Existen películas que están totalmente al servicio de su protagonista, ésta es una de esas. Vince Vaughn se come la pantalla cada vez que aparece, ha hecho el personaje suyo, mucho mérito al guion también por la construcción de éste.

Hablando del personaje Bradley Thomas, vemos a un tío violento, con ataques de ira y una mirada de hielo, pero a su vez tiene sentido del humor y profesa un gran amor por su esposa y la hija que esperan. Así es como se gana al público, por que aun que sea un tío duro, sin escrúpulos y hace un uso de la violencia desmedido, se le ve un hombre sencillo que lo único que busca es el bienestar de su familia. Además, a lo largo de la película se nos hace entrever que tuvo un pasado difícil, por tanto éstas características de tío duro están perfectamente justificadas.

Una vez dicho esto del protagonista, vemos como va descendiendo hacia el infierno a lo largo de la película con un ritmo que consigue combinar perfectamente los momentos más pausados con arranques brutales de violencia, consiguiendo así que estemos en tensión constantemente ya que nunca sabemos cuando se va a partir un brazo o un cuello.