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5.8
332
7
19 de enero de 2012
19 de enero de 2012
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Embrujo" es una película de los años 40 muy diferente del resto de filmes de la época. Serrano de Osma, en su obsesión estilística, comienza a demostrar que para él lo de menos es la historia, incluso los personajes o actuaciones. Porque sí, la historia es mala, casi inexistente, las actuaciones mediocres siendo benévolos con ellos. Y puede que los bailes también aburran, sí. Pero... el montaje, ese montaje. Esa genialidad, esa veta surrealista, esa Lola bailando por última vez sobre la tumba de un amor pasional, sin lógica, sin razón, que es lo que marca los pasos del arte más profundo: la irracionalidad. Nadie puede negar que Serrano de Osma es uno de los directores más atrevidos que ha habido, y más teniendo en cuenta las tendencias caligráficas de esta década con sus comedias amables o las "históricas" de cartón piedra del Régimen. Desde luego, "Embrujo" no es una película maravillosa pero sí consigue hechizarnos con la plasticidad de sus imágenes y lo evocador de algunos planos.
Porque el embrujo que nos embarga a nosotros es el que dirige los pasos de Lola de vuelta a su tierra, a España, en el preconizado cine "telúrico". Una atracción de la tierra que llama, que ata en corto. Como decía, una suma de irracionalidades con la que la película no puede caer en el lujo de lo razonable, el argumento es lo de menos. Lo importante es apelar a la magia de esas imágenes, de ese montaje, de esos bailes surrealistas. Incitar las pasiones irracionales de los espectadores.
Porque el embrujo que nos embarga a nosotros es el que dirige los pasos de Lola de vuelta a su tierra, a España, en el preconizado cine "telúrico". Una atracción de la tierra que llama, que ata en corto. Como decía, una suma de irracionalidades con la que la película no puede caer en el lujo de lo razonable, el argumento es lo de menos. Lo importante es apelar a la magia de esas imágenes, de ese montaje, de esos bailes surrealistas. Incitar las pasiones irracionales de los espectadores.

5.1
13,989
1
20 de septiembre de 2008
20 de septiembre de 2008
34 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo reconozco, a todos nos pasa, Nos llaman para ir al cine y nos meten en una peli de esas que ya sabes como van a acabar: muy malamente. Y tu dices que no, que es una mierda, que no pagas por ver a Eddie Murphy aunque fueses más colgao que Amy Winehouse (que ya es difícil). Aquí ya has perdido tu derecho a veto y te meten en la de "miedo".
Y entras a la de "miedo". No, no está tan mal, por lo menos no dejas de reirte ni un momento. Yo no sé porque hacen películas tan malas. Es como decirte:
-¡Cuidado! Aquí viene el susto.............................................. No, por detrás........................................................................... Ya falta poco.......................................................................Espera un poco.........................................................un poco más que necesitamos llenar minutos................................................................................¡Ahora!
Y pretenden que te asustes, cuando llevas viendo desde hace media hora que el tio estaba apareciendo. Porque sí, ya ni siquiera te aparece el scream por detrás en la oscuridad de "sorpresa", no, aquí te enseñan al malo media hora antes del susto. Y tu te quedas diciendo ¡cómo coño eres tan malo chaval!
Pero luego llega ese punto, cuando te sientes el más listo del mundo porque ha pasado lo que creías que iba a pasar tal como lo dijiste. Pero no, al final cuando lo comentas, toda la sala lo veía venir menos el director. Sólo te quedan las risas que te has echado con las niñas de delante que se asustaban y gritaban con cada golpe de sonido y con la sensación de que podrías haber hecho mucho más con ese dinero y con ese tiempo. Con eso, y con ganas de ver una peli de miedo que merezca la pena. Porque ya no se debieran denominar de miedo. o incluso de terror. No, ahora deberían llamarse de risa o más aún, de parodia, de insulto al espectador............Por cierto, aunque no importa mucho, la película se llama "Los extraños".
Como todos los productores y demás gente que se haya hecho esta bazofia.
