Posiblemente, la obra más compleja de Allen y seguramente su mejor película, una obra maestra redonda, perfecta, de maravilloso acabado y superlativa planificación. Tal es así, que Allen tardó tres años en preparar el film.
La película cuenta la vida de Leonard Zelig, un personaje de ficción, que durante los años 20 y 30 obtuviera una gran popularidad debido a la peculiaridad de que tiende a transformarse en todo aquel con el que traba relación, algo así como "un camaleón humano". Así construye Allen un asombroso y maravilloso falso documental, perfectamente ideado, planificado y desarrollado por un Allen que hace una sarcástica parodia, del todo inconmensurable sobre la identidad americana.
Irónica, brillantísima y en permanente estado de gracia, la lectura final que nos brinda Allen es que la existencia de una plausible historia de amor hace que se nos compensen y eliminen todas nuestras taras.
Espectacular fotografía de Gordon Willis y una delicia por los siglos de los siglos, a la par que una cima de la Historia del Cine, incorruptible en su lucidez perpetua.

P.D.: lo del amigo Txarly tiene bemoles.