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5.7
23,062
2
17 de enero de 2006
17 de enero de 2006
30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para quienes no la hayáis visto, no perdáis el tiempo. Pasead, hacer deportes, charlad con los testigos de Jehová, pero por favor, no malgastéis minutos y euros en este espanto.
Si decidís no verla, podéis leer la crítica extensa en la que se habla sobre el argumento.
Si decidís no verla, podéis leer la crítica extensa en la que se habla sobre el argumento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¡Caramba con los guionistas! Tan detallistas para liar un guión enrevesado donde los haya, y en el histriónico encaje de bolillos que proponen se saltan a la torera el sentido común.
¡¡ATENCIÓN, PREGUNTAS!!
¿Por qué la compañía aérea se gasta un pico en el avionazo y en poner a cada pasajero una pantalla de plasma, y no gasta nada en rotular el aparato? Al final, y eso da mala impresión, parece que el avión es un vuelo espía de esos.
¿Por qué en ningún momento se muestra el contacto con las fuerzas de seguridad del exterior cuando el agente de dentro, finge que hay un secuestro? ¿Actuará el solo, en plan Rambo? ¿Qué hacen las esas fuerzas exteriores con el avión ‘quietoparao’ en la pista y la Jodie con el segurata dentro? ¿Esperaban a que terminase el último episodio de ‘Aquí no hay quien viva’ que, ya se sabe, empieza a las diez pero nunca termina antes de medianoche?
¿Por qué, si en teoría hay un terrorista disfrazado entre los pasajeros, no lo buscan al bajarlos?
¿Por qué, si son tan meticulosos contando pasajeros, nadie se percata de que una azafata se queda dentro al desalojar? ¿Ninguno de sus compañeros la echa de menos?
¿Por qué, cuando tiene un montón de oportunidades en el desalojo, y con la confirmación de que ha recibido la transferencia de la pasta, el poli malo no se carga sin más a la Jodie?
¿No resulta poco creíble que al poli, que sabe presas, artes marciales, manejar armas y todo eso, una ingeniero aeronáutica más bien enclenque le sacuda estopa a base de bien, aunque sea con extintor en mano?
¿Qué hace el FBI en Canadá comportándose como los dueños del negocio?
Si en el aeropuerto montan un ‘pifostio’ de consideración con la poli, ambulancias, y toda la pesca, ¿no hay francotiradores para cargarse a Jodie cuando se planta en la escalerilla? ¿No hay escáneres para desactivar el detonador a distancia de otro posible terrorista? ¿Nadie tiene miedo después de que al salir ella de entre la niebla de la explosión con su hija en brazos, en plan ‘El guardaespaldas’, a algún poli nervioso se le escape un tiro?
¿Es sabiduría innata, o durante la carrera le enseñaron a Jodie Foster que los explosivos colocados en el avión sólo iban a reventar la parte en la que estaba el malo y no a mandarlo todo a tomar ‘pol’ saco?
Y lo más importante. Parece trivial pero a mí me desasosiega: ¿es de Bilbao Jodie Foster? Si no, ¿cómo se entiende que baje en mangas de camiseta a la bodega del avión, que allí debe hacer un frío ‘peloteta’ –de hecho, en alguna otra película, medio se congelan de ir ahí–, y salir de la misma guisa a darse un garbeo por la noche y en Terranova?
Ah, la fotografía muy maja, la ambientación excelente y claustrofóbica, la música acorde, la Jodie en plan actoraza, los secundarios estupendos (ojo al comandante, que, menos en la vomitiva escena del perdón final, impone)...
Un envoltorio de casi 10 para una peli sin alma, que engancha al principio, engaña casi siempre y abochorna al final.
¡¡ATENCIÓN, PREGUNTAS!!
¿Por qué la compañía aérea se gasta un pico en el avionazo y en poner a cada pasajero una pantalla de plasma, y no gasta nada en rotular el aparato? Al final, y eso da mala impresión, parece que el avión es un vuelo espía de esos.
¿Por qué en ningún momento se muestra el contacto con las fuerzas de seguridad del exterior cuando el agente de dentro, finge que hay un secuestro? ¿Actuará el solo, en plan Rambo? ¿Qué hacen las esas fuerzas exteriores con el avión ‘quietoparao’ en la pista y la Jodie con el segurata dentro? ¿Esperaban a que terminase el último episodio de ‘Aquí no hay quien viva’ que, ya se sabe, empieza a las diez pero nunca termina antes de medianoche?
¿Por qué, si en teoría hay un terrorista disfrazado entre los pasajeros, no lo buscan al bajarlos?
¿Por qué, si son tan meticulosos contando pasajeros, nadie se percata de que una azafata se queda dentro al desalojar? ¿Ninguno de sus compañeros la echa de menos?