Y entras a la de "miedo". No, no está tan mal, por lo menos no dejas de reirte ni un momento. Yo no sé porque hacen películas tan malas. Es como decirte:
-¡Cuidado! Aquí viene el susto.............................................. No, por detrás........................................................................... Ya falta poco.......................................................................Espera un poco.........................................................un poco más que necesitamos llenar minutos................................................................................¡Ahora!
Y pretenden que te asustes, cuando llevas viendo desde hace media hora que el tio estaba apareciendo. Porque sí, ya ni siquiera te aparece el scream por detrás en la oscuridad de "sorpresa", no, aquí te enseñan al malo media hora antes del susto. Y tu te quedas diciendo ¡cómo coño eres tan malo chaval!
Pero luego llega ese punto, cuando te sientes el más listo del mundo porque ha pasado lo que creías que iba a pasar tal como lo dijiste. Pero no, al final cuando lo comentas, toda la sala lo veía venir menos el director. Sólo te quedan las risas que te has echado con las niñas de delante que se asustaban y gritaban con cada golpe de sonido y con la sensación de que podrías haber hecho mucho más con ese dinero y con ese tiempo. Con eso, y con ganas de ver una peli de miedo que merezca la pena. Porque ya no se debieran denominar de miedo. o incluso de terror. No, ahora deberían llamarse de risa o más aún, de parodia, de insulto al espectador............Por cierto, aunque no importa mucho, la película se llama "Los extraños".
Como todos los productores y demás gente que se haya hecho esta bazofia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si has visto el trailer, no te molestes en ver la peli porque ahí ya se dan las mismas explicaciones que en toda la peli.
-¿Por qué nos hacéis esto?
-Porque estabáis en casa.
Esa es toda la lógica a la espera de otra mierda de segunda parte.
-¿Por qué nos hacéis esto?
-Porque estabáis en casa.
Esa es toda la lógica a la espera de otra mierda de segunda parte.

8.2
55,984
8
23 de octubre de 2009
23 de octubre de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descubrí, It’s a wonderful life Juan Antonio Rivera. Él la usaba como un ejemplo de sus variadas veredas, y cómo la vida de una persona influye de forma decisiva sobre las de los demás. Cómo los demás dependen de nuestras elecciones tanto o más que de las suyas.
Y de veras que me costó hacerme una opinión crítica de algo tan sencillo. Algo en mi interior disfruta sobremanera con la actitud bonachona de George Bayley (James Stewart), algo que me hace perdonar todas las exageraciones del guión, que me hace pasar por alto la concepción de personajes estereotipados como el desgraciado Potter (Lionel Barrymore).
Pero lo que me interesa es lo equivocado de su mensaje final. Y es que, Capra nos quiere hacer creer que si el protagonista no hubiera nacido, todo habría ocurrido tal cual, sólo que él faltaría. Y al faltar él, sólo puede ocurrir una de las múltiples posibilidades. Por contra, de no existir él, su hermano Harry (Todd Karns) no tendría por qué haberse caído al hielo porque puede que no estuviese jugando con sus amigos ese día.
Y si el hermano hubiese perecido, otro piloto podría haber salvado las vidas de tantas personas en la guerra. Puede que otra persona hubiese plantado cara al infeliz de Potter. Otro se podría haber casado con Mary (Donna Reed). Tantas cosas habrían podido ocurrir, que me resisto a pensar que todo suceda de la forma más desgraciada posible. Es más, aun existiendo George, las cosas podrían haber sido de otra forma. Puede que no hubiese sabido cómo salvar a su hermano. También podría haber decidido que los problemas del pueblo no se interpondrían en su camino. Veo demasiado determinismo en esta historia. Pero más bien al contrario, el futuro no está escrito, sino que lo escribimos a cada paso.
En definitiva, me parece que esta película tiene unas enormes connotaciones publicistas. Con su tono amable nos quiere transmitir la idea del conformismo, nos quiere hacer sentir importantes, y vaya si lo consigue. Pero al igual que resulta absurdo el suicida al pensar que su vida no importa, no menos absurdo es pensar que nuestra vida vale más de lo que en realidad vale.
