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7
11 de julio de 2024
11 de julio de 2024
47 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fly Me to the Moon es una de esas películas que te dan lo que te esperas y un poquito más, de las que sales confortado de la sala, probablemente de las pocas que van a transmitir eso en cartelera este verano.
Si bien no te rompe la cabeza, hay que reconocer que la película tiene capacidad de sorpresa: uno se espera una comedia romántica entre Scarlett Johansson y Channing Tatum (etiqueta que como reclamo comercial ya vende sola) y acaba por encontrarse con una película que contiene segmentos muy dramáticos. Su director, Greg Berlanti, nos sitúa en el centro de una sociedad americana con una moral venida a menos y una época de tensión y violencia al final de los 60, haciendo que las tibias emociones que levantan el contexto socio-político estadounidense y su guerra con el comunismo se vean contrarrestadas con la solución que propone la protagonista: vender la ilusión que supone ganar la carrera espacial por llegar a la Luna. De hecho, la película nos presenta esto antes que a sus protagonistas, remarcando el retrato social tan serio y solemne y la trascendencia de lo que va a ocurrir. Lo hace inmersivamente con una gran dosis de patriotismo (que supongo que calará en su país de origen) y el clásico relato de E.E.U.U. como los salvadores históricos, hecho liviano a través de un dúo que no dejará de sacarnos risas con su dicotomía entre vender a la NASA y realmente hacer funcionar la NASA. A pesar de la inesperada madurez al contar este episodio de la historia yankee, estamos ante una comedia que al final acaba por tornarse 'feel-good movie' e incluso darte una sensación de ser familiar con un mensaje sensiblero y emocional acerca de ser uno mismo, hacer las cosas bien, y tratar con amor a las personas por las que lo sientes.
Nada más que por la actuación que nos otorga Scarlett con su dulce y avispada Kelly Jones ya merece su visionado, dando vida a una encantadora directora de marketing muy perspicaz y sin escrúpulos, pero con muchos matices que revelan ese viaje personal de huida y no querer enfrentarse a las consecuencias de su pasado. Este quizás es uno de los puntos más flojos de la película, puesto que la forma de tratar este conflicto a lo largo de la misma crea unas expectativas en el espectador impresionadas por un gran dramatismo y ocultismo que igual no resulta del todo satisfactorio finalmente, siendo quizás un motivo algo endeble para entender lo que hace a Kelly ser así pero sin dejar de ser una explicación aceptable. Aun así, Scarlett da vida a una mujer de armas tomar con un humor muy ácido y muy camaleónica, con cambios de registros, acentos, gestos y demás que visten a un personaje que no deja de actuar a su conveniencia para conseguir lo que quiere siempre.
Channing Tatum es el otro encargado de cargar con el peso de la cinta y lo hace con una actuación verdaderamente creíble: está estupendo como Cole Davis, haciendo el contrapeso de la maquiavélica Kelly con un personaje serio y disciplinado, enfocado en llevar al Apolo 11 a la Luna y no repetir los errores que le atormentan y que vamos descubriendo a lo largo de la cinta.
El resto del casting está genial logrando personajes que acompañan y abrigan muy bien la historia, aunque muchos caen en esbozos y alivios cómicos, pero no de manera negativa sino al contrario: su falta de profundidad los hace más amables para el espectador. No podía terminar la parte actoral sin hacer una mención especial a un Woody Harrelson que se nota que se lo está pasando en grande mientras explota esa mezcla entre lo jodidamente aterrador que puede ser su personaje como hombre del presidente sin límites morales y lo delirante y gracioso que resulta a veces cuando quiere ser simpático, ambos registros a los que nos tiene acostumbrados por separado pero no tanto en conjunto.
Sin embargo, Fly Me to the Moon no es perfecta. El problema que más destaca es su algo inestable ritmo, pues se antoja bastante irregular con altibajos muy dinámicos y divertidos y otros que se alargan de más con un numeroso uso de la elipsis y de secuencias de montaje que despachan cantidades de tiempo y acciones narrativas en escenas de apenas segundos. Esto a su vez debilita a veces la construcción dramática de ciertos hechos y momentos al no haber prácticamente espacio o desarrollo entre lo que ocurre y las consecuencias para los personajes y como solventarlas: podemos ver una acción crucial para la misión de los personajes salir bien o mal, y justo cortar a la escena donde eso ya está celebrado o superado respectivamente, o con suerte directamente al momento en el que lo están haciendo. En general habría venido bien aligerar alguna parte y tramas y construir mejor otras, recortando el metraje algunos minutos ya que, aunque se hace amena la película, uno nota que se está alargando o extendiendo bastante cuando llega a su tramo final a raíz de lo mencionado, ya que en verdad probablemente esta sea la parte más notable de la película. En cualquier caso, esto es por la concepción y producción de la película, ya que el montaje está impecable y consigue sin fallos no solo su cometido de ser ligera, sino todo lo que pretende.
