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Críticas ordenadas por utilidad
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7.6
72,460
8
25 de enero de 2008
25 de enero de 2008
132 de 162 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Into the wild" es una película que no se puede recomendar a todo el mundo ya que desde el primer al último minuto vamos a estar acompañando a Chris McCandless y vamos a ser testigos de su fuerte ideología que unos tacharán de loco y otros de valiente con un código ético muy definido que supo dar la espalda a toda la sociedad materialista y adentrarse en la naturaleza para encontrarse a si mismo.
La historia trata sobre un universitario prometedor de 22 años que decide un día dejar atrás a su familia en búsqueda de aventuras, pero sobre todo de libertad. Chris viajará sin dinero, buscándose la vida para ir de un lugar a otro y conociendo por el camino a otras personas que al igual que él no terminan de encajar en la sociedad.
La película es muy personal, tienes que compartir o entender un poco los ideales del protagonista para poder disfrutar de ella y que los 150 minutos se te pasen volando. A mi me encantan este tipo de historias en plan road movie donde un personaje va en busca de si mismo pero además Chris huye de una sociedad enfermiza por lo material. También me gusta por ser una película muy naturalista, es realmente increíble dejarse llevar por las bellas imágenes que nos regala Sean Penn, es toda una gozada meterse en el cine a ver esta película y lo digo completamente en serio y si podéis verla en una pantalla gigante mejor.
El personaje principal está interpretado por un semi desconocido, Emile Hirsch, un actor que con esta película ha dado toda una lección. No logro entender como su actuación no ha sido tan premiada ya que sostiene todo el rato la película y lo hace de una manera magistral y ejemplar, realmente llega en algunos momentos a emocionar. Los secundarios también están fantásticos, desde Vince Vaughn a Hal Holbrook pasando por Catherine Keener.
Hay otros aspectos a destacar como lo son el montaje, que desde mi punto de vista es magistral, la música del líder de Pearl Jam que acompaña perfectamente al relato, y la fotografía de Eric Gautier, este tío se merece un monumento por la labor que realiza.
En definitiva, para mi es una de las mejores películas que se han estrenado últimamente en el cine, Sean Penn al que reconozco que no había visto una película suya como director aquí nos brinda una película brillante, única y con mucha personalidad propia y que le convierte en un cineasta a tener en cuenta. Lo mejor es entrar a verla sin saber mucho sobre su trama y dejarse llevar porque "Into the wild" es mucho más que una película, es una experiencia.
La historia trata sobre un universitario prometedor de 22 años que decide un día dejar atrás a su familia en búsqueda de aventuras, pero sobre todo de libertad. Chris viajará sin dinero, buscándose la vida para ir de un lugar a otro y conociendo por el camino a otras personas que al igual que él no terminan de encajar en la sociedad.
La película es muy personal, tienes que compartir o entender un poco los ideales del protagonista para poder disfrutar de ella y que los 150 minutos se te pasen volando. A mi me encantan este tipo de historias en plan road movie donde un personaje va en busca de si mismo pero además Chris huye de una sociedad enfermiza por lo material. También me gusta por ser una película muy naturalista, es realmente increíble dejarse llevar por las bellas imágenes que nos regala Sean Penn, es toda una gozada meterse en el cine a ver esta película y lo digo completamente en serio y si podéis verla en una pantalla gigante mejor.
El personaje principal está interpretado por un semi desconocido, Emile Hirsch, un actor que con esta película ha dado toda una lección. No logro entender como su actuación no ha sido tan premiada ya que sostiene todo el rato la película y lo hace de una manera magistral y ejemplar, realmente llega en algunos momentos a emocionar. Los secundarios también están fantásticos, desde Vince Vaughn a Hal Holbrook pasando por Catherine Keener.
Hay otros aspectos a destacar como lo son el montaje, que desde mi punto de vista es magistral, la música del líder de Pearl Jam que acompaña perfectamente al relato, y la fotografía de Eric Gautier, este tío se merece un monumento por la labor que realiza.
