Existen películas que están totalmente al servicio de su protagonista, ésta es una de esas. Vince Vaughn se come la pantalla cada vez que aparece, ha hecho el personaje suyo, mucho mérito al guion también por la construcción de éste.

Hablando del personaje Bradley Thomas, vemos a un tío violento, con ataques de ira y una mirada de hielo, pero a su vez tiene sentido del humor y profesa un gran amor por su esposa y la hija que esperan. Así es como se gana al público, por que aun que sea un tío duro, sin escrúpulos y hace un uso de la violencia desmedido, se le ve un hombre sencillo que lo único que busca es el bienestar de su familia. Además, a lo largo de la película se nos hace entrever que tuvo un pasado difícil, por tanto éstas características de tío duro están perfectamente justificadas.

Una vez dicho esto del protagonista, vemos como va descendiendo hacia el infierno a lo largo de la película con un ritmo que consigue combinar perfectamente los momentos más pausados con arranques brutales de violencia, consiguiendo así que estemos en tensión constantemente ya que nunca sabemos cuando se va a partir un brazo o un cuello.

Película de culto, conocida principalmente por el gran cambio físico al que se sometió Christian Bale a la hora de interpretarla. Sangra, llora y se desespera junto al personaje llevándolo al límite en todo momento, por este tipo de cosas está ahora mismo en el top de mejores actores. Pero la película no es solo Christian Bale, ya que además tiene un brillante guion y una gran dirección que nos van conduciendo por éste descenso a la locura.

Según vamos avanzando por la trama nos encontramos con muchas incógnitas, planos detalles sin sentido y un gran enrevesado general. Hasta prácticamente el final no llegamos a entender lo que está sucediendo, pero se nos aclara con una gran revelación cerrando la película con broche de oro.

También destacar el gran trabajo de fotografía y etalonaje, creando un ambiente oscuro, deprimente y denso, con gran uso de tonos verdes y grises, que nos acompañan toda la película. Te hace sentir incómodo en todo momento, en estado de alerta, sobre todo en las escenas de la fábrica donde junto a un gran trabajo de arte, nos ahogamos en ese ambiente claustrofóbico y de peligro constante.

¿Hasta dónde somos esclavos de nuestro pasado? ¿Cuánto nos influencia la familia donde nos hemos criado cara al futuro? Estas preguntas son las que responde la película mediante la historia de dos hermanos y su evolución. Al principio de la película ya vemos en el lugar donde se crían estos hermano de clase muy baja y como un día se derrumba del todo.

La acción nos traslada al presente, donde con un montaje alterno nos va mostrando los dos caminos que han cogido los hermanos, todo un acierto desde mi punto de vista ya que así podemos apreciar como les ha ido en la vida, saber la historia de cada uno y como llegan al punto final de la película.

Destacar que los personajes se mueven de acuerdo a su experiencia vivida en todo momento, aun que sus actos estén moralmente mal vistos, tu como espectador los entiendes. Sabes de donde le vienen esos rasgos de personalidad, por que aun que aparentemente se les ven personajes fríos, (prejuicios que tenemos frente a la gente escandinava, como son los daneses en éste caso), tienen todo un mundo interior enorme. Éste mundo interior que el director solo nos deja asomarnos un poco, cuando nos encontramos con los personajes a solas con la mirada perdida frente a su reflejo ya sea de un espejo o de una ventana. Bravo por los dos guionistas, (Vinterberg además de dirigir, lo coescribe) por la genial construcción de personajes.

Finalmente también mencionar ese ambiente frío y desolador que acompaña a toda la película, gracias en gran parte a una fotografía en la cual destacan los tonos apagados, que van de la mano de los dos hermanos a lo largo de toda la película.

Como la mayoría de aquí, no sé ni de lejos como se siente ni como es estar en una guerra, y menos siendo una que han pasado más de cien años desde que pasó. Pero esta película consigue atraparte e impactarte de tal manera, que llegas a sentir la angustia de los protagonistas de forma tan brutal que das las gracias por no haber vivido nunca esa situación.

La película consigue que vivas dentro de la guerra gracias al conjunto de todas sus partes, empezando por unas localizaciones y unos decorados inmensos de los campos de batalla, que el director sabe mostrarte perfectamente con esos planos generales. Haciéndote sentir que estas dentro de las trincheras o arrastrándote por el barro en tierra de nadie.

Otra pieza de este engranaje de guerra es la crudeza de las escenas que nos muestran, siendo todas las escenas de combate muy gráficas y visuales a la hora de enseñarnos la violencia que existe en el campo de batalla, y como esta violencia repercute psicológicamente a los soldados.

Hablando de los soldados, es el gran plato fuerte de la película. Al principio vemos lo jóvenes que son y lo llenos de ilusión que están, pero una vez que llegan al frente y luchan en sus primeros combates van transformándose en personas totalmente diferentes no solo psicológicamente, sino también físicamente. A destacar esos primero planos con la mirada perdida o directamente a cámara del protagonista, (muy parecidos a los que encontramos en "Ven y mira" de Elem Klímov). Donde se combinan el uso de grandes angulares, con un gran trabajo de maquillaje y caracterización, y una gran actuación por parte de éste, para mostrarnos el horror de la guerra en toda su existencia en apenas una mirada.