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Críticas ordenadas por utilidad
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5.1
21,498
2
7 de diciembre de 2007
7 de diciembre de 2007
135 de 160 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepción y vergüenza. Son la palabras que mejor describen mi experiencia al salir de la sala de proyecciones. ¿Y por qué estos vocablos, precisamente? Veamos. Se suele decir que es realmente difícil adaptar una obra literaria al cine. No obstante, el ejemplo reciente de la trilogía de "El Señor de los Anillos" demuestra a las claras que un buen guión -basado en una adaptación respetuosa con el original- es la mejor baza para cualquier film de este tipo. Los problemas llegan cuando alguien decide que hay que cambiar las cosas.
Respecto al guión, hay tres hechos que considero nefastos y que influyen muchísimo en el ritmo de la película: alterar el orden de los acontecimientos, tal y como suceden en el libro, inventándose escenas totalmente innecesarias y eliminando muchas esenciales; no contar el final de la novela, que es donde se explica el verdadero punto central de la trama, con lo que casi ni nos enteramos de qué va la historia; y, sobre todo, eliminar cualquier rastro de suspense al explicar al principio del film, y mediante una voz en off, otro de los principales temas de la película que en el libro se va descubriendo poco a poco.
Respecto a los personajes, en vez de acudir al texto original, en el que no se sabe realmente de qué lado está cada cual, desde el principio asistimos a una simplificación ridícula, con unos "buenos" que parecen ángeles y unos "malos" que, por simplones, resultan hasta risibles.
Todo el juego político, de la lucha y el equilibrio de poderes entre el College, la Iglesia, la Junta de Oblación,... queda totalmente desvirtuado y reducido a la nada mediante la creación del todopoderoso "Magisterio", una institución tan abstracta y con un objetivo tan evidente (el poder absoluto) que manda al garete otro de los puntos fuertes del libro.
Y, por si fuera poco, todo ello adornado de una ñoñería -ramplona a más no poder- que hace que el resultado final sea el de una aburrida -por liosa- película para niños, que por todos sus cambios y "facilidades" no entienden ni estos ni los adultos.
Tan solo algunos efectos especiales, especialmente los que tienen que ver con los daimonion, logran animar un poco esta fallida adaptación, demasiado aparatosa para que Nicole Kidman y su daimonion, el mono de pelo dorado, puedan salvarla. La recreación del universo paralelo tiene bastantes aciertos, aunque hay detalles no bien resueltos.
Así que, sinceramente, para los que hayan leído el libro, que lleven apuntes para no perderse, como me pasó a mí (muchas veces al borde del ataque de nervios preguntándome cómo iban a retomar el argumento original); y, para los que no lo han leído, que sepan que van a ver algo que no tiene nada que ver con el texto original, mucho más doloroso, bello, cruel e inteligente.
Respecto al guión, hay tres hechos que considero nefastos y que influyen muchísimo en el ritmo de la película: alterar el orden de los acontecimientos, tal y como suceden en el libro, inventándose escenas totalmente innecesarias y eliminando muchas esenciales; no contar el final de la novela, que es donde se explica el verdadero punto central de la trama, con lo que casi ni nos enteramos de qué va la historia; y, sobre todo, eliminar cualquier rastro de suspense al explicar al principio del film, y mediante una voz en off, otro de los principales temas de la película que en el libro se va descubriendo poco a poco.
Respecto a los personajes, en vez de acudir al texto original, en el que no se sabe realmente de qué lado está cada cual, desde el principio asistimos a una simplificación ridícula, con unos "buenos" que parecen ángeles y unos "malos" que, por simplones, resultan hasta risibles.
Todo el juego político, de la lucha y el equilibrio de poderes entre el College, la Iglesia, la Junta de Oblación,... queda totalmente desvirtuado y reducido a la nada mediante la creación del todopoderoso "Magisterio", una institución tan abstracta y con un objetivo tan evidente (el poder absoluto) que manda al garete otro de los puntos fuertes del libro.
Y, por si fuera poco, todo ello adornado de una ñoñería -ramplona a más no poder- que hace que el resultado final sea el de una aburrida -por liosa- película para niños, que por todos sus cambios y "facilidades" no entienden ni estos ni los adultos.
Tan solo algunos efectos especiales, especialmente los que tienen que ver con los daimonion, logran animar un poco esta fallida adaptación, demasiado aparatosa para que Nicole Kidman y su daimonion, el mono de pelo dorado, puedan salvarla. La recreación del universo paralelo tiene bastantes aciertos, aunque hay detalles no bien resueltos.