En definitiva, para mi es una de las mejores películas que se han estrenado últimamente en el cine, Sean Penn al que reconozco que no había visto una película suya como director aquí nos brinda una película brillante, única y con mucha personalidad propia y que le convierte en un cineasta a tener en cuenta. Lo mejor es entrar a verla sin saber mucho sobre su trama y dejarse llevar porque "Into the wild" es mucho más que una película, es una experiencia.

8.1
36,646
10
12 de enero de 2008
12 de enero de 2008
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía cierta distancia a ver una película de Bergman, "eso es de pedantes intelectualoides" pensaba sin siquiera haber visto una película del cineasta sueco. De todas formas en el fondo sabía que algo tendrían que tener estas películas para ser consideradas obras maestras del séptimo arte, pero nunca llegué a considerarlas aunque si me planteé asomarme a su cine con su triste fallecimiento este pasado verano.
Es formidable como transimte sus más profundas inquietudes con una soberbia puesta en escena. Nunca había visto una película que hablara tan bien de la puta muerte, porque ¿quién no se ha preguntado qué habrá después de ella?,¿merece la pena tener fe para vivir sin miedo?, ¿estaremos a la altura cuando llegue el momento?.Esta película se plantea estas preguntas y muchas más, que van dando respuesta(o al menos va dejando las puertas abiertas) a medida que van pasando los minutos y nos van presentado los personajes que pueblan la historia.
Por un lado tenemos al caballero interpretado por Max Von Sydow, personaje principal con el que mejor se nos van a transmitir esas frustraciones del director mencionadas anteriormente, ya que su cara a cara con la muerte será el hilo conductor y la partida de ajedrez una manera simbólica para contarnos la imposibilidad de escaparnos de ella. Este caballero ejemplifica a todas esas personas nobles que han perdido la fe, y que por ello se cuestionan todo tipo de preguntas acerca del sentido de la vida, un hombre con miedo por no saber que le espera después de la muerte, un hombre frustrado por no encontrar un sentido a su vida.
Por otra parte tenemos a su escudero, el personaje más cómico y cabrón(por decirlo de alguna manera) de la película, y que es todo lo contrario a su señor. Este se nos presenta sin dudas sobre lo que le pasará, sabe que no hay nada más allá.
Los otros personajes que representan el otro bando son la pareja de comediantes, son los únicos que no se cuestionan nada, que no viven atormentados y son felices por tenerse el uno al otro con su bebé, y contagian esa felicidad al caballero en la escena de la leche y las fresas. Esto es muy simbólico, ya que son esta pareja de comediantes los únicos que salen con vida, y son los únicos personajes no frustrados del film, los que parecen más felices y los que viven sin cuestionarse las cosas.
Bueno, la película puede llegar a parecer lenta, que lo es, pero es muy interesante ver como Bergman plasma sus inquietudes con tanto esmero y acierto, con una puesta en escena genial y unos diálogos bastante existenciales pero no los vi muy pedantes, me gustaron bastante.
Creo que me tengo que asomar más al cine de Ingmar Bergman, supongo que "El séptimo sello" será su película más metafísica y simbólica, quizás la más difícil de digerir no lo sé, pero haré el esfuerzo para que el prejucio que tenía sobre su cine se me vaya quitando poco a poco. De momento y con una película ya lo ha conseguido.
Es formidable como transimte sus más profundas inquietudes con una soberbia puesta en escena. Nunca había visto una película que hablara tan bien de la puta muerte, porque ¿quién no se ha preguntado qué habrá después de ella?,¿merece la pena tener fe para vivir sin miedo?, ¿estaremos a la altura cuando llegue el momento?.Esta película se plantea estas preguntas y muchas más, que van dando respuesta(o al menos va dejando las puertas abiertas) a medida que van pasando los minutos y nos van presentado los personajes que pueblan la historia.
Por un lado tenemos al caballero interpretado por Max Von Sydow, personaje principal con el que mejor se nos van a transmitir esas frustraciones del director mencionadas anteriormente, ya que su cara a cara con la muerte será el hilo conductor y la partida de ajedrez una manera simbólica para contarnos la imposibilidad de escaparnos de ella. Este caballero ejemplifica a todas esas personas nobles que han perdido la fe, y que por ello se cuestionan todo tipo de preguntas acerca del sentido de la vida, un hombre con miedo por no saber que le espera después de la muerte, un hombre frustrado por no encontrar un sentido a su vida.