A pesar de que pueda parecer que no me ha gustado mucho (realmente solo cumplo la exigencia y la parte de criticar de una crítica) por hablar de los motivos que alejan a la película de la excelencia, recomiendo su visionado con ciertas ganas. Estamos ante una película divertida, que saca muchas risas y cumple con el entretenimiento que pretende ofrecer con sobresaliente, todo con un humor lleno de ironía y a su vez bastante inteligente, y con grandes gags cuando pretender ser tonta (me entenderán con lo del gato negro si la ven). También cabe destacar su impresionante apartado técnico: la fotografía es excelente y la música acompaña muy bien, y los efectos especiales y prácticos hacen que de verdad te sientas en la NASA.
En resumen: una película notable, muy correcta y ante todo disfrutable. De 7 pero cercana a un 8 para mí, personal y subjetivamente.
Si bien no te rompe la cabeza, hay que reconocer que la película tiene capacidad de sorpresa: uno se espera una comedia romántica entre Scarlett Johansson y Channing Tatum (etiqueta que como reclamo comercial ya vende sola) y acaba por encontrarse con una película que contiene segmentos muy dramáticos. Su director, Greg Berlanti, nos sitúa en el centro de una sociedad americana con una moral venida a menos y una época de tensión y violencia al final de los 60, haciendo que las tibias emociones que levantan el contexto socio-político estadounidense y su guerra con el comunismo se vean contrarrestadas con la solución que propone la protagonista: vender la ilusión que supone ganar la carrera espacial por llegar a la Luna. De hecho, la película nos presenta esto antes que a sus protagonistas, remarcando el retrato social tan serio y solemne y la trascendencia de lo que va a ocurrir. Lo hace inmersivamente con una gran dosis de patriotismo (que supongo que calará en su país de origen) y el clásico relato de E.E.U.U. como los salvadores históricos, hecho liviano a través de un dúo que no dejará de sacarnos risas con su dicotomía entre vender a la NASA y realmente hacer funcionar la NASA. A pesar de la inesperada madurez al contar este episodio de la historia yankee, estamos ante una comedia que al final acaba por tornarse 'feel-good movie' e incluso darte una sensación de ser familiar con un mensaje sensiblero y emocional acerca de ser uno mismo, hacer las cosas bien, y tratar con amor a las personas por las que lo sientes.
Nada más que por la actuación que nos otorga Scarlett con su dulce y avispada Kelly Jones ya merece su visionado, dando vida a una encantadora directora de marketing muy perspicaz y sin escrúpulos, pero con muchos matices que revelan ese viaje personal de huida y no querer enfrentarse a las consecuencias de su pasado. Este quizás es uno de los puntos más flojos de la película, puesto que la forma de tratar este conflicto a lo largo de la misma crea unas expectativas en el espectador impresionadas por un gran dramatismo y ocultismo que igual no resulta del todo satisfactorio finalmente, siendo quizás un motivo algo endeble para entender lo que hace a Kelly ser así pero sin dejar de ser una explicación aceptable. Aun así, Scarlett da vida a una mujer de armas tomar con un humor muy ácido y muy camaleónica, con cambios de registros, acentos, gestos y demás que visten a un personaje que no deja de actuar a su conveniencia para conseguir lo que quiere siempre.
Channing Tatum es el otro encargado de cargar con el peso de la cinta y lo hace con una actuación verdaderamente creíble: está estupendo como Cole Davis, haciendo el contrapeso de la maquiavélica Kelly con un personaje serio y disciplinado, enfocado en llevar al Apolo 11 a la Luna y no repetir los errores que le atormentan y que vamos descubriendo a lo largo de la cinta.
El resto del casting está genial logrando personajes que acompañan y abrigan muy bien la historia, aunque muchos caen en esbozos y alivios cómicos, pero no de manera negativa sino al contrario: su falta de profundidad los hace más amables para el espectador. No podía terminar la parte actoral sin hacer una mención especial a un Woody Harrelson que se nota que se lo está pasando en grande mientras explota esa mezcla entre lo jodidamente aterrador que puede ser su personaje como hombre del presidente sin límites morales y lo delirante y gracioso que resulta a veces cuando quiere ser simpático, ambos registros a los que nos tiene acostumbrados por separado pero no tanto en conjunto.