Así que, sinceramente, para los que hayan leído el libro, que lleven apuntes para no perderse, como me pasó a mí (muchas veces al borde del ataque de nervios preguntándome cómo iban a retomar el argumento original); y, para los que no lo han leído, que sepan que van a ver algo que no tiene nada que ver con el texto original, mucho más doloroso, bello, cruel e inteligente.

6.9
19,147
8
19 de enero de 2017
19 de enero de 2017
21 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vale. No es la película del siglo. Pero tampoco le hace falta. Las interpretaciones del reparto al completo y la historia en sí misma es lo suficientemente solvente y está lo suficientemente bien llevada como para empezar a sacar peros. ¿Complaciente? ¿Previsible? ¿Sin sorpresas? ¿No redefine el cine tal y como lo conocemos? ¡Oh, casualidad! Una película que pretende servir de homenaje a una serie de mujeres que fueron invisibilizadas en las páginas de historia, a pesar de sus increíbles méritos profesionales, simplemente por el hecho de ser mujeres y negras, y ya entramos en el manido debate de si es imprescindible hacer una obra maestra para justificar su existencia. Pero así, olvidamos y negamos el principal valor de la película: la historia que cuenta.
Si abordamos su crítica desde la razón, "Figuras ocultas" muestra, desde su primera a escena hasta la última, una catarata imparable e inabarcable de situaciones, gestos, silencios, miradas y rudas palabras. Y todas giran en torno a una premisa básica pero que parece que todavía levanta ampollas: la sociedad de los años 60 del siglo XX en EE.UU. era una sociedad machista y racista. Así pues, el film se convierte en una radiografía de la expresión más cruda del prejuicio: esa idea sobre otros seres humanos nacida en una comunidad dormida, y cuya gran mayoría ni se cuestiona porque vive con esas reglas cada hora de cada día. Así resulta que acabe convirtiéndose en cómplice de una situación claramente injusta y que parece imposible de superar.
La clara división social que refleja la película para mí es un acierto. No me parece una lectura simplificada, como pueda alguien pensar, sino la cruda realidad de que el racismo y el machismo en esa época constituían la manera "normalizada" de comportamiento. Y el evitar presentar a personajes -que seguro que los habría- que se debatan en una lucha de conciencia más propia de los años 70, los 80 ó de ahora mismo, permite concentrar la atención en el hecho incontestable de que esta historia tremendamente injusta ha ocurrido "antesdeayer", como quien dice. De hecho, su protagonista está viva.
Emocionalmente, el primer puñetazo en el estómago lo recibes al rebuscar en tu memoria: "¿Cómo no sabía nada de estas mujeres hasta ahora?". Y enseguida te asalta una duda inquietante: si Hollywood no hubiera dramatizado la historia... ¿la vida de estas importantes mujeres seguiría siendo desconocida para nosotros? No cabe más que echar un rápido repaso a todas las artistas, científicas o mujeres de toda índole que han corrido la misma suerte.
El segundo guantazo emocional lo he recibido del público de la sala. De acuerdo, es cierto que hay numerosas escenas donde la habilidad de los guionistas, tirando del carácter ejemplar de estas mujeres, junto a sus magníficas interpretaciones, hacen que te brote una sonrisa. Pero es una sonrisa gélida: la sonrisa amarga que se obtiene al ver una pírrica victoria, efectista en el momento y que calma la rabia, pero tras la que adviertes que la batalla real por la igualdad está en pañales y quedan unas cuantas décadas para que el respeto llegue.
Y es aquí que mi crítica acaba en desconcierto. El que provoca las risas hilarantes de gente joven, totalmente desproporcionadas, que ven estas escenas como simples "zascas" de twitter o de tertulia política, como si olvidaran que esas escenas, resueltas con buen oficio cinematográfico, son sólo un pálido reflejo de un pasado oscuro -nunca mejor dicho- y todavía demasiado reciente. Como que, a tenor de los titulares de los periódicos, ni siquiera es pasado.
Lo del espectador de 50 años contestando a dos llamadas de móvil y la acomodadora pidiéndole que apague el teléfono, de juzgado de guardia.
.
Si abordamos su crítica desde la razón, "Figuras ocultas" muestra, desde su primera a escena hasta la última, una catarata imparable e inabarcable de situaciones, gestos, silencios, miradas y rudas palabras. Y todas giran en torno a una premisa básica pero que parece que todavía levanta ampollas: la sociedad de los años 60 del siglo XX en EE.UU. era una sociedad machista y racista. Así pues, el film se convierte en una radiografía de la expresión más cruda del prejuicio: esa idea sobre otros seres humanos nacida en una comunidad dormida, y cuya gran mayoría ni se cuestiona porque vive con esas reglas cada hora de cada día. Así resulta que acabe convirtiéndose en cómplice de una situación claramente injusta y que parece imposible de superar.