¿Por qué, cuando tiene un montón de oportunidades en el desalojo, y con la confirmación de que ha recibido la transferencia de la pasta, el poli malo no se carga sin más a la Jodie?
¿No resulta poco creíble que al poli, que sabe presas, artes marciales, manejar armas y todo eso, una ingeniero aeronáutica más bien enclenque le sacuda estopa a base de bien, aunque sea con extintor en mano?
¿Qué hace el FBI en Canadá comportándose como los dueños del negocio?
Si en el aeropuerto montan un ‘pifostio’ de consideración con la poli, ambulancias, y toda la pesca, ¿no hay francotiradores para cargarse a Jodie cuando se planta en la escalerilla? ¿No hay escáneres para desactivar el detonador a distancia de otro posible terrorista? ¿Nadie tiene miedo después de que al salir ella de entre la niebla de la explosión con su hija en brazos, en plan ‘El guardaespaldas’, a algún poli nervioso se le escape un tiro?
¿Es sabiduría innata, o durante la carrera le enseñaron a Jodie Foster que los explosivos colocados en el avión sólo iban a reventar la parte en la que estaba el malo y no a mandarlo todo a tomar ‘pol’ saco?
Y lo más importante. Parece trivial pero a mí me desasosiega: ¿es de Bilbao Jodie Foster? Si no, ¿cómo se entiende que baje en mangas de camiseta a la bodega del avión, que allí debe hacer un frío ‘peloteta’ –de hecho, en alguna otra película, medio se congelan de ir ahí–, y salir de la misma guisa a darse un garbeo por la noche y en Terranova?
Ah, la fotografía muy maja, la ambientación excelente y claustrofóbica, la música acorde, la Jodie en plan actoraza, los secundarios estupendos (ojo al comandante, que, menos en la vomitiva escena del perdón final, impone)...
Un envoltorio de casi 10 para una peli sin alma, que engancha al principio, engaña casi siempre y abochorna al final.

6.7
31,783
4
10 de diciembre de 2007
10 de diciembre de 2007
36 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los guionistas de Hollywood están de huelga. Buena noticia cuando se trata de James Mangold (el director que perpetra este adefesio) y de Michael Cooney (el inventor de la historia).
Será sólo una coincidencia ortográfica entre la palabra ingresa thriller y la española trilero, pero bien podía investigarse si hay alguna relación etimológica, porque esta película no es que sea tramposa, como han afirmado la mayoría de las críticas precedentes, sino que toda ella es una monumental, descarada y chapucera trampa.
Si tú, estéril guionista, no sabes cómo salir con inteligencia y verosimilitud de un laberinto en el que andas perdido, ponte en tratamiento, pero no engañes al espectador.
El que quiera saber más, que lea la parte con spoiler.
En resumen, este largometraje no merece más interés que el que uno pueda tener en ver cómo unos caraduras se ganan la vida haciendo cine. Y ni las buenas interpretaciones (Cusack está magnífico), ni la banda sonora, ni la fotografía, todo muy mono y presumiblemente muy caro, pueden salvar el conjunto.
Será sólo una coincidencia ortográfica entre la palabra ingresa thriller y la española trilero, pero bien podía investigarse si hay alguna relación etimológica, porque esta película no es que sea tramposa, como han afirmado la mayoría de las críticas precedentes, sino que toda ella es una monumental, descarada y chapucera trampa.
Si tú, estéril guionista, no sabes cómo salir con inteligencia y verosimilitud de un laberinto en el que andas perdido, ponte en tratamiento, pero no engañes al espectador.
El que quiera saber más, que lea la parte con spoiler.
En resumen, este largometraje no merece más interés que el que uno pueda tener en ver cómo unos caraduras se ganan la vida haciendo cine. Y ni las buenas interpretaciones (Cusack está magnífico), ni la banda sonora, ni la fotografía, todo muy mono y presumiblemente muy caro, pueden salvar el conjunto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El comienzo promete, y engaña con unos despistes que pueden ser legítimos. No sabemos qué nos están contando en el Motel, si la historia de los asesinatos anteriores, o algo que está sucediendo en el presente, en el momento de la revisión de la pena del psicópata.
Al final todo el montaje es la paranoia desdoblada del asesino, que como lo tiene en su atribulada pelota, puede hacer lo que le dé la gana, esto es, que un niño se cargue a un adulto sano, joven y fornido, que sepa cómo hacer explotar un coche y desaparecer un cadáver, y quién sabe, que le salga capa, se ponga los calzoncillos sobre el pantalón y salga volando.
Más astuto, y claramente más difícil, hubiera sido relacionar las múltiples personalidades con lo que crímenes que cometió el susodicho o con su presumiblemente atribulada infancia. Pero claro, eso ya exige pensar, y los guionistas no estaban para tanto.