Sin embargo, Fly Me to the Moon no es perfecta. El problema que más destaca es su algo inestable ritmo, pues se antoja bastante irregular con altibajos muy dinámicos y divertidos y otros que se alargan de más con un numeroso uso de la elipsis y de secuencias de montaje que despachan cantidades de tiempo y acciones narrativas en escenas de apenas segundos. Esto a su vez debilita a veces la construcción dramática de ciertos hechos y momentos al no haber prácticamente espacio o desarrollo entre lo que ocurre y las consecuencias para los personajes y como solventarlas: podemos ver una acción crucial para la misión de los personajes salir bien o mal, y justo cortar a la escena donde eso ya está celebrado o superado respectivamente, o con suerte directamente al momento en el que lo están haciendo. En general habría venido bien aligerar alguna parte y tramas y construir mejor otras, recortando el metraje algunos minutos ya que, aunque se hace amena la película, uno nota que se está alargando o extendiendo bastante cuando llega a su tramo final a raíz de lo mencionado, ya que en verdad probablemente esta sea la parte más notable de la película. En cualquier caso, esto es por la concepción y producción de la película, ya que el montaje está impecable y consigue sin fallos no solo su cometido de ser ligera, sino todo lo que pretende.
A pesar de que pueda parecer que no me ha gustado mucho (realmente solo cumplo la exigencia y la parte de criticar de una crítica) por hablar de los motivos que alejan a la película de la excelencia, recomiendo su visionado con ciertas ganas. Estamos ante una película divertida, que saca muchas risas y cumple con el entretenimiento que pretende ofrecer con sobresaliente, todo con un humor lleno de ironía y a su vez bastante inteligente, y con grandes gags cuando pretender ser tonta (me entenderán con lo del gato negro si la ven). También cabe destacar su impresionante apartado técnico: la fotografía es excelente y la música acompaña muy bien, y los efectos especiales y prácticos hacen que de verdad te sientas en la NASA.
En resumen: una película notable, muy correcta y ante todo disfrutable. De 7 pero cercana a un 8 para mí, personal y subjetivamente.
10
15 de enero de 2023
15 de enero de 2023
25 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a ser breve: The Last Of Us está destinada a ser un bombazo porque el material del que parte es fácilmente el mejor videojuego de su generación. Sin embargo, para que esto sea así, hay que saber adaptar la serie, y las noticias no pueden ser mejores: es increíble que en solo una hora y veinte minutos que dura el primer episodio hayan conseguido plasmar a la perfección la esencia del videojuego.
Están todos los elementos que puedes pedirle a la adaptación:
- La historia, que lejos de ser muy respetada, incluso llega a ser ampliada. Lo que en el videojuego es un prólogo de 15 minutos, aquí es una secuencia de más de media hora y con aún más carga dramática.
- Los personajes. A casi nadie le convencía el cast y nos han callado la boca a todos: Pedro Pascal es Joel sin ninguna duda; pero es que en pocos minutos también hemos podido comprobar que Bella Ramsey es Ellie. Si bien los matices de personajes son un poco diferentes a priori, con un Joel menos cínico y una Ellie un poquito menos inocente, notas que ellos son los personajes a pesar de tener rostros diferentes. Recomiendo verla en versión original, aunque he repetido una parte con el doblaje y es un detallazo contar con las mismas voces de doblaje que en el videojuego.
- El contexto: un mundo post apocalíptico a raíz de un virus en el que hay una dictadura militar y una facción rebelde contra la misma. Con muy poco consiguen recrear ese Boston tan miserable y ruinoso y sumergir al espectador en la situación política y social que viven los personajes y en la que se van a ver involucrados. Tardas poco en familiarizarte con los nombres de FEDRA o los Luciérnagas.
- La acción. Si bien en el primer episodio no hay mucha más allá del prólogo (que por cierto es aún más exagerado), ya se ve la crudeza que caracterizaba al videojuego. Chapó por los efectos especiales por cierto, tanto los prácticos como los digitales. Y cabe destacar que hasta la jugabilidad del juego se deja asomar en pantalla, con acciones tan simples como subir unas escaleras, abrir una puerta explorando o pasar debajo de un camión. ¡Si es que hasta como Joel saca la mochila es un guiño a este aspecto del juego!
- La caracterización. La manera que tienen de mostrar a los infectados es tremenda, sintiendo verdadero terror y con un trabajo de maquillaje muy bueno. Dejan ganas de ver hasta dónde ha podido llegar el equipo de arte en los próximos capítulos.
- La música. Tener a Gustavo Santaolalla haciendo la banda sonora de nuevo y poder disfrutar de los acordes de guitarra tan característicos de la saga es todo un deleite.
Como toda adaptación, muestra cambios respecto al material original, pero son verdaderamente en favor del formato televisivo y sobre todo para ayudar y sumar a la construcción dramática de la serie, lo que es todo un acierto. Simples detalles como cambiar la razón por la que Joel sale de su casa o el motivo de una explosión ayudan a que el relato sea aún más grande en carga dramática y emocional y en espectacularidad, haciendo que HBO no escatime en gastos y decida poner toda la carne en el asador desde el minuto uno. Cabe destacar el trabajo de Neil Druckmann, que ha sabido trasladar a la pequeña pantalla lo que hizo grande al juego, y de Craig Mazin, que deja un impronta personal en la que agradeces que haya hecho previamente Chernobyl porque en cierto modo se siente una preparación para poder hacer este producto.