Por otra parte tenemos a su escudero, el personaje más cómico y cabrón(por decirlo de alguna manera) de la película, y que es todo lo contrario a su señor. Este se nos presenta sin dudas sobre lo que le pasará, sabe que no hay nada más allá.
Los otros personajes que representan el otro bando son la pareja de comediantes, son los únicos que no se cuestionan nada, que no viven atormentados y son felices por tenerse el uno al otro con su bebé, y contagian esa felicidad al caballero en la escena de la leche y las fresas. Esto es muy simbólico, ya que son esta pareja de comediantes los únicos que salen con vida, y son los únicos personajes no frustrados del film, los que parecen más felices y los que viven sin cuestionarse las cosas.
Bueno, la película puede llegar a parecer lenta, que lo es, pero es muy interesante ver como Bergman plasma sus inquietudes con tanto esmero y acierto, con una puesta en escena genial y unos diálogos bastante existenciales pero no los vi muy pedantes, me gustaron bastante.
Creo que me tengo que asomar más al cine de Ingmar Bergman, supongo que "El séptimo sello" será su película más metafísica y simbólica, quizás la más difícil de digerir no lo sé, pero haré el esfuerzo para que el prejucio que tenía sobre su cine se me vaya quitando poco a poco. De momento y con una película ya lo ha conseguido.

5.7
13,041
7
8 de enero de 2011
8 de enero de 2011
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es hace poco más de un año pasé un rato más que divertido cuando llegó a los cines “Pagafantas” (2009), la ópera prima que realizó Borja Cobeaga después de rodar numerosos cortos, entre ellos el exitoso “Éramos pocos”. Aquella película se trataba de una comedia bien intencionada, realizada con el único fin que hacer pasar un rato divertido al público que decidiera verla. Sin trucos y sin engañar a nadie. Puede que no estemos ante un director que haya revolucionado el género en nuestro país, pero sin duda trata de revitalizarlo a través de personajes cercanos y alejándose del humor característico de otro tipo de películas como “Fuga de cerebros” o “Spanish Movie”.
“No controles” está escrita por el propio Cobeaga y su guionista habitual, Diego San José, y trata sobre Sergio (Unax Ugalde), un chaval que vuelve a Madrid después de haber pasado las Navidades junto a su padre, su abuela y Bea (Alexandra Jiménez), su ex-novia, una chica que ahora vive en Alemania y con la que mantuvo una larga relación aunque lo dejaron hace más de séis meses y aún no se ha atrevido a comunicárselo a su familia. En el aeropuerto ambos se separan para volver a sus respectivos hogares pero una intensa nevada cancelará todos los vuelos previstos para ese día, y obligará a sus frustrados pasajeros a pasar la noche en un hotel esperando a que la situación se normalice. Allí, Sergio se encontrará con un antiguo compañero del colegio, Juan Carlos, el que ahora se hace llamar Juancarlitros, y entre él y unos cuantos personajes más intentarán que el protagonista recupere la relación con Bea. Es la última oportunidad de Sergio para volver con la chica a la que nunca ha dejado de amar.
Sigue en "spoiler" sin destripar nada.
“No controles” está escrita por el propio Cobeaga y su guionista habitual, Diego San José, y trata sobre Sergio (Unax Ugalde), un chaval que vuelve a Madrid después de haber pasado las Navidades junto a su padre, su abuela y Bea (Alexandra Jiménez), su ex-novia, una chica que ahora vive en Alemania y con la que mantuvo una larga relación aunque lo dejaron hace más de séis meses y aún no se ha atrevido a comunicárselo a su familia. En el aeropuerto ambos se separan para volver a sus respectivos hogares pero una intensa nevada cancelará todos los vuelos previstos para ese día, y obligará a sus frustrados pasajeros a pasar la noche en un hotel esperando a que la situación se normalice. Allí, Sergio se encontrará con un antiguo compañero del colegio, Juan Carlos, el que ahora se hace llamar Juancarlitros, y entre él y unos cuantos personajes más intentarán que el protagonista recupere la relación con Bea. Es la última oportunidad de Sergio para volver con la chica a la que nunca ha dejado de amar.
