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Críticas de El Verano del Cohete
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
9
3 de marzo de 2022
32 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que la película es buena queda claro con solo verla. Terminadas las tres horas, que se me pasaron volando, salí de la función entusiasmado al darme cuenta de que vi algo distinto a lo acostumbrado en el cine de superhéroes actual. Aunque, si bien no dudo del alto nivel de la película, es cosa de gusto que tanto la valores al final, porque tiene sus puntos debatibles. Por mi parte, siento que he visto al Batman que, sin saber, siempre había querido ver en la pantalla grande. Es con el Batman que más me he sentido leyendo un comic (por su aproximación fidedigna al material original), con sus personajes estrambóticos que se sienten naturales en el ambiente de Gotham (ciudad representada de forma esplendida), una historia detectivesca que juega entre lo fantástico y lo realista (sin llegar a la exageración pintoresca de Burton ni al extremo realístico de Nolan (sin desmerecer a ninguna)), la película encuentra su propia atmosfera ambigua, con una narración en off propia del Neo-Noir, pero también del mejor Batman, con un villano excelso, adecuado con precisión a la trama, y una ciudad que huele a esa Gotham podrida, de principio a fin. Esta película tiene las pretensiones adecuadas, está segura de donde apunta, sabe lo que quiere lograr.

¿A que me refiero con este tono ambiguo entre fantasía y realidad? Por ejemplo, la tecnología: los implementos tecnológicos de Batman existen porque si, no busca darle un realismo científico explicando nada, ni tampoco es magia-micro-nano-tecnológico, más bien se siente análoga por muy digital que sea. Así como también los recursos utilizados por el Acertijo no tienen mayor explicación, ninguna que busque aumentar el realismo al menos. No sé si logro explicarme.

Por otro lado, todo lo técnico cumple de maravillas. Diré las cosas, que pueden ser obvias, de forma sucinta:
La música de Giacchino da con el tono preciso, quizás excesiva pero completamente inmersiva.
Las actuaciones de los principales están formidables. Pattinson como un Batman inexperto, violento y falible, pero con los cimientos del gran detective bien insinuados, a la vez que un Bruce Wayne desaliñado y solitario poco visto en películas, que acostumbran al Bruce playboy. Y un Paul Dano en su salsa, con una magnifica inflexión de voz. Y así podría seguir con todos los personajes, que giran en torno a Batman, que lo definen, y caracterizan también lo que es Gotham.
La fotografía es perfecta no cabe duda, le otorga todo el vigor y el matiz a la narración.

La historia... la historia es un excelente primer número de Batman. Nos hablan de su pasado, de su trauma, sin tener que recurrir a la manida escena del asesinato de sus padres, solo la nombra, y no pierde nada omitiéndola porque aun así logra ser una historia de origen a su manera.
Una historia que se sirve de los tiempos modernos y sus singularidades como las redes sociales, el clima político actual con una sociedad que exige transparencia pero que también disfruta del espectáculo, y un enfoque en las clases sociales que no sé si exista en alguna otra película de Batman. Todo esto lo utiliza para construir una historia severa pero tampoco taaaan solemne, al menos no esa solemnidad insufrible que a ratos bordea el universo DC, pero tan poco tan amena como las de Marvel; como dije, la película encuentra su propio limbo y ahí juega, con pizcas de humor natural y una lentitud propia del Batman detective. No digo que sea peor o mejor, solo distinto, y eso es lo que más valoro.

Hasta aquí la reseña. Me gustaría escribir mucho más, y es que este Batman está repleto de buenas ideas, pero sé que el tiempo es valioso como para estar leyendo esto. Sospecho que a más de alguno no le convencerá del todo, porque, si bien el fondo es firme, la forma puede ser muy discutida, existen varios elementos criticables: por ejemplo, la duración (que mi nota 9 no los asuste, no sé valorar películas con notas, tampoco creo que sea la película perfecta que todos están obligados a amar). Por mi parte me fascinó, me cautivo desde los primeros minutos, y no hay mucho que se pueda hacer contra eso.