En resumen, si has jugado el videojuego, vas a disfrutar lo absurdamente perfecta que se esboza esta adaptación, calcando planos del juego e incluso mejorándolos; y si no, estás de suerte de poder disfrutar una de las mejores historias sobre la raza humana, la supervivencia y los valores que nos quedan en circunstancias tan apocalípticas sin tener que tocar ninguna consola. Incluso diría que es mejor no haberlo jugado, porque si sabiéndome el videojuego de memoria ha conseguido chocarme tanto la serie, ponerme en tensión y jugar con mis emociones de esa manera, no me puedo imaginar el impacto emocional en alguien que nunca se haya acercado a él.
Desde ya, destinada a ser una de las series del año, y no afirmo la que se lleva la palma directamente porque solo hemos visto un episodio y llevamos medio mes de año.
Están todos los elementos que puedes pedirle a la adaptación:
- La historia, que lejos de ser muy respetada, incluso llega a ser ampliada. Lo que en el videojuego es un prólogo de 15 minutos, aquí es una secuencia de más de media hora y con aún más carga dramática.
- Los personajes. A casi nadie le convencía el cast y nos han callado la boca a todos: Pedro Pascal es Joel sin ninguna duda; pero es que en pocos minutos también hemos podido comprobar que Bella Ramsey es Ellie. Si bien los matices de personajes son un poco diferentes a priori, con un Joel menos cínico y una Ellie un poquito menos inocente, notas que ellos son los personajes a pesar de tener rostros diferentes. Recomiendo verla en versión original, aunque he repetido una parte con el doblaje y es un detallazo contar con las mismas voces de doblaje que en el videojuego.
- El contexto: un mundo post apocalíptico a raíz de un virus en el que hay una dictadura militar y una facción rebelde contra la misma. Con muy poco consiguen recrear ese Boston tan miserable y ruinoso y sumergir al espectador en la situación política y social que viven los personajes y en la que se van a ver involucrados. Tardas poco en familiarizarte con los nombres de FEDRA o los Luciérnagas.
- La acción. Si bien en el primer episodio no hay mucha más allá del prólogo (que por cierto es aún más exagerado), ya se ve la crudeza que caracterizaba al videojuego. Chapó por los efectos especiales por cierto, tanto los prácticos como los digitales. Y cabe destacar que hasta la jugabilidad del juego se deja asomar en pantalla, con acciones tan simples como subir unas escaleras, abrir una puerta explorando o pasar debajo de un camión. ¡Si es que hasta como Joel saca la mochila es un guiño a este aspecto del juego!
- La caracterización. La manera que tienen de mostrar a los infectados es tremenda, sintiendo verdadero terror y con un trabajo de maquillaje muy bueno. Dejan ganas de ver hasta dónde ha podido llegar el equipo de arte en los próximos capítulos.
- La música. Tener a Gustavo Santaolalla haciendo la banda sonora de nuevo y poder disfrutar de los acordes de guitarra tan característicos de la saga es todo un deleite.
Como toda adaptación, muestra cambios respecto al material original, pero son verdaderamente en favor del formato televisivo y sobre todo para ayudar y sumar a la construcción dramática de la serie, lo que es todo un acierto. Simples detalles como cambiar la razón por la que Joel sale de su casa o el motivo de una explosión ayudan a que el relato sea aún más grande en carga dramática y emocional y en espectacularidad, haciendo que HBO no escatime en gastos y decida poner toda la carne en el asador desde el minuto uno. Cabe destacar el trabajo de Neil Druckmann, que ha sabido trasladar a la pequeña pantalla lo que hizo grande al juego, y de Craig Mazin, que deja un impronta personal en la que agradeces que haya hecho previamente Chernobyl porque en cierto modo se siente una preparación para poder hacer este producto.
En resumen, si has jugado el videojuego, vas a disfrutar lo absurdamente perfecta que se esboza esta adaptación, calcando planos del juego e incluso mejorándolos; y si no, estás de suerte de poder disfrutar una de las mejores historias sobre la raza humana, la supervivencia y los valores que nos quedan en circunstancias tan apocalípticas sin tener que tocar ninguna consola. Incluso diría que es mejor no haberlo jugado, porque si sabiéndome el videojuego de memoria ha conseguido chocarme tanto la serie, ponerme en tensión y jugar con mis emociones de esa manera, no me puedo imaginar el impacto emocional en alguien que nunca se haya acercado a él.
Desde ya, destinada a ser una de las series del año, y no afirmo la que se lleva la palma directamente porque solo hemos visto un episodio y llevamos medio mes de año.
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