Es cierto que en una época del año en que la tasa de suicidios se dispara es vital hacer sentir a la gente importante, y que en esta sociedad el conformismo juega un importante papel, el resignarse a hacer lo que uno tiene que hacer. Pero todos esos mensajes ocultos como, “En estos tiempos, hay que ser un buen tirador”, no pueden pasar desapercibidos.
Sin embargo, cualquiera que sepa apreciar el séptimo arte, sabrá apreciar esta película. “¿Deseas la luna? Dime solamente una palabra, la cogeré con un lazo y te la entregaré”. No creo que exista una sola frase mejor que esta, ni muchos romances más tiernos que el de este metraje. No hay muchos personajes más encantadores que el de Clarence (Henry Travers). Lo único que pretendo es poner cada cosa en su sitio, y ser consciente de sus grandezas y de sus miserias, de sus mensajes ocultos y de su determinismo.
Y de veras que me costó hacerme una opinión crítica de algo tan sencillo. Algo en mi interior disfruta sobremanera con la actitud bonachona de George Bayley (James Stewart), algo que me hace perdonar todas las exageraciones del guión, que me hace pasar por alto la concepción de personajes estereotipados como el desgraciado Potter (Lionel Barrymore).
Pero lo que me interesa es lo equivocado de su mensaje final. Y es que, Capra nos quiere hacer creer que si el protagonista no hubiera nacido, todo habría ocurrido tal cual, sólo que él faltaría. Y al faltar él, sólo puede ocurrir una de las múltiples posibilidades. Por contra, de no existir él, su hermano Harry (Todd Karns) no tendría por qué haberse caído al hielo porque puede que no estuviese jugando con sus amigos ese día.
Y si el hermano hubiese perecido, otro piloto podría haber salvado las vidas de tantas personas en la guerra. Puede que otra persona hubiese plantado cara al infeliz de Potter. Otro se podría haber casado con Mary (Donna Reed). Tantas cosas habrían podido ocurrir, que me resisto a pensar que todo suceda de la forma más desgraciada posible. Es más, aun existiendo George, las cosas podrían haber sido de otra forma. Puede que no hubiese sabido cómo salvar a su hermano. También podría haber decidido que los problemas del pueblo no se interpondrían en su camino. Veo demasiado determinismo en esta historia. Pero más bien al contrario, el futuro no está escrito, sino que lo escribimos a cada paso.
En definitiva, me parece que esta película tiene unas enormes connotaciones publicistas. Con su tono amable nos quiere transmitir la idea del conformismo, nos quiere hacer sentir importantes, y vaya si lo consigue. Pero al igual que resulta absurdo el suicida al pensar que su vida no importa, no menos absurdo es pensar que nuestra vida vale más de lo que en realidad vale.
Es cierto que en una época del año en que la tasa de suicidios se dispara es vital hacer sentir a la gente importante, y que en esta sociedad el conformismo juega un importante papel, el resignarse a hacer lo que uno tiene que hacer. Pero todos esos mensajes ocultos como, “En estos tiempos, hay que ser un buen tirador”, no pueden pasar desapercibidos.
Sin embargo, cualquiera que sepa apreciar el séptimo arte, sabrá apreciar esta película. “¿Deseas la luna? Dime solamente una palabra, la cogeré con un lazo y te la entregaré”. No creo que exista una sola frase mejor que esta, ni muchos romances más tiernos que el de este metraje. No hay muchos personajes más encantadores que el de Clarence (Henry Travers). Lo único que pretendo es poner cada cosa en su sitio, y ser consciente de sus grandezas y de sus miserias, de sus mensajes ocultos y de su determinismo.

5.8
99,089
6
22 de octubre de 2009
22 de octubre de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mars Attacks se puede considerar una obra menor dentro de la filmografía de Burton. Obviamente, palidece en comparación con las enormes Edward Scissorhands (1990) o Big Fish (2003), pero es que estas películas son palabras mayores. Puede que la mejor crítica posible sea decir que Mars Attacks es muy burtoniana: es su mundo, su originalidad, su técnica…
Sólo que, con permiso de Beetlejuice (1988), es la película más divertida de este director, pese a que los que tienen gracia, los pequeños hombrecitos del planeta vecino, no dicen ni una palabra (al menos una inteligible). Son un grupo de napoleones marcianos que desean expandir su imperio —los motivos, ni los conocemos, ni los necesitamos—, haciendo lo que cualquier napoleón con dos dedos de frente haría: mentir, traicionar…
Con esta película contestaba Burton al bombardeo alienígena de panfletos patrióticos como Independence Day (1996). Y es que si vieran esas películas los marcianos, se descojonarían de nosotros. Al mismo tiempo, Burton hace un guiño inconfundible al genial War of the Worlds. Hasta el final es parecido, demasiado parecido.
