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Críticas ordenadas por utilidad
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6
9 de noviembre de 2024
9 de noviembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por circunstancias estoy ahora mismo sin esas plataformas en las que poder elegir, un poco al menos, qué película ver. Sólo tengo la tele normal. Así que estoy como cuando era chica y había cine de verano, cuando decíamos:
-Hoy echan Mogambo
Sí, aquella en la que nos hacían creer que Grace Kelly y su marido eran hermanos, para que fuese menos “fuerte” el pecaminoso intento de adulterio de ella con Clark Gable, evitado por el buen -y sacrificado- sentido de él y la belleza de Ava Gardner, ¡Oh, cine…!
Pues hoy -en la tele- echaban una de Jean Claude van Damm, en la que, además de actor, era guionista y director.
Me lo he pasado como los indios, porque me imaginaba la siguiente escena, y siempre acertaba. Eso me ha pasado porque -en un ejercicio de empatía suprema- me he puesto en el pellejo de Jean Claude, o sea, como si fuera él. Yo era Jean Claude, y sabía lo que quería para mi película y, por lo tanto, lo que venía después.
Esto me lo ha facilitado una de las primeras escenas, en la que el héroe se enfrenta -y vence- a unos matones que me estaban cayendo bastante mal, así que ahí me empezó a caer simpático.
Casi toda la película es una sucesión de peleas y más peleas, en las que siempre gana el chico de la musculatura imposible. En un momento dado me di media vuelta, así como para coger unas palomitas o algo, y al volver, y sin solución de continuidad, ya estaba en una nueva pelea.
Como Jean Claude tiene una musculatura que hay que lucir, porque su trabajo le ha costado, hay una escena en la que se pone a sujetar un poste con los brazos abiertos pero en ángulo recto hacia arriba, o sea, como si estuviese cogiendo unas mancuernas. ¡Toma bíceps…!
Para compensar, los músculos de su cara no se mueven. Me recordaban a los muñecos de José Luis Moreno, que, al hablar, sólo movían la boca arriba y abajo. Lo bueno que tiene es que si alguna vez parpadea, casi emociona, por lo novedoso. Luego estaba por ahí Roger Moore, que no tenía tanto músculo, pero movía un poco una ceja.
Yo, cada vez que había pelea, o sea, toda la película, me ponía a patear, como cuando era chica. Además me pegaba con las palmas un poco más arriba de las rodillas, y lo jaleaba, con lo que se reforzaba el alboroto.
Todo esto me daba muchísima risa. Creo que puedo asegurar que es la película con la que más me he reído en mi vida, más que con la empanadilla de Martes y Trece.
Pero ¡Cuidado! No me estaba riendo de Jean Paul. Me estaba riendo con él, como en una coalición, en la que él era el guerrero que aportaba el músculo peleón y yo la animadora que ponía el entusiasmo.
En serio, me lo pasé genial. Y así es como creo que hay que ver esta película. Y seguramente es así como la ven los incontables seguidores de este actor.
No es un estilo de película que suela buscar, por lo que no tengo muchas referencias. Pero por lo bien que me lo pasé, porque creo que es buena en su género, y porque utilizaba sus músculos para ayudar, le voy a poner un 6.
¡Vamoooos, Jean Cloooooood! ¡Que tú puedeeees!
©Pax Rincón Toledano, octubre de 2024
https://montanabluess.wordpress.com/
-Hoy echan Mogambo
Sí, aquella en la que nos hacían creer que Grace Kelly y su marido eran hermanos, para que fuese menos “fuerte” el pecaminoso intento de adulterio de ella con Clark Gable, evitado por el buen -y sacrificado- sentido de él y la belleza de Ava Gardner, ¡Oh, cine…!
Pues hoy -en la tele- echaban una de Jean Claude van Damm, en la que, además de actor, era guionista y director.