Al final todo el montaje es la paranoia desdoblada del asesino, que como lo tiene en su atribulada pelota, puede hacer lo que le dé la gana, esto es, que un niño se cargue a un adulto sano, joven y fornido, que sepa cómo hacer explotar un coche y desaparecer un cadáver, y quién sabe, que le salga capa, se ponga los calzoncillos sobre el pantalón y salga volando.
Más astuto, y claramente más difícil, hubiera sido relacionar las múltiples personalidades con lo que crímenes que cometió el susodicho o con su presumiblemente atribulada infancia. Pero claro, eso ya exige pensar, y los guionistas no estaban para tanto.
20 de mayo de 2009
20 de mayo de 2009
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, actuar lo que se dice actuar, no actúan en este película ni Penélope ni casi nadie del reparto. Pero correr, lo que se dice correr (sin reflexivo), Penélope corre una barbaridad. Siempre parece estar en el sitio equivocado. Pa'rriba, pa'bajo, que no llego a los sitios en tiempo y forma, que todo el mundo me necesita a la vez porque mi personaje es el copón de la bondad, ¡ay qué sofoquín! He estado por prepararle una botella de Isostar, que bien ganada se la tiene después de tanto meneo.
Los actores seguramente habrán pensado: si el director y el guiniosta se escaquean de su trabajo, ¿por qué no vamos a hacerlo nosotros también?
Lo dicho, esta peli no sólo es prescindible, sino evitable.
Los actores seguramente habrán pensado: si el director y el guiniosta se escaquean de su trabajo, ¿por qué no vamos a hacerlo nosotros también?
Lo dicho, esta peli no sólo es prescindible, sino evitable.
2
18 de marzo de 2013
18 de marzo de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta película (de alguna forma hay que llamarla) fuera el experimento cutre de unos estudiantes de imagen en el "insti", el resultado sería hasta gracioso.
Reconozco que los padres estamos mal acostumbrados. Hemos visto con nuestros churumbeles la saga de "Toy Story", la colosal "Wall-E", el encanto de "Cars" (la seguna también tiene su puntito), años ha "El Gigante de Hierro"... y tantos otros. Hasta el cine patrio se salva, y "El Cid", pese a sus dibujos hiperhormonados, es soportable. O sea, que íbamos al cine a ver animaciones más o menos computerizadas y nos lo pasábamos pipa. Por desgracia, engendros como "Blackie y Kanuto" (hagan ustedes mismos el chiste fácil con el nombre del chucho) nos devuelven a la tierra, de golpe y sin anestesia. Ni un chiste con gracia, ni un diálogo interesante, ni una escena salvable.
Y otro defecto más: es demasiado ruidosa para echar una cabezada en condiciones.
Reconozco que los padres estamos mal acostumbrados. Hemos visto con nuestros churumbeles la saga de "Toy Story", la colosal "Wall-E", el encanto de "Cars" (la seguna también tiene su puntito), años ha "El Gigante de Hierro"... y tantos otros. Hasta el cine patrio se salva, y "El Cid", pese a sus dibujos hiperhormonados, es soportable. O sea, que íbamos al cine a ver animaciones más o menos computerizadas y nos lo pasábamos pipa. Por desgracia, engendros como "Blackie y Kanuto" (hagan ustedes mismos el chiste fácil con el nombre del chucho) nos devuelven a la tierra, de golpe y sin anestesia. Ni un chiste con gracia, ni un diálogo interesante, ni una escena salvable.
Y otro defecto más: es demasiado ruidosa para echar una cabezada en condiciones.
30 de junio de 2008
30 de junio de 2008
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es decepcionante que uno de los últimos iconos de madurez del cine español, Mario Camus, perpetre un largomentaje tan flojo. En sujetos como Suárez o Aranda no extraña. Pero Camus parecía otra cosa.
No se explica que no se haya dado cuenta del churro que le estaba saliendo, o tal vez sí, y le sea doblemente doloroso. El fiasco se gestó en el guión, descosido y anárquico, y continuó en la pésima selección de actores.
Salvo la decente fotografía de bellísimos paisajes de Cantabria, nada se salva. La música pretende alcanzar cotas altas, con códigos propios, pero no termina de cuajar. Todo resulta fofo, facilón, ingenuamente tonto, que no es lo mismo que humilde.
El guión pasaría por una representación escolar, o lo que es sin duda peor, a veces parece escrito por el mismísmo Ken Loach, ese mediocre que husmea causas nobles para dejar en ellas su excremento de sermón, moralina e izquierdosismo cutre. Los trazos que perfilan los personajes, buenísimos o malísmos, son tan gruesos que el efecto final es una burda caricatura. Son caracteres de opereta, no de trabajo serio y adulto que respete la inteligencia del espectador.