Las críticas a este film se han centrado, precisamente, en este aspecto. De acuerdo que es un final previsible, pero ¿qué podíamos esperar? Es un final lógico, coherente. Si se nos cuenta una historia de destrucción, una guerra desde un punto de vista determinado, es obvio que ese punto de vista no ha sido aniquilado, sino que ha ganado la guerra. Siempre se nos va a contar desde el punto de vista de quien sobrevive porque si no, ¿quién nos la contaría? Y de acuerdo que la lógica y la relación vida/muerte no es muy usual en el director de Sleepy Hollow (1999), pero esto es un homenaje a Orwell, a las B Movies, y a la ciencia ficción de los 50.
Entonces me podéis decir que si la lógica impera, ¿de dónde narices sacan la maquina traductora? Cuidado, yo no he dicho que la lógica impere. Yo he dicho que ésta película no va de muertos, y los muertos no juegan un papel relevante. Esta película va de marcianos y de intercambios culturales, y aquí no impera la lógica.
La mayor crítica, según mi punto de vista, recae en algunos personajes totalmente insulsos para la trama; actores que no lucen tanto como cabría esperar —si tienes a Jack Nicholson de presidente de los EEUU, esperas que sea un personaje extravagante, esperas que sea el loco de Jack; y más si enfrente está el marciano más cabroncete que se ha creado—, y tramas totalmente prescindibles. También hay guiños al público más infantil, pero no son óbice para una desternillante película.
@90sm (sigo en el spoiler por motivos de extensión)
Sólo que, con permiso de Beetlejuice (1988), es la película más divertida de este director, pese a que los que tienen gracia, los pequeños hombrecitos del planeta vecino, no dicen ni una palabra (al menos una inteligible). Son un grupo de napoleones marcianos que desean expandir su imperio —los motivos, ni los conocemos, ni los necesitamos—, haciendo lo que cualquier napoleón con dos dedos de frente haría: mentir, traicionar…
Con esta película contestaba Burton al bombardeo alienígena de panfletos patrióticos como Independence Day (1996). Y es que si vieran esas películas los marcianos, se descojonarían de nosotros. Al mismo tiempo, Burton hace un guiño inconfundible al genial War of the Worlds. Hasta el final es parecido, demasiado parecido.
Las críticas a este film se han centrado, precisamente, en este aspecto. De acuerdo que es un final previsible, pero ¿qué podíamos esperar? Es un final lógico, coherente. Si se nos cuenta una historia de destrucción, una guerra desde un punto de vista determinado, es obvio que ese punto de vista no ha sido aniquilado, sino que ha ganado la guerra. Siempre se nos va a contar desde el punto de vista de quien sobrevive porque si no, ¿quién nos la contaría? Y de acuerdo que la lógica y la relación vida/muerte no es muy usual en el director de Sleepy Hollow (1999), pero esto es un homenaje a Orwell, a las B Movies, y a la ciencia ficción de los 50.
Entonces me podéis decir que si la lógica impera, ¿de dónde narices sacan la maquina traductora? Cuidado, yo no he dicho que la lógica impere. Yo he dicho que ésta película no va de muertos, y los muertos no juegan un papel relevante. Esta película va de marcianos y de intercambios culturales, y aquí no impera la lógica.
La mayor crítica, según mi punto de vista, recae en algunos personajes totalmente insulsos para la trama; actores que no lucen tanto como cabría esperar —si tienes a Jack Nicholson de presidente de los EEUU, esperas que sea un personaje extravagante, esperas que sea el loco de Jack; y más si enfrente está el marciano más cabroncete que se ha creado—, y tramas totalmente prescindibles. También hay guiños al público más infantil, pero no son óbice para una desternillante película.