Sigue en "spoiler" sin destripar nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La verdad es que “No controles” se puede interpretar como una prolongación de “Pagafantas”, ya que ambos protagonistas se caracterizan por no tener demasiado éxito a la hora de enfrentarse a sus propios miedos, con poca iniciativa para conseguir lo que realmente quieren. Sin embargo en la ópera prima de Cobeaga el personaje encarnado por Gorka Otxoa estaba mucho más elaborado que el de Sergio, interpretado por Unax Ugalde. Esto no sólo es debido a la calidad de las interpretaciones sino a que “No controles” contiene un mayor número de personajes secundarios que eclipsan completamente al protagonista. Y entre ellos, claro está, tenemos al gran Juancarlitros interpretado por un Julián López en estado de gracia, que aquí da rienda suelta a todo su arsenal cómico y consigue robar todas las escenas donde aparece. Además de este personaje tenemos a un divorciado que vuelve de Puntacana (Secún de la Rosa) y a un ecuatoriano (Alfredo Silva) que trabaja en el hotel donde se desarrolla toda la acción, y ambos personajes protagonizarán unos de los mejores momentos de todo el film. Y no me puedo dejar a Alexandra Jiménez interpretando a la chica que debe ser conquistada, una actriz que, salga donde salga, siempre consigue destacar por encima de los demás.
Se trata de una película más compleja y definida que “Pagafantas” debido a la mayor presencia de subtramas, lo que conlleva un mayor número de personajes. Además la acción transcurre durante un mismo espacio y en una sola noche, lo que implica diversas dificultades a la hora de mantener un ritmo regular. Por eso la película adolece de bajones importantes durante su desarrollo, y quizá la idea está demasiado estirada de lo necesario, con que lo hacia la segunda mitad de la película sólo algún que otro sketch suelto logrará despertar nuestra atención. Sin embargo creo que “No controles” se trata de una película muy estimable por la que merece pagar una entrada y con la que reiremos en numerosas ocasiones. Ese intento por contar una historia sencilla a través de personajes cercanos con los que podemos sentirnos identificados, alejándose de gracias escatológicas y de mostrar tetas y culos, es de agradecer. Y es que si una comedia te hace reír, ¿significa eso que puede llegar a ser mala?.
Andén 42.
Se trata de una película más compleja y definida que “Pagafantas” debido a la mayor presencia de subtramas, lo que conlleva un mayor número de personajes. Además la acción transcurre durante un mismo espacio y en una sola noche, lo que implica diversas dificultades a la hora de mantener un ritmo regular. Por eso la película adolece de bajones importantes durante su desarrollo, y quizá la idea está demasiado estirada de lo necesario, con que lo hacia la segunda mitad de la película sólo algún que otro sketch suelto logrará despertar nuestra atención. Sin embargo creo que “No controles” se trata de una película muy estimable por la que merece pagar una entrada y con la que reiremos en numerosas ocasiones. Ese intento por contar una historia sencilla a través de personajes cercanos con los que podemos sentirnos identificados, alejándose de gracias escatológicas y de mostrar tetas y culos, es de agradecer. Y es que si una comedia te hace reír, ¿significa eso que puede llegar a ser mala?.
Andén 42.

6.9
2,883
7
8 de noviembre de 2010
8 de noviembre de 2010
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que, pese a que contienen cierto tufo moralista y alegórico sobre el cristianismo, no dejan de ser bellos retratos sobre los sentimientos y la redención debido a la naturalidad con la que tratan dicho aspecto. Ese es el caso de “Tres padrinos” (3 Godfathers, 1948), de John Ford, uno de los western más hermosos y reivindicables del director estadounidense con raíces irlandesas.