Los diálogos son tan artificiales y la interpretación tan plana, que si uno quita el volumen, es incapaz de distinguir si el actor (o la actora) está anunciando que padece una enfermedad terminal o que quiere sal en el huevo frito para la cena. Pero el guión tampoco ayuda nada. En la parte con spoiler justifico esta afirmación.
En conclusión, una oportunidad perdida, porque se nota que había pasta para la producción y ambiciones artísticas detrás de este proyecto. Por desgracia ninguna de esas expectativas se ha cumplido.
No se explica que no se haya dado cuenta del churro que le estaba saliendo, o tal vez sí, y le sea doblemente doloroso. El fiasco se gestó en el guión, descosido y anárquico, y continuó en la pésima selección de actores.
Salvo la decente fotografía de bellísimos paisajes de Cantabria, nada se salva. La música pretende alcanzar cotas altas, con códigos propios, pero no termina de cuajar. Todo resulta fofo, facilón, ingenuamente tonto, que no es lo mismo que humilde.
El guión pasaría por una representación escolar, o lo que es sin duda peor, a veces parece escrito por el mismísmo Ken Loach, ese mediocre que husmea causas nobles para dejar en ellas su excremento de sermón, moralina e izquierdosismo cutre. Los trazos que perfilan los personajes, buenísimos o malísmos, son tan gruesos que el efecto final es una burda caricatura. Son caracteres de opereta, no de trabajo serio y adulto que respete la inteligencia del espectador.
Los diálogos son tan artificiales y la interpretación tan plana, que si uno quita el volumen, es incapaz de distinguir si el actor (o la actora) está anunciando que padece una enfermedad terminal o que quiere sal en el huevo frito para la cena. Pero el guión tampoco ayuda nada. En la parte con spoiler justifico esta afirmación.
En conclusión, una oportunidad perdida, porque se nota que había pasta para la producción y ambiciones artísticas detrás de este proyecto. Por desgracia ninguna de esas expectativas se ha cumplido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¡Qué patética es la reunión con los aldeanos! Rezuma artificio. El resto de malos avariciosos sigue los cánones del tópico: traje bien planchado, ademanes despóticos y, no podía faltar, brillantina en el pelo.
Como el triangulillo escaleno chico-chica-chico es un relleno en esta película, así queda de postizo y torpemente rematado. Está muy mal contado e igual podía resultar que la chica se casase y tuviese cinco hijos (con cualquiera de los dos pretendientes), que montase un trío (con cualquiera de los dos pretendientes o con algún extra escogido al azar), o que se metiese a monja. Me imagino que me he perdido un par de escenas en alguna cabezada esporádica durante la proyección, si no no me explico la absurda ruptura con el motero. Y es que uno acaba tropezándose con tantos hilos sueltos. Al final la moza se va al quinto pino y aprende inglés. Que le aproveche.
La superación del chico es tan simplista que da verguenza ajena. Nadie sabe en cambio cómo vive este chico. ¿Está solo en la casona del pueblo? ¿Y la comida , y la ropa, y la compra...?
Por cierto, jamás he visto a ningún entrenador tomar el pulso a un deportista poniendo la manaza en el pecho. Señores el pulso se mide con los dedos (nunca el pulgar) bien en el cuello, bien en la muñeca.
Tampoco me imagino que una moto atropelle a un corredor en una prueba ciclista y se dé a la fuga. Y por último, me gustaría saber en qué residencia de ancianos estaba la señora que la palma. Para no ir nunca, más que nada: nunca barren debajo de las camas.
Como el triangulillo escaleno chico-chica-chico es un relleno en esta película, así queda de postizo y torpemente rematado. Está muy mal contado e igual podía resultar que la chica se casase y tuviese cinco hijos (con cualquiera de los dos pretendientes), que montase un trío (con cualquiera de los dos pretendientes o con algún extra escogido al azar), o que se metiese a monja. Me imagino que me he perdido un par de escenas en alguna cabezada esporádica durante la proyección, si no no me explico la absurda ruptura con el motero. Y es que uno acaba tropezándose con tantos hilos sueltos. Al final la moza se va al quinto pino y aprende inglés. Que le aproveche.
La superación del chico es tan simplista que da verguenza ajena. Nadie sabe en cambio cómo vive este chico. ¿Está solo en la casona del pueblo? ¿Y la comida , y la ropa, y la compra...?
Por cierto, jamás he visto a ningún entrenador tomar el pulso a un deportista poniendo la manaza en el pecho. Señores el pulso se mide con los dedos (nunca el pulgar) bien en el cuello, bien en la muñeca.
Tampoco me imagino que una moto atropelle a un corredor en una prueba ciclista y se dé a la fuga. Y por último, me gustaría saber en qué residencia de ancianos estaba la señora que la palma. Para no ir nunca, más que nada: nunca barren debajo de las camas.
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