@90sm (sigo en el spoiler por motivos de extensión)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y en cuanto a escenas y diálogos… pues no es Tarantino, no. Para mí los mejores detalles son: el aterrizaje de los marcianos, el nuevo coro de Tom Jones, el marciano que hojea el Playboy, y los marcianos mirones. Ver a todos esos lunáticos de lo paranormal congregados, reunidos para hacer más fácil su masacre. Ver ese intento casi tribal de comunicación entre los dos embajadores. Y sobre todo, el engaño que casi envuelve al espectador… Es algo que no tiene precio. Y no sólo ese engaño, sino que resulta que los pequeños extraterrestres son unos mentirosos de mucho cuidado (ante la credulidad y tontería de los terrícolas).
En definitiva, una película subestimada. Un sano ejercicio de reírse de uno mismo —de la humanidad entera—, y una empatía con los marcianos más malvados de la historia, pero los más graciosos. Porque partimos de ellos, salimos con sus naves y también morimos (nuestro interés en la película) con ellos.
En definitiva, una película subestimada. Un sano ejercicio de reírse de uno mismo —de la humanidad entera—, y una empatía con los marcianos más malvados de la historia, pero los más graciosos. Porque partimos de ellos, salimos con sus naves y también morimos (nuestro interés en la película) con ellos.

4.5
15,229
2
25 de diciembre de 2012
25 de diciembre de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
25 de diciembre. Termino la copa de Baileys y me digo, vamos a ver una peli de las que me bajé ayer… Veo “Mirror, mirror”, digo, bueno… es Navidad… Pasan los primeros 5 minutos y pienso que puede estar bien, entretenida y agradable… hasta que aparecen sus cejas. Después, no puedo pensar otra cosa… ¿Pero por qué no se hace las cejas?
Antes de pasar al spoiler, que te pido que veas pues así te ahorras desperdiciar dos horas de tu vida, comentar la desgracia que supone ver cómo se malgastan millones en efectos especiales, animación, decorados, vestuario... en hacer mierdas como esta o como la nefasta "Alicia" del genio irregular que es Tim Burton.
Antes de pasar al spoiler, que te pido que veas pues así te ahorras desperdiciar dos horas de tu vida, comentar la desgracia que supone ver cómo se malgastan millones en efectos especiales, animación, decorados, vestuario... en hacer mierdas como esta o como la nefasta "Alicia" del genio irregular que es Tim Burton.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sale Julia y, pensaba que había tocado ya fondo como actriz, pero no… Todavía tiene mucho que ofrecer. Y empiezo a pensar que es una buena actriz, porque hay que ser mala, pero que muy mala, para hacernos sufrir de esta manera. Se suceden las cosas de palacio… ya tengo claro que me espera un gran truño.
Y luego aparece él, el príncipe más tonto que se ha visto. Y las “gracias” de su sirviente que no vuelve aparecer pese a que prometía muchos momentos de vergüenza ajena. Y luego, de la noche a la mañana, la tontaina de Blancanieves decide salir de palacio. Y para pasar desapercibida, no se le ocurre otra cosa que ponerse una capa dorada. Y los guardias, que no la habían dejado salir en 18 años, pues, pues… pues no sé, la verdad que no dejo de pensar en sus cejas, tan negras y densas como esta “película”.
Y Blancanieves baila con el príncipe, y aunque es a la vez muy moderna, escapa al machismo y todo eso… pues bueno, cae en todos los tópicos del “patriarcado”. Y se alía con un grupo de enanos en zancos a los que han debido pagar muy bien para soportar las humillaciones y el escarnio que reciben ante millones de ojos. Y se convierte en una fantástica guerrera que derrota marionetas a las que se le ven los hilos, como a esta “película”, como a este “director”, como a esta “industria del cine”…
Si el “humor” ñoño y patético de hasta ahora me parecía lo peor que había visto… es que no sabía lo que me esperaba… El tontolaba del príncipe se comporta con un perrillo… Ay pero qué gracioso, pero si ni Leo Harlem… Bueno, las cejas con una niña pegada a ellas, una niña moderna claro, de esas independientes, pues bueno, se tiene que preparar adecuadamente con fresas para dale un beso que rompa el hechizo… pero un beso de amor eh, del verdadero… por un tío bueno con un coeficiente inferior al de Sergio Ramos… para hacérselo mirar.
