Christopher Nolan está sin duda en su mejor forma, aunque tal vez para algunos no signifique algo muy bueno. Tenet, su útimo filme, llega recargado de elementos frecuentes en su cine, como siempre, innovador, y a su favor juegan muchas cosas: una dirección que inyecta adrenalina, que proporciona un ritmo imparable; una fotografía bastante buena, que permite apreciar cada detalle dentro del cuadro; efectos visuales destacables y coreografías muy bien bien hechas; una mezcla de sonido que genera un ambiente todavía más envolvente; y qué decir de la música de Ludwig Goransson. Todos los factores se unen para crear una armonía que aumenta el disfrute de esta increíble pieza. Sin embargo, Tenet posee un arma de doble filo: la forma en la que Nolan decide desarrollar la trama. Para no dar spoilers, se proporciona mucha información al público durante la primera mitad y suceden muchas cosas que pueden dejar sin aliento al espectador. Pero en la segunda parte... es aun más extremo. Afortunadamente, la complejidad no fue un gran problema para el autor de este texto. Como dice uno de los personajes en la cinta: "no trates de entenderlo, siéntelo". No hay que pensar de más. Gradualmente, todo se hace más comprensible.

Tal vez hayan pasado ya unos años, pero es remarcable lo que logró esta película, este evento cinematográfico sin precedentes. Pocas veces vemos a nuestros héroes perder y esta es una de ellas. Aunque su final es un cliffhanger y algunas (pocas) ocasiones podemos ver a un Thanos de videojuego, no podemos dejar del lado los arcos argumentales de los personajes -el de Thanos sobre todo, que es el protagonista-, los increíbles efectos especiales y el CGI, diálogos memorables, una dirección bastante decente de los Russo y momentos de frenesí. Un blockbuster imperdible.

Siendo directo, este whodunit no carece de nada. La dirección y el guion están muy bien coordinados, pues Rian Johnson conoce su trabajo y lo que quiere hacer. Las actuaciones están remarcables, el diseño de producción ayuda mucho, la música acentúa lo que se quiere expresar de una manera correcta. Su elaborado guion incluso mereció el reconocimiento de La Academia. Sabe que el público es inteligente y por ello las escenas de explicación son pocas y necesarias por si alguien se perdió. Aunque hay un discurso político de por medio, su ligereza es omisible, pues no es de relevancia en la trama.