La película comienza con los tres forajidos protagonistas a la entrada del poblado Welcome, ellos son Robert (John Wayne), Pedro (Pedro Armendáriz) y William (Harry Carey Jr., hijo del actor de mismo nombre que trabajó en numerosas películas con Ford). Desde el comienzo nos presentan a esta peculiar y multicultural banda como unos bandoleros, si, pero con cierto toque de humor y camaradería que les hace humanos a los ojos del espectador. El robo al banco del pueblo provocará una persecución por el desierto donde el sheriff y sus ayudantes intentarán dar caza al trío protagonista. Pero todo cambia cuando éstos tres, agonizantes por la falta de agua, se encuentran una caravana abandonada y un bebé al que tendrán que cuidar…
Esta fácil premisa es el argumento de “Tres Padrinos”. Como os podéis imaginar no hace falta ser un lince para darse cuenta del carácter alegórico del film, emulando al pasaje de los Reyes Magos de Oriente y su peregrinación hacia Jerusalén, pero Ford lo adapta (aunque se trata de un remake) a un western para ofrecernos un viaje catártico de los tres protagonistas, que verán cambiados sus propósitos iniciales para poder cuidar al retoño.
Visualmente puede que estemos ante una de las mejores películas de Ford, gracias a la labor de Winton C. Hoch, director de fotografía que ya trabajó con el director en “Centauros del desierto” (The searchers, 1956), La legón invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949), y El hombre tranquilo (The Quiet Man, 1952). Rodada en Technicolor, la película es un ejemplo de sofisticación y un excelente uso del color, donde Ford no se movía demasiado bien.
El resto de la película contiene elementos característicos de la filmografía de Ford, como los numerosos momentos musicales, la inclinación por el uso del montaje interno, los poquísimos movimientos de cámara, los increíbles exteriores de Monument Valley…un universo propio y reconocible en donde da gusto perderse y disfrutar de la gran capacidad de Ford para hacer verdadero cine.
Andén 42.
La película comienza con los tres forajidos protagonistas a la entrada del poblado Welcome, ellos son Robert (John Wayne), Pedro (Pedro Armendáriz) y William (Harry Carey Jr., hijo del actor de mismo nombre que trabajó en numerosas películas con Ford). Desde el comienzo nos presentan a esta peculiar y multicultural banda como unos bandoleros, si, pero con cierto toque de humor y camaradería que les hace humanos a los ojos del espectador. El robo al banco del pueblo provocará una persecución por el desierto donde el sheriff y sus ayudantes intentarán dar caza al trío protagonista. Pero todo cambia cuando éstos tres, agonizantes por la falta de agua, se encuentran una caravana abandonada y un bebé al que tendrán que cuidar…
Esta fácil premisa es el argumento de “Tres Padrinos”. Como os podéis imaginar no hace falta ser un lince para darse cuenta del carácter alegórico del film, emulando al pasaje de los Reyes Magos de Oriente y su peregrinación hacia Jerusalén, pero Ford lo adapta (aunque se trata de un remake) a un western para ofrecernos un viaje catártico de los tres protagonistas, que verán cambiados sus propósitos iniciales para poder cuidar al retoño.
Visualmente puede que estemos ante una de las mejores películas de Ford, gracias a la labor de Winton C. Hoch, director de fotografía que ya trabajó con el director en “Centauros del desierto” (The searchers, 1956), La legón invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949), y El hombre tranquilo (The Quiet Man, 1952). Rodada en Technicolor, la película es un ejemplo de sofisticación y un excelente uso del color, donde Ford no se movía demasiado bien.
El resto de la película contiene elementos característicos de la filmografía de Ford, como los numerosos momentos musicales, la inclinación por el uso del montaje interno, los poquísimos movimientos de cámara, los increíbles exteriores de Monument Valley…un universo propio y reconocible en donde da gusto perderse y disfrutar de la gran capacidad de Ford para hacer verdadero cine.
Andén 42.

6.8
97,239
9
15 de octubre de 2010
15 de octubre de 2010
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta bastante extraño asistir como espectador a una biografía sobre una persona que aún a día de hoy sigue viva, y cuyas acciones célebres que le catapultaron en lo más alto hayan transcurrido hace escasamente siete años. Uno piensa si Fincher y compañía han aprovechado la posición que tiene en la actualidad una plataforma como Facebook para vender su película. El lugar privilegiado que ostenta esta red social en nuestra vida diaria explica sin ninguna duda las razones por las que “La red social” esté teniendo este éxito de crítica y de público. Y es que la película de David Fincher llega en el mejor momento posible.