Bueno, que parece que este truño se acaba y para ello, las cejas luchan con una malvada bestia que, oh, sorpresa, está dirigida por Julia Roberts y… oh, más sorpresa, es su propio padre, que no la ha visto en 10 años pero claro, la reconoce automáticamente, a pesar de que él no ha envejecido nada.
Y, aunque Blancanieves se supone que ha derrotado a… no, que sigue con las mismas cejas. Aunque ni ella ni ninguno de los demás ha hecho nada más que “bromas” sin ninguna gracia durante dos horas… A pesar de que ella es superguay e independiente y no le molestan esas cejas para nada… pues bueno, termina sucumbiendo de nuevo al patriarcado.
Y así un cuento innovador, atrevido, arriesgado… sólo incorpora dos cosas a esta fábula al tiempo que la destroza… porque, a pesar de ese baile que te demuestra una vez más que no puedes decir nunca “esto no puede ir a peor”, con lo único que me quedo son con las cejas de Blancanieves.
Hemos encontrado a la hermana secreta de Luis Tosar, qué pena que todo el talento se lo quedase él. Y colorín, colorado, por suerte para todos, este truño se ha acabado.
Y luego aparece él, el príncipe más tonto que se ha visto. Y las “gracias” de su sirviente que no vuelve aparecer pese a que prometía muchos momentos de vergüenza ajena. Y luego, de la noche a la mañana, la tontaina de Blancanieves decide salir de palacio. Y para pasar desapercibida, no se le ocurre otra cosa que ponerse una capa dorada. Y los guardias, que no la habían dejado salir en 18 años, pues, pues… pues no sé, la verdad que no dejo de pensar en sus cejas, tan negras y densas como esta “película”.
Y Blancanieves baila con el príncipe, y aunque es a la vez muy moderna, escapa al machismo y todo eso… pues bueno, cae en todos los tópicos del “patriarcado”. Y se alía con un grupo de enanos en zancos a los que han debido pagar muy bien para soportar las humillaciones y el escarnio que reciben ante millones de ojos. Y se convierte en una fantástica guerrera que derrota marionetas a las que se le ven los hilos, como a esta “película”, como a este “director”, como a esta “industria del cine”…
Si el “humor” ñoño y patético de hasta ahora me parecía lo peor que había visto… es que no sabía lo que me esperaba… El tontolaba del príncipe se comporta con un perrillo… Ay pero qué gracioso, pero si ni Leo Harlem… Bueno, las cejas con una niña pegada a ellas, una niña moderna claro, de esas independientes, pues bueno, se tiene que preparar adecuadamente con fresas para dale un beso que rompa el hechizo… pero un beso de amor eh, del verdadero… por un tío bueno con un coeficiente inferior al de Sergio Ramos… para hacérselo mirar.
Bueno, que parece que este truño se acaba y para ello, las cejas luchan con una malvada bestia que, oh, sorpresa, está dirigida por Julia Roberts y… oh, más sorpresa, es su propio padre, que no la ha visto en 10 años pero claro, la reconoce automáticamente, a pesar de que él no ha envejecido nada.
Y, aunque Blancanieves se supone que ha derrotado a… no, que sigue con las mismas cejas. Aunque ni ella ni ninguno de los demás ha hecho nada más que “bromas” sin ninguna gracia durante dos horas… A pesar de que ella es superguay e independiente y no le molestan esas cejas para nada… pues bueno, termina sucumbiendo de nuevo al patriarcado.
Y así un cuento innovador, atrevido, arriesgado… sólo incorpora dos cosas a esta fábula al tiempo que la destroza… porque, a pesar de ese baile que te demuestra una vez más que no puedes decir nunca “esto no puede ir a peor”, con lo único que me quedo son con las cejas de Blancanieves.
Hemos encontrado a la hermana secreta de Luis Tosar, qué pena que todo el talento se lo quedase él. Y colorín, colorado, por suerte para todos, este truño se ha acabado.
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