La historia del boxeador Rubin Carter (Washington), el cual fue encarcelado, junto a otro joven, acusado injustamente de un triple asesinato en un bar de Nueva Jersey, cuando estaba en plena cúspide pugilística y se había sobrepuesto a una difícil infancia. Desde la cárcel apeló varias veces y se dedicó a estudiar, covirtíéndose al Islam, para salir casi 20 años después, siendo defendido públicamente por gente relevante (Dylan a la cabeza). Es una buena película servida convencional pero eficazmente por un ya veterano Jewison y que se apoya sobremanera en la magnífica actuación de Washington. Sin embargo, no es jamás algo extraordinario cuando tenía entre manos la historia de un hombre que posiblemente sí lo fue: un ejemplo de fuerza, independencia, de las imperfecciones de todo ser humano (sus delitos, su violencia), sus ansias de libertad, la fuerza de su razón. Rubin "Huracán" Carter es un modelo de alguien que por prejuicios raciales fue condenado en el amañado combate de la vida pero que se ilustró de tal manera que llegó a espiritualizarse y depurar su mente hasta pacificar su conciencia y su alma. El guión queda desbordado por la magnitud y envergadura de lo que había que contar y lo mejor de la película acaba siendo, sin duda, escuchar la obra maestra de Dylan: "This is the story of the hurricane" ("Hurricane"). Algo decepcionante.