Pero “La red social” no es un biopic al uso. Es cierto que se centra en Mark Zuckerberg y en los logros que consiguió desde la residencia de estudiantes que habitaba, donde levantó un auténtico imperio virtual. Pero también es cierto que los responsables del film no han querido centrarse sólo en los éxitos de Zuckerberg, aprovechando esta premisa para narrar una historia sobre la amistad, la ambición, el éxito o las traiciones entre colegas. Vamos, que aunque su argumento tenga lugar en esta década, los numerosos palos que toca se han dado desde que el cine prácticamente existió. Además hacen uso de un montaje alterno, que pone énfasis en diferentes puntos de vista, no sólo el de Zuckerberg, y eso también es un punto a favor para que esta película no sea considerada un mero biopic. Pero lo más importante es que mientras la película hace gala de sus numerosas virtudes y uno se deja llevar por la propuesta tan atípica del film, te das cuenta que estás ante una radiografía de la generación a la que pertenecemos esos jóvenes que usamos diariamente Internet como principal fuente de información, entretenimiento o socialización.
Pero vayamos por partes. Antes decía que “La red social” es una película atípica hoy en día, y es que huye de cualquier elemento sensiblero y condescendiente con el protagonista, en este caso Zuckerberg. Siendo honestos, uno comprende que a este genio de la informática no le haya hecho demasiada gracia la manera en el que le han retratado. No escatiman las numerosas referencias al carácter egoísta, snob e inadaptado de Zuckerberg con la gente que le rodea. Aunque también es cierto que consiguen dar cierta ambigüedad al personaje, porque da verdadera lástima ser testigo de su comportamiento por culpa de la ambición y el dinero. (sigue en spoiler, sin destripar)
Pero “La red social” no es un biopic al uso. Es cierto que se centra en Mark Zuckerberg y en los logros que consiguió desde la residencia de estudiantes que habitaba, donde levantó un auténtico imperio virtual. Pero también es cierto que los responsables del film no han querido centrarse sólo en los éxitos de Zuckerberg, aprovechando esta premisa para narrar una historia sobre la amistad, la ambición, el éxito o las traiciones entre colegas. Vamos, que aunque su argumento tenga lugar en esta década, los numerosos palos que toca se han dado desde que el cine prácticamente existió. Además hacen uso de un montaje alterno, que pone énfasis en diferentes puntos de vista, no sólo el de Zuckerberg, y eso también es un punto a favor para que esta película no sea considerada un mero biopic. Pero lo más importante es que mientras la película hace gala de sus numerosas virtudes y uno se deja llevar por la propuesta tan atípica del film, te das cuenta que estás ante una radiografía de la generación a la que pertenecemos esos jóvenes que usamos diariamente Internet como principal fuente de información, entretenimiento o socialización.
Pero vayamos por partes. Antes decía que “La red social” es una película atípica hoy en día, y es que huye de cualquier elemento sensiblero y condescendiente con el protagonista, en este caso Zuckerberg. Siendo honestos, uno comprende que a este genio de la informática no le haya hecho demasiada gracia la manera en el que le han retratado. No escatiman las numerosas referencias al carácter egoísta, snob e inadaptado de Zuckerberg con la gente que le rodea. Aunque también es cierto que consiguen dar cierta ambigüedad al personaje, porque da verdadera lástima ser testigo de su comportamiento por culpa de la ambición y el dinero. (sigue en spoiler, sin destripar)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y esta película también es extraña con respecto a otros trabajos de Fincher. En otros proyectos anteriores se le puede acusar de pretensión desmesurada a la hora de afrontarlos, pero “La red social” es el trabajo donde se nota menos la presencia del firmante de “Seven”, que opta por una dirección más académica y formal, huyendo de movimientos imposibles de cámara y otro tipo de acciones típicas de director obcecado con dejar su huella en la película que dirige. Fincher parece consciente del excelente libreto de Aaron Sorkin y de la magnífica labor de todo el reparto. Porque este film se basa fundamentalmente en diálogos y más diálogos punzantes con un ritmo vertiginoso. Y ahí queda patente la gran labor colectiva de esta película pero no terminan las numerosas virtudes que posee esta pieza única, excepcional y representativa de esta década que dejamos atrás.
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