La clara división social que refleja la película para mí es un acierto. No me parece una lectura simplificada, como pueda alguien pensar, sino la cruda realidad de que el racismo y el machismo en esa época constituían la manera "normalizada" de comportamiento. Y el evitar presentar a personajes -que seguro que los habría- que se debatan en una lucha de conciencia más propia de los años 70, los 80 ó de ahora mismo, permite concentrar la atención en el hecho incontestable de que esta historia tremendamente injusta ha ocurrido "antesdeayer", como quien dice. De hecho, su protagonista está viva.
Emocionalmente, el primer puñetazo en el estómago lo recibes al rebuscar en tu memoria: "¿Cómo no sabía nada de estas mujeres hasta ahora?". Y enseguida te asalta una duda inquietante: si Hollywood no hubiera dramatizado la historia... ¿la vida de estas importantes mujeres seguiría siendo desconocida para nosotros? No cabe más que echar un rápido repaso a todas las artistas, científicas o mujeres de toda índole que han corrido la misma suerte.
El segundo guantazo emocional lo he recibido del público de la sala. De acuerdo, es cierto que hay numerosas escenas donde la habilidad de los guionistas, tirando del carácter ejemplar de estas mujeres, junto a sus magníficas interpretaciones, hacen que te brote una sonrisa. Pero es una sonrisa gélida: la sonrisa amarga que se obtiene al ver una pírrica victoria, efectista en el momento y que calma la rabia, pero tras la que adviertes que la batalla real por la igualdad está en pañales y quedan unas cuantas décadas para que el respeto llegue.
Y es aquí que mi crítica acaba en desconcierto. El que provoca las risas hilarantes de gente joven, totalmente desproporcionadas, que ven estas escenas como simples "zascas" de twitter o de tertulia política, como si olvidaran que esas escenas, resueltas con buen oficio cinematográfico, son sólo un pálido reflejo de un pasado oscuro -nunca mejor dicho- y todavía demasiado reciente. Como que, a tenor de los titulares de los periódicos, ni siquiera es pasado.
Lo del espectador de 50 años contestando a dos llamadas de móvil y la acomodadora pidiéndole que apague el teléfono, de juzgado de guardia.
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6.2
4,802
4
9 de febrero de 2017
9 de febrero de 2017
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vale, concedamos que es un reparto en estado de gracia, y lo digo en serio: por muy histriónica que resulte la reacción y la personalidad de cada uno de los personajes, los actores dan lo mejor de sí y es gracias a ellos que no te sientes impulsado a dejar de verla.
Asumamos también que la fotografía tiene buena calidad, que la música acompaña, que incluso el susodicho "enfant terrible", que en esta película parece exhibir mucho de terrible y poco de niño, haya sido capaz de dar a la historia su enfoque particular... Bueno, bien rodada, admitamos pulpo como animal de compañía. Ahora bien... ¿y?
¿Qué nos cuenta esta historia? ¿Cómo evolucionan los personajes? ¿En qué varía la situación del supuesto personaje principal ? ¿Qué sacamos en claro cuando salimos del cine?
Asumamos también que la fotografía tiene buena calidad, que la música acompaña, que incluso el susodicho "enfant terrible", que en esta película parece exhibir mucho de terrible y poco de niño, haya sido capaz de dar a la historia su enfoque particular... Bueno, bien rodada, admitamos pulpo como animal de compañía. Ahora bien... ¿y?
¿Qué nos cuenta esta historia? ¿Cómo evolucionan los personajes? ¿En qué varía la situación del supuesto personaje principal ? ¿Qué sacamos en claro cuando salimos del cine?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando la respuesta a todas esas preguntas es la nada más absoluta, habría qué preguntarse por qué hacer una película sobre una historia en torno a un diálogo de besugos a cinco en el que nadie calla... o más bien ¡todos lo hacen!
-¿Cuál es la finalidad de mostrarnos semejante incomunicación que queda sin resolver y de la que no se cuenta el porqué, las diversas causas posibles o es algo resoluble por el efecto de una noticia terrible? ¿Es puro masoquismo? ¿Disfrutar del sufrimiento ajeno?
-La continua tensión existente, causada por el aparente tema principal de la película, no estalla, con lo cual el efecto terapéutico no se produce y se desinfla. Además, la próxima muerte del protagonista, que podría haber ejercido de catarsis colectiva, enseguida queda reducida a un segundo plano. A mitad de la película la suerte del indolente protagonista deja de importar al espectador ante sus continuos rechazos de abrirse a su familia que, literalmente, se lo pone en bandeja.
