Ambientada en el franquismo, y junto a varios personajes representativos de la época, aparece Federico (Pablo Carbonell), un ferviente admirador de dos cosas: de su aparato de radio y del héroe ciclista español del momento, cuyas hazañas sigue a través del transistor. Aun siendo una comedia, es un cortometraje que da que pensar, muchos de nosotros somos Federicos, fervientes seguidores de "nuestros equipos", cuyas victorias nos parecen nuestras, orgullosos de haber nacido donde hemos nacido... excelente interpretación de Carbonell.

Es una película variada, dinámica, quizás caiga en algunos momentos sensibleros, pero tiene giros verdaderamente graciosos, y te hace mantener la atención hasa el final.
Quizás ha tenido falta de resultados comerciales en España, y sin embargo las personas con las que la he visto una y otra vez han apreciado las pequeñas sorpresas de esta comedia. Por otra parte, me parece observar que las comedias como esta no tienen muy buenas críticas. Es una pequeña joya, más divertida que "La cruda realidad". Todas mis amigas la adoran, y mis padres la apreciaron también: apta para todas las generaciones.