesar de no ser la mejor película de ciencia-ficción del siglo, Francis Lawrence ha conseguido hacer un remake aceptable del clásico "The Last Man on Earth" de Ragona y Salkow de 1964. Sus mejores bazas han estado en el aspecto visual y en la atmósfera bien ambientada. Ahora bien: la moralidad pseudoreligiosa que desprende la cinta sobre todo en su parte final tiene un tufo a conservadurismo barato norteamericano que, francamente, le sobra.

A pesar de sus pegas, no deja de ser un vistoso filme de ciencia-ficción entretenido y superior en calidad a otras películas del género.