-La única "revelación" ocurre en la conversación con el hermano, pero también hay que deducirlo: para los que se han quedado la vida ha seguido su camino y lo que venga a decir el protagonista es, en realidad, irrelevante, al haber renunciado voluntariamente a sus familiares. Tampoco se nos permite ver si el pasado guarda alguna razón de peso para esa huida.
-Las enormes dudas que plantean los diferentes personajes y sus relaciones entre ellos, algunas muy interesantes, como el personaje de la cuñada sumisa, quedan inexplicadas por el empeño de volver a centrar la atención en un personaje, el supuesto protagonista, que, francamente, es como una estatua de sal.
-El tema del pájaro del final es casi un insulto: ¿contar en dos minutos la vida del protagonista? Pues haberlo puesto al principio y nos ahorran el sufrimiento.
Buen equipo técnico y buenos actores, que se merecían más que el vacío de una historia de la que desconocemos el sentido. Porque ver sufrir a unos personajes de forma gratuita no debería ser una forma de entretenimiento.
-¿Cuál es la finalidad de mostrarnos semejante incomunicación que queda sin resolver y de la que no se cuenta el porqué, las diversas causas posibles o es algo resoluble por el efecto de una noticia terrible? ¿Es puro masoquismo? ¿Disfrutar del sufrimiento ajeno?
-La continua tensión existente, causada por el aparente tema principal de la película, no estalla, con lo cual el efecto terapéutico no se produce y se desinfla. Además, la próxima muerte del protagonista, que podría haber ejercido de catarsis colectiva, enseguida queda reducida a un segundo plano. A mitad de la película la suerte del indolente protagonista deja de importar al espectador ante sus continuos rechazos de abrirse a su familia que, literalmente, se lo pone en bandeja.
-La única "revelación" ocurre en la conversación con el hermano, pero también hay que deducirlo: para los que se han quedado la vida ha seguido su camino y lo que venga a decir el protagonista es, en realidad, irrelevante, al haber renunciado voluntariamente a sus familiares. Tampoco se nos permite ver si el pasado guarda alguna razón de peso para esa huida.
-Las enormes dudas que plantean los diferentes personajes y sus relaciones entre ellos, algunas muy interesantes, como el personaje de la cuñada sumisa, quedan inexplicadas por el empeño de volver a centrar la atención en un personaje, el supuesto protagonista, que, francamente, es como una estatua de sal.
-El tema del pájaro del final es casi un insulto: ¿contar en dos minutos la vida del protagonista? Pues haberlo puesto al principio y nos ahorran el sufrimiento.
Buen equipo técnico y buenos actores, que se merecían más que el vacío de una historia de la que desconocemos el sentido. Porque ver sufrir a unos personajes de forma gratuita no debería ser una forma de entretenimiento.
TV

7.0
3,928
9
7 de junio de 2014
7 de junio de 2014
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que no sea una película redonda, pero su discurso claro y sin medias tintas sobre las responsabilidades de unos y de otros, la hacen una película imprescindible y que se muestra como la otra cara necesaria de la moneda (la ficción) del excelente y multipremiado documental "How to survive a plague" (la realidad).
El guión se fija en algunos hechos y conductas de todos los implicados: desde la despreocupación inicial por parte de algunos gays, una instantánea del movimiento LGTB de aquellos años, la falta de atención sanitaria que sufrieron los enfermos al principio mientras los pocos sanitarios que los atendían se veían sobrepasados, sin obviar la estrategia de "oídos sordos" que desempeñó el gobierno (los gobiernos), la situación a la que hicieron frente como pudieron, sin olvidar apuntar que fue la extensión del virus entre la población heterosexual la que condujo a que finalmente las instituciones tomaran cartas en el asunto. Y, repasando esta enumeración, su mayor logro reside en plasmarlos todos utilizando como costuras unos personajes que acaban emocionando de muy diversas maneras con sus vivencias personales y que ejercen de hilo conductor.
El reparto es magnífico, con numerosos rostros conocidos, tanto del cine como de la televisión estadounidense. Mark Ruffalo está inmenso y constituye junto a Matt Bomer una de las -sin duda- parejas cinematográficas del año; Julia Roberts y los demás integrantes del reparto tampoco desmerecen en absoluto.
Más que nunca, es una de esas películas que merece el visionado en versión original.
