Me esperaba otra cosa, la fama que la precedía la hacía blanco de críticas más que positivas pero ha resultado ser todo lo contrario. Mi esfuerzo me costó el acabar de verla, plana sin argumento y sosa hasta la extenuación, es a día de hoy (y mira que he visto películas de cine clásico) la que más me ha decepcionado de hecho me atrevería a decir que es una mala película. Y su único obejetivo engrandecer la figura de una Audrey Hepburn que en vez de demostrar sus cualidades como actriz se dedica a mostrarnos un armario que parece no tener fondo, siendo sus vestidos lo que único que parece haber transcendido de esta película. Hecho que sinceramente despúes de verla entiendo perfectamente porque como tratemos de buscarle méritos artísticos mejor nos ahorramos el trabajo, porque nada, absolutamente nada, hay digno de ser mencionado; excepto claro está para los incondicionales de la actriz que pueden disfrutar de una Audrey en estado puro que no duda en "disfrazarse" de bollito de la pantera rosa documento "irrepetible" que a la vista está parece ser más que suficiente para que se la considere una de las mejores películas de su género. Ver para creer.

Humildemente, entiendo estamos ante un claro ejemplo de película sobrevalorada por parte de público y crítica. Su argumento, interesante e intrigante en un principio, se torna confuso, contradictorio y por momentos caótico hasta el punto de parecer que han cambiado al director y a los guionistas en mitad del rodaje. Sinceramente, me dejó fría e insatisfecha, ya que se plantean cuestiones que debido a la mala dirección y al pésimo desarrollo temático de la cinta no pueden ser resueltas como cabría esperar. En conclusión, un despropósito total que se encuentra a años luz de las grandes de su género y que sigue viva gracias a rentas pasadas.

Sinceramente esperaba más de este gran clásico, no me pareció que sea ni mucho menos merecido el renombre con el que ha contado desde que en 1953 se estrenó; a mi entender su argumento es plano y previsible carente de gancho que únicamente es salvado por la interpretación de Gregory Peck determinante en su papel y de una Audrey Hepburn que crece según avanza el metraje.
A pesar de esto y de que la película desde el principio no fue de mi agrado logró sorprenderme muy positivamente en los últimos minutos, con un final realmente maravilloso cargado de emoción y sentimientos que realmente logran conmover al espectador siendo lo mejor y más destacado de esta obra de Wyler.