Gracias por leer!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Verano del Cohete
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
27 de agosto de 2021
30 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta hace poco mi percepción de la edad media era poco favorable, me parecía una época aburridísima, un espacio cerrado, un periodo prisionero de una imagen naturalista, insalubre, oscura y trágica. Y estoy seguro que de haber visto The Green Knight con esa mentalidad la hubiese encontrado un despropósito, un mal viaje lisérgico del director.
Pero hace unos meses cayó entre mis manos un libro: El rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda, un compilado de cuentos de caballeros medievales (entre ellos Gawain, protagonista de este film) y sus aventuras. Y si bien el libro no me gustó en su totalidad, unos pocos cuentos me maravillaron y cambiaron por completo mi percepción del medioevo. Estos cuentos, poéticos y épicos, me presentaron lo que ahora considero la verdadera edad media, o por lo menos como a mí me gusta imaginarla: llena de magia, surrealismo, brujería, gigantes, dragones, bosques y castillos encantados, con campesinos chalados y nobles dementes; pienso que la gente de esa época de verdad creía en todas estas disparatadas leyendas y vivían conforme a ello, llenos de miedos provocados por trastornados ensueños, vivían en una realidad alterada, estaban loquísimos, y cada escena de esta película refleja a la perfección ese estado fantasioso de realidad. No es fantasía medieval, como dice la sinopsis, The Green Knight es el verdadero medioevo, o por lo menos, el medioevo mental.

Sir Gawain (Dev Patel) quiere ser uno más entre los legendarios caballeros, tener un lugar importante en la mesa redonda del rey Arturo. Para lograrlo tendrá que abandonar la desidia, dejar la perpetua borrachera. Deberá tomar la oportunidad que el destino (o el sortilegio de su madre bruja) le está ofreciendo en la forma de un caballero verde, que con caballo y todo entra al salón del rey a proponer un juego navideño para el más valiente caballero. Gawain da el paso adelante y emprenderá un viaje alucinante por este fantástico mundo medieval anterior a la llegada de la razón al mundo europeo.

The Green Knight, al igual que en su momento la maravillosa The Witch, funciona como una relectura de un mito fundacional de un pueblo. No desde la tradicional mirada en retrospectiva histórica, funcional y limitada, a la que estamos acostumbrados, sobre todo en el cine, sino que desde una perspectiva soñadora, como si la misma gente de esos años hubiese tomado la cámara y hecho la película, en base a sus creencias e ilusiones.

La película muestra desde el primer minuto su naturaleza contemplativa, una narración hipnótica que cautiva, de ritmo pausado, sin movimientos frenéticos ni muchos diálogos: no hay mucho que decir, las imágenes hablan por sí solas.
Quien entre en la dinámica de la película encontrará una diversión que se prolongará bastante tiempo después de concluida las dos horas de duración, porque su esencia queda dando vueltas en tu cabeza.

Cualquiera que tenga dos horitas de paciencia, tómese el tiempo para observar las bellas imágenes que el director logra componer, apreciar las silenciosas secuencias que te sumergen en la historia. Nadie puede negar que esta película está hecha con amor y talento visual. Es un deleite para la vista.
Y la música no se queda atrás. Con los elementos apropiados, escasos pero intensos, como vientos repentinos, cuerdas violentas que desgarran el entorno, palmas y coros arcaicos, componen esta ambientación ilusoria del medioevo.

No sé cómo será la experiencia para alguien que no tenga la más mínima idea de lo que es la mesa redonda, ni el rey Arturo, ni sus caballeros, ni por qué se juntan en navidad o por qué Gawain hace lo que hace, yo no soy ni de cerca un experto, pero como ya conocía (en parte) la historia (la cual siempre cambia, dependiendo de la versión que leas) estaba predispuesto a disfrutar el cuento que me estaban contando sin necesidad de estar buscando significados o metáforas. Entendiendo, digámoslo así, el lenguaje narrativo de este tipo de historias. Lo cual no quita el hecho de que seguramente muchas cosas se me pasaron por alto, por eso es mejor disfrutarla que entenderla.