Me lo he pasado como los indios, porque me imaginaba la siguiente escena, y siempre acertaba. Eso me ha pasado porque -en un ejercicio de empatía suprema- me he puesto en el pellejo de Jean Claude, o sea, como si fuera él. Yo era Jean Claude, y sabía lo que quería para mi película y, por lo tanto, lo que venía después.
Esto me lo ha facilitado una de las primeras escenas, en la que el héroe se enfrenta -y vence- a unos matones que me estaban cayendo bastante mal, así que ahí me empezó a caer simpático.
Casi toda la película es una sucesión de peleas y más peleas, en las que siempre gana el chico de la musculatura imposible. En un momento dado me di media vuelta, así como para coger unas palomitas o algo, y al volver, y sin solución de continuidad, ya estaba en una nueva pelea.
Como Jean Claude tiene una musculatura que hay que lucir, porque su trabajo le ha costado, hay una escena en la que se pone a sujetar un poste con los brazos abiertos pero en ángulo recto hacia arriba, o sea, como si estuviese cogiendo unas mancuernas. ¡Toma bíceps…!
Para compensar, los músculos de su cara no se mueven. Me recordaban a los muñecos de José Luis Moreno, que, al hablar, sólo movían la boca arriba y abajo. Lo bueno que tiene es que si alguna vez parpadea, casi emociona, por lo novedoso. Luego estaba por ahí Roger Moore, que no tenía tanto músculo, pero movía un poco una ceja.
Yo, cada vez que había pelea, o sea, toda la película, me ponía a patear, como cuando era chica. Además me pegaba con las palmas un poco más arriba de las rodillas, y lo jaleaba, con lo que se reforzaba el alboroto.
Todo esto me daba muchísima risa. Creo que puedo asegurar que es la película con la que más me he reído en mi vida, más que con la empanadilla de Martes y Trece.
Pero ¡Cuidado! No me estaba riendo de Jean Paul. Me estaba riendo con él, como en una coalición, en la que él era el guerrero que aportaba el músculo peleón y yo la animadora que ponía el entusiasmo.
En serio, me lo pasé genial. Y así es como creo que hay que ver esta película. Y seguramente es así como la ven los incontables seguidores de este actor.
No es un estilo de película que suela buscar, por lo que no tengo muchas referencias. Pero por lo bien que me lo pasé, porque creo que es buena en su género, y porque utilizaba sus músculos para ayudar, le voy a poner un 6.
¡Vamoooos, Jean Cloooooood! ¡Que tú puedeeees!
©Pax Rincón Toledano, octubre de 2024
https://montanabluess.wordpress.com/
3 de noviembre de 2024
3 de noviembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película hispano-venezolana, rodada cuando aún vivía Franco (1974), dirigida por un español, y viéndola 40 años después, me deje sobrecogida, es algo que no podía ni imaginar.
Estaba viéndola y no daba crédito. No porque me pareciese increíble. Me parecía muy creíble. Han llegado a mí datos suficientes como para saber que cosas así, no sólo han ocurrido, ocurren. Pueden cambiar los escenarios, los contextos, los detalles. Pero han ocurrido y ocurren. Que los que tienen el poder atropellen a los débiles, se diviertan a costa de ellos, y además no les pase nada por ello, ocurre. Por eso la película no ha perdido vigencia.
Los actores hacen una interpretación contenida, muy lejos de las telenovelas venezolanas, histriónicas hasta el extremo, con las que no tiene nada que ver. Estos hablan con la mirada, y, para eso, hay que mirar muy bien.
Los flashback son perfectos. Vemos cómo ese niño crece en un mundo en el que puede disponer de todo a su antojo. Se lo enseña su tío Francisco Rabal. Porque la naturaleza humana puede ser buena, mala o regular, pero se puede reforzar o reprimir en algún sentido. Estremece pensar de lo que se es capaz cuando no existe el freno de la ley, de alguna ley.
Estaba viéndola y no daba crédito. No porque me pareