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Críticas ordenadas por utilidad
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7.2
38,273
5
20 de enero de 2010
20 de enero de 2010
63 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La cinta blanca” es, además de un peñazo, un fraude. Uno compró la entrada pensando en ver una película de culto y…¡ me encontré que es una película gore de serie b! Sí, sí, una gore: En ese pueblo todos los personajes son malos, pero malos, malos, malos: Los aristócratas son esclavistas y cornudos. Los granjeros, cobardes y vengativos. El médico es un sátrapa, asesino, pederasta y misógino. ¡Y el cura! un talibán, sádico e inquisidor.
Todos son malos; pero es que en ese pueblo lo peor son los niños. ¿Los niños? se preguntará el asombrado lector de esta reseña. ¿Los niños? Pues sí, los niños de esta película son aún más “malditos” que aquellos alienígenas de la película de terror porque también van en grupo y son fisgones, cotillas, impertinentes y pajeros.
No se salva nadie. Ni uno solo. Para decir que el propio narrador es un gilipollas reprimido.
Y el Director no es menos malvado. Para contar tanta maldad, no hacen falta cien planos secuencia vacíos y sin ningún interés narrativo. En ese afán torturador del espectador, cada vez que ve una puerta, el Director se excita y emplea hasta cuatro minutos para narrar que la gente sale y entra. ¡Tremendo ejercicio intelectual!
Claro está que en las gore de verdad, no te engañan: rezuman sangre y adrenalina hasta que el Freddy de turno arde para reencarnarse en la siguiente película de la serie. En esta película, sin embargo, como todos son Freddy, no arde ninguno de los protagonistas. El que ardió fui yo, aburrido, de tanta maldad del Guionista y de tanta pretenciosidad del Director.
Todos son malos; pero es que en ese pueblo lo peor son los niños. ¿Los niños? se preguntará el asombrado lector de esta reseña. ¿Los niños? Pues sí, los niños de esta película son aún más “malditos” que aquellos alienígenas de la película de terror porque también van en grupo y son fisgones, cotillas, impertinentes y pajeros.
No se salva nadie. Ni uno solo. Para decir que el propio narrador es un gilipollas reprimido.
Y el Director no es menos malvado. Para contar tanta maldad, no hacen falta cien planos secuencia vacíos y sin ningún interés narrativo. En ese afán torturador del espectador, cada vez que ve una puerta, el Director se excita y emplea hasta cuatro minutos para narrar que la gente sale y entra. ¡Tremendo ejercicio intelectual!
Claro está que en las gore de verdad, no te engañan: rezuman sangre y adrenalina hasta que el Freddy de turno arde para reencarnarse en la siguiente película de la serie. En esta película, sin embargo, como todos son Freddy, no arde ninguno de los protagonistas. El que ardió fui yo, aburrido, de tanta maldad del Guionista y de tanta pretenciosidad del Director.

6.9
47,584
7
30 de enero de 2009
30 de enero de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película la de Sam Mendes pero maniquea. En Connecticut los tíos o están locos o padecen de eyaculación precoz. Como el chiste del japonés "yata". Los que no "yata" o tienen que soportar a mujeres insulsas y aburridas o, directamente, se van al manicomio.
Para dominar el ritmo de la película, Mendes la divide en dos partes: una primera larga, rectilínea y aburrida; y una segunda profunda y emocionante. Pero son dos partes excesivamente diferentes.
El American Way of Life se compagina con un sueño que ya no es el americano, sino el europeo. Y este mensaje es de un contenido valiente en una película 100% hollywoodiense.
Kate Winslet es mucho mejor actriz que Leonardo DiCaprio y la película padece de este desequilibrio en la pareja protagonista. Michael Shannon interpreta un papel que siempre es agradecido tanto en la literatura como en la cinematografía: el del loco cuerdo, el del esquizofrénico que lo es precisamente porque tiene un sentido de la realidad mayor que el de los que no son esquizofrénicos.
A mi entender sobran las dos últimas escenas de la película, en el parque y en casa de la vecina, respectivamente.
Para dominar el ritmo de la película, Mendes la divide en dos partes: una primera larga, rectilínea y aburrida; y una segunda profunda y emocionante. Pero son dos partes excesivamente diferentes.
El American Way of Life se compagina con un sueño que ya no es el americano, sino el europeo. Y este mensaje es de un contenido valiente en una película 100% hollywoodiense.
Kate Winslet es mucho mejor actriz que Leonardo DiCaprio y la película padece de este desequilibrio en la pareja protagonista. Michael Shannon interpreta un papel que siempre es agradecido tanto en la literatura como en la cinematografía: el del loco cuerdo, el del esquizofrénico que lo es precisamente porque tiene un sentido de la realidad mayor que el de los que no son esquizofrénicos.
A mi entender sobran las dos últimas escenas de la película, en el parque y en casa de la vecina, respectivamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quisiera hacer mención especial a la magnífica escena del desayuno de los huevos revueltos.
Winslet soberbia.
Winslet soberbia.

7.2
8,870
4
25 de enero de 2008
25 de enero de 2008
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las críticas que he leido coinciden en destacar el “clasicismo” de Ang Lee. Permitidme una comparación entre dos historias de amor y política que reconozco que pudiera parecer imposible: “Deseo, Peligro” de Ang Lee con “Casablanca” o, mejor aún por lo chirriante, con“Ninotchka” . Sin duda que ambas serían ejemplo de clacisismo en la puesta en escena y en la dirección de actores (Joan Chen está espléndida). A partir de aquí, serían los ejemplos más contrapuestos en otros de los elementos del cine “clásico”, tales como el uso de la elipsis o del ritmo narrativo. Ang Lee ha filmado una película con un metraje que del mismo modo que tiene más de dos horas, podría tener tres, cuatro o las que fuesen.
En mi opinión “Deseo, Peligro” es una correcta película de amor, cuidada y sensual, a la que le sobra una hora. Y es una pésima película política, superficial, tópica y prescindible, sobre la resistencia patriótica al invasor.
En mi opinión “Deseo, Peligro” es una correcta película de amor, cuidada y sensual, a la que le sobra una hora. Y es una pésima película política, superficial, tópica y prescindible, sobre la resistencia patriótica al invasor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me explicaré:
Con respecto al metraje de la película, del mismo modo que Ang Lee ha llenado esas dos horas con una decena de encuentros entre los rebeldes, o entre esposas ociosas jugando a una especie de dominó; o entre los dos amantes, podría haber añadido otra media docena más de encuentros rebeldes, partidas de dominó o citas sexuales. Todos los encuentros son iguales, exasperadamente repetidos. Cambia el lugar (Hong Kong, Shanghai, o ni eso) y cambia el kamasutra (de frente, de lado, o ni eso). Para Lee el tiempo fílmico carece de la importancia que tenía para Lubitsch o cualquier otro “clásico”. ¡Y no digamos ya la elipsis!
Y finalmente me repito en el spoiler: “Deseo, Peligro” es una correcta película de amor, cuidada y sensual, a la que le sobra una hora. Y es una pésima película política, superficial, tópica y prescindible, sobre la resistencia patriótica al invasor.
Con respecto al metraje de la película, del mismo modo que Ang Lee ha llenado esas dos horas con una decena de encuentros entre los rebeldes, o entre esposas ociosas jugando a una especie de dominó; o entre los dos amantes, podría haber añadido otra media docena más de encuentros rebeldes, partidas de dominó o citas sexuales. Todos los encuentros son iguales, exasperadamente repetidos. Cambia el lugar (Hong Kong, Shanghai, o ni eso) y cambia el kamasutra (de frente, de lado, o ni eso). Para Lee el tiempo fílmico carece de la importancia que tenía para Lubitsch o cualquier otro “clásico”. ¡Y no digamos ya la elipsis!
Y finalmente me repito en el spoiler: “Deseo, Peligro” es una correcta película de amor, cuidada y sensual, a la que le sobra una hora. Y es una pésima película política, superficial, tópica y prescindible, sobre la resistencia patriótica al invasor.

7.0
80,143
5
13 de mayo de 2007
13 de mayo de 2007
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mis expectativas eran máximas. Mis críticos favoritos califican la película de excelente. Creía que iba a ver el mejor film del año. Sin embargo, salí del cine con la sola sensación de una propuesta novedosa: una película de amor-western de cowboys homosexuales. Poco más. Sin duda que la inteción de Ang Lee es la de transmitir emoción. Debo ser insensible porque mucho mas que las escenas de amor, me han impactado los salvajes paisajes de Wyoming.
Se trata de una película interesante. Nada más. Ni nada menos.
Se trata de una película interesante. Nada más. Ni nada menos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me explicaré:
1) Mas que reivindicar la injusticia que sufren los homosexuales, reivindico la injusticia que sufren los hijos de los dos cowboys. Dos escenas pretenden impactarnos en este sentido. En la primera aparece Ennis niño que, junto con su padre, contempla el cadáver de un vecino de su rancho maltratado por su sexualidad. Y en la segunda se ve como Jack es, por el mismo motivo, golpeado hasta su muerte. Sin embargo ambos cowboys contraen matrimonio con posterioridad a conocer su homosexualidad. Más aún, tienen hijos con sus respectivas parejas. Estas son las verdaderas víctimas de la historia. No e slo mismo averiguar la homosexualidad antes o después del matrimonio. Los hijos de Ennis y Jack sufren los desencuentros de sus padres y padecen un padre con la irresponsabilidad suficiente como para no asumir su homosexualidad antes de casarse y procrear.
2) El guión es repetitivo. Los dos protagonistas espacian sus encuentros. Y estos encuentros son una y otra vez idénticos. Cazan, cabalgan, cocinan judías, se emborrachan, nadan... Se ven dos o tres veces cada uno de los años de su relación. Y la película reproduce las mismas escenas en cada una de esas ocasiones. Que si cazan, que si comen judías, que si se emborrachan, que si nadan... Así una y otra vez. Sin duda que la idea de filmar un western gay es originalísima pero la idea da para un buen cortometraje. El largometraje de Lee se ve en la necesidad de rodar los 120 minutos consabidos. De ahí, el tedio.
3) Tampoco los actores transmiten excesivas emociones. Los dos cowboys se quieren pero su amor es imposible. Y ya se sabe que los amores imposibles no son amores. Por cierto, las escenas en que lloran no pueden ser menos creíbles. Quisiera salvar un papel: El de la esposa de Jack. Consigue aunar la imagen de joven frívola, de hija electra y de esposa aburrida. Para su caracterización, resulta perfecto ese contraste de pelo rubio de bote y cejas negras azabache.
4) La música es tan repetitiva como la película. Pero creo que quien la firma, un tal Santaolalla(ganador del oscar por esta labor), ha querido transmitir con los seis acordes del estribillo que los quince primeros minutos de la película son iguales que los quince siguientes y los quince que le van detrás.....
Concluyendo. Una idea interesante que no da para 120 minutos. CRASH indudablemente mejor película del 2006
1) Mas que reivindicar la injusticia que sufren los homosexuales, reivindico la injusticia que sufren los hijos de los dos cowboys. Dos escenas pretenden impactarnos en este sentido. En la primera aparece Ennis niño que, junto con su padre, contempla el cadáver de un vecino de su rancho maltratado por su sexualidad. Y en la segunda se ve como Jack es, por el mismo motivo, golpeado hasta su muerte. Sin embargo ambos cowboys contraen matrimonio con posterioridad a conocer su homosexualidad. Más aún, tienen hijos con sus respectivas parejas. Estas son las verdaderas víctimas de la historia. No e slo mismo averiguar la homosexualidad antes o después del matrimonio. Los hijos de Ennis y Jack sufren los desencuentros de sus padres y padecen un padre con la irresponsabilidad suficiente como para no asumir su homosexualidad antes de casarse y procrear.
2) El guión es repetitivo. Los dos protagonistas espacian sus encuentros. Y estos encuentros son una y otra vez idénticos. Cazan, cabalgan, cocinan judías, se emborrachan, nadan... Se ven dos o tres veces cada uno de los años de su relación. Y la película reproduce las mismas escenas en cada una de esas ocasiones. Que si cazan, que si comen judías, que si se emborrachan, que si nadan... Así una y otra vez. Sin duda que la idea de filmar un western gay es originalísima pero la idea da para un buen cortometraje. El largometraje de Lee se ve en la necesidad de rodar los 120 minutos consabidos. De ahí, el tedio.
3) Tampoco los actores transmiten excesivas emociones. Los dos cowboys se quieren pero su amor es imposible. Y ya se sabe que los amores imposibles no son amores. Por cierto, las escenas en que lloran no pueden ser menos creíbles. Quisiera salvar un papel: El de la esposa de Jack. Consigue aunar la imagen de joven frívola, de hija electra y de esposa aburrida. Para su caracterización, resulta perfecto ese contraste de pelo rubio de bote y cejas negras azabache.
4) La música es tan repetitiva como la película. Pero creo que quien la firma, un tal Santaolalla(ganador del oscar por esta labor), ha querido transmitir con los seis acordes del estribillo que los quince primeros minutos de la película son iguales que los quince siguientes y los quince que le van detrás.....
Concluyendo. Una idea interesante que no da para 120 minutos. CRASH indudablemente mejor película del 2006

6.3
23,890
5
12 de enero de 2013
12 de enero de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha parecido larga, eterna, infinita. He rebuscado varias veces en mi bolsa vacía de patatillas. Nada. He añorado no haberme surtido de gominolas para endulzarme tantas horas. Me confieso aún influido por las críticas de Alfonso Sánchez y esa premisa de que “el cine es una escritura para explicar una historia” o la de Frank Capra cuando hablando del cine afirmó eso de que “el peor de los pecados es el del aburrimiento”. Porque “The Master” aburre, vaya que si aburre.
Aún cuando permanece implícito, se trata de una recreación de L. Ron Hubbard y de la llamada Iglesia de la Cienciología. Claro está que el tema de una película puede ser local pero la ambición del emprendimiento será tanto mayor cuanto más universal sea la historia que se cuenta. Pues bien, la cuestión de las sectas religiosas en América interesará sin duda a los americanos pero en mucha menor medida a un kazajo, un japonés, un sueco o un español como yo.
No es que fuese engañado. Sabía que la película trataba sobre la Cienciología; pero esperaba otra cosa y a medida que la película engullía minutos y horas inacabables no he podido dejar de preguntarme: ¿qué cuenco haces tú aquí tragándote un rollo de la Cienciología que te importa un carajo? ¿Qué puñeta te interesa a ti si Hubbard era o no un farsante agresivo, un charlatán de feria?
Es verdad que la película es algo más: una larguísima sucesión de breves escenas de no más de un par de minutos. El hilo argumental que las relaciona es mínimo. Pero no es menos cierto que muchas de las escenas están hermosamente resueltas, especialmente las que unen a los dos protagonistas: probando una motocicleta, compartiendo celda, emborrachándose.
Si uno aguanta tanto tiempo en la butaca es mérito de los dos actores principales. Philip Seymour Hoffman interpreta a Lancaster Dodd que de verdad es L. Ron Hubbard; y Joaquin Phoenix a Freddie Quell. Ambos están magistrales y bordan sus papeles. Consiguen interpretar una relación llena de aristas. No sé si es algo más pero cuando menos esa relación entre ambos es filial. Ambos son borrachos, violentos, promiscuos, aventureros, tramposos y desequilibrados. Sólo dos actorazos como éstos pueden soportar cientos de primeros planos que capten el gesto justo y adecuado.
En última instancia el Arte en general y el Cine en particular debe ser <<emoción>>. Paul Thomas Anderson no consigue enganchar con esta película. Ha montado una escena tras otra con buena técnica y encomiable pulcritud; pero en ningún momento logra emocionar. Me ha pasado como con esa novela que te alegras de no haber abandonado no obstante haber estado tantas veces a punto de hacerlo.
Aún cuando permanece implícito, se trata de una recreación de L. Ron Hubbard y de la llamada Iglesia de la Cienciología. Claro está que el tema de una película puede ser local pero la ambición del emprendimiento será tanto mayor cuanto más universal sea la historia que se cuenta. Pues bien, la cuestión de las sectas religiosas en América interesará sin duda a los americanos pero en mucha menor medida a un kazajo, un japonés, un sueco o un español como yo.
No es que fuese engañado. Sabía que la película trataba sobre la Cienciología; pero esperaba otra cosa y a medida que la película engullía minutos y horas inacabables no he podido dejar de preguntarme: ¿qué cuenco haces tú aquí tragándote un rollo de la Cienciología que te importa un carajo? ¿Qué puñeta te interesa a ti si Hubbard era o no un farsante agresivo, un charlatán de feria?
Es verdad que la película es algo más: una larguísima sucesión de breves escenas de no más de un par de minutos. El hilo argumental que las relaciona es mínimo. Pero no es menos cierto que muchas de las escenas están hermosamente resueltas, especialmente las que unen a los dos protagonistas: probando una motocicleta, compartiendo celda, emborrachándose.
Si uno aguanta tanto tiempo en la butaca es mérito de los dos actores principales. Philip Seymour Hoffman interpreta a Lancaster Dodd que de verdad es L. Ron Hubbard; y Joaquin Phoenix a Freddie Quell. Ambos están magistrales y bordan sus papeles. Consiguen interpretar una relación llena de aristas. No sé si es algo más pero cuando menos esa relación entre ambos es filial. Ambos son borrachos, violentos, promiscuos, aventureros, tramposos y desequilibrados. Sólo dos actorazos como éstos pueden soportar cientos de primeros planos que capten el gesto justo y adecuado.
En última instancia el Arte en general y el Cine en particular debe ser <<emoción>>. Paul Thomas Anderson no consigue enganchar con esta película. Ha montado una escena tras otra con buena técnica y encomiable pulcritud; pero en ningún momento logra emocionar. Me ha pasado como con esa novela que te alegras de no haber abandonado no obstante haber estado tantas veces a punto de hacerlo.
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