Una de las razones de que el libro que leí no me terminara de gustar era todo el discurso de la superioridad moral de estos caballeros idealizados, tan lejano de los sádicos caballeros de los cuales tenemos registros. Y esta adaptación toma muy bien esta contradicción. Cuestiona esta imagen impoluta de los caballeros y los muestra tal cual eran, hombres de valores débiles y dominados por sus instintos y deseos más profundos.
En The Green Knight presenciamos la búsqueda de Gawain de sus propios valores y su lucha contra lo que supuestamente debería ser, contra lo impuesto, explora su propia visión de la vida y el sentido de vivirla. Piensa que el honor se encuentra, y no dejara de buscarlo hasta que, en ese final apoteósico, descubre lo que el honor es en verdad.

Es una película inmersiva, intima, arriesgada, detallista y de una fuerza conmovedora cultivada en sus imágenes, compuesta con dedicación, un verdadero placer cinematográfico.

Gracias por leer!
El Verano del Cohete
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The Midnight Gospel (Serie de TV)
SerieAnimación
Estados Unidos2020
7.4
2,564
Pendleton Ward (Creador), Duncan Trussell (Creador)
Animación, Voz: Duncan Trussell
8
9 de julio de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El comensalismo es un tipo de simbiosis donde, en una relación de dos organismos disimiles, un organismo se beneficia del otro sin afectarlo, y eso define de manera precisa esta serie animada. El primer organismo es un podcast creado por Duncan Trussell, quien dará su voz (la voz del podcast) al protagonista: Clancy Gilroy; el segundo organismo es la animación (adaptación posterior del podcast), a cargo del creador de Hora de Aventura: Pendleton Ward.
Este último nombre fue mi único incentivo para ver la serie. Inaudita sería mi sorpresa después de ver el primer episodio y no entender nada. La naturalidad de los desvaríos en los diálogos, las imprecisas pausas y el sinsentido de la conversación con lo que ocurre en la acción, me resultaron ininteligible. Averiguando, descubrí que se trataba de una adaptación de un podcast y gracias a eso pude comprender, en adelante, mucho mejor todo; y por tanto me parece indispensable saber que se trata de un podcast real desde un principio, para entender la razón de esta disonancia visual – auditiva, y entrar en armonía con el ritmo propuesto por la serie.

Volviendo donde empecé, el comensalismo comienza en los primeros segundos y no termina nunca. El organismo llamado animación sobrepasa estratosféricamente el organismo llamado podcast. Las conversaciones son usualmente extrañas e interesantes, y, aunque a ratos puedan enredar, dan la confusión necesaria para perderse ante la extrema buena calidad de la animación, tanto en su técnica como en su conceptualización de lo hablado en el podcast, que es sencillamente magnifica.
Pero, como característica misma de este comensalismo, las interesantes divagaciones y a ratos desvaríos por parte de Clancy (Duncan Trussell) nunca se ven mermadas por la animación. Es cierto que no existe parangón alguno entre lo que se habla y lo que se expone en la animación, pero los diálogos siguen siendo, aunque a ratos enrevesados, buenos y entretenidos.

La serie, tanto en su “guion” como en su animación tratan sobre la filosofía, la trascendencia, la cultivación del espíritu, magia, liturgia vitales y análogas excentricidades, así que, si esto les interesa tanto como a cualquier holgazán que se respete, disfrutaran cada episodio más que el anterior; y con tan solo la belleza y plenitud del último episodio vale completamente el visionado de esta serie.

La narrativa de The Midnight Gospel corre en dos ejes paralelos. La disonancia se da por la diferencia de calidad entre ambas narrativas. El podcast (lo auditivo) corre por un carril normal, sin mayores logros, pero con una esencia en sus diálogos que sustentan la imaginería de la animación; por otro lado, la animación (lo visual) vuela por alturas insospechadas. Toda su narrativa visual tiene relación con lo expuesto en el podcast, pero aprovechando al máximo la libertad expresiva otorgada por la imagen, para mostrar todo lo que no se puede decir, lo inefable. La animación, dirigida por Ward, es sublime en su elocuencia.
El Verano del Cohete
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