El guión se fija en algunos hechos y conductas de todos los implicados: desde la despreocupación inicial por parte de algunos gays, una instantánea del movimiento LGTB de aquellos años, la falta de atención sanitaria que sufrieron los enfermos al principio mientras los pocos sanitarios que los atendían se veían sobrepasados, sin obviar la estrategia de "oídos sordos" que desempeñó el gobierno (los gobiernos), la situación a la que hicieron frente como pudieron, sin olvidar apuntar que fue la extensión del virus entre la población heterosexual la que condujo a que finalmente las instituciones tomaran cartas en el asunto. Y, repasando esta enumeración, su mayor logro reside en plasmarlos todos utilizando como costuras unos personajes que acaban emocionando de muy diversas maneras con sus vivencias personales y que ejercen de hilo conductor.
El reparto es magnífico, con numerosos rostros conocidos, tanto del cine como de la televisión estadounidense. Mark Ruffalo está inmenso y constituye junto a Matt Bomer una de las -sin duda- parejas cinematográficas del año; Julia Roberts y los demás integrantes del reparto tampoco desmerecen en absoluto.
Más que nunca, es una de esas películas que merece el visionado en versión original.

5.9
33,769
2
8 de junio de 2009
8 de junio de 2009
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno acude al cine ante la llegada de un nuevo capítulo de una saga más o menos mítica, independientemente del envoltorio, espera ver algo más. Quizás un pequeño destello de genialidad, algo que recuerde a aquella idea interesante que dio pie a dos películas realmente notables en el cine de acción (la tercera no contaba).
Sin embargo, transcurrida media hora de película, todas las alarmas han saltado hace tiempo. ¿Dónde está el guión? ¿Ese taco de folios que se supone que hace de hilo conductor de lo que se quiere contar? ¿Es posible que nadie en el Hollywood de hoy haya sido capaz de dotar a la historia original de un nuevo y sorprendente requiebro?¿O que hayan puesto una especie de broche de oro a la historia que todos conocemos? En resumen, ¿por qué hacer una película cuando no hay absolutamente nada nuevo que contar?
La película se pierde en un mar de persecuciones y escenas de lucha hombre-máquina que llegan a cansar. Personajes planos, escenas románticamente absurdas, un nuevo personaje secundario que te cae mejor que el protagonista, el típico personaje infantil que te da la sensación de haberse escapado de una novela de Charles Dickens y numerosos detalles ambientales que hacen chirriar todas las bisagras de la maquinaria del film (que la sede central de un mundo dominado por las máquinas sea de un blanco impoluto, más adecuado para que el mayordomo de la tele pase el dedo en busca de motas de polvo no ayuda mucho, la verdad). Michael Ironside está totalmente desaprovechado, el rostro de Christian Bale recuerda al inexpresivo de Arnold S. y el resto de actores y actrices hacen lo que pueden con las tres líneas de texto que les dejan entre tanto efecto especial.
Y encima, sales del cine con la impresión de que te has quedado sordo después de una sucesión interminable de explosiones. Alguien debería tomar cartas en el asunto del sonido. Más grande, más fuerte y más ensordecedor no deberían ser las claves para el Oscar.
Sin embargo, transcurrida media hora de película, todas las alarmas han saltado hace tiempo. ¿Dónde está el guión? ¿Ese taco de folios que se supone que hace de hilo conductor de lo que se quiere contar? ¿Es posible que nadie en el Hollywood de hoy haya sido capaz de dotar a la historia original de un nuevo y sorprendente requiebro?¿O que hayan puesto una especie de broche de oro a la historia que todos conocemos? En resumen, ¿por qué hacer una película cuando no hay absolutamente nada nuevo que contar?
La película se pierde en un mar de persecuciones y escenas de lucha hombre-máquina que llegan a cansar. Personajes planos, escenas románticamente absurdas, un nuevo personaje secundario que te cae mejor que el protagonista, el típico personaje infantil que te da la sensación de haberse escapado de una novela de Charles Dickens y numerosos detalles ambientales que hacen chirriar todas las bisagras de la maquinaria del film (que la sede central de un mundo dominado por las máquinas sea de un blanco impoluto, más adecuado para que el mayordomo de la tele pase el dedo en busca de motas de polvo no ayuda mucho, la verdad). Michael Ironside está totalmente desaprovechado, el rostro de Christian Bale recuerda al inexpresivo de Arnold S. y el resto de actores y actrices hacen lo que pueden con las tres líneas de texto que les dejan entre tanto efecto especial.
Y encima, sales del cine con la impresión de que te has quedado sordo después de una sucesión interminable de explosiones. Alguien debería tomar cartas en el asunto del sonido. Más grande, más fuerte y más ensordecedor no deberían ser las claves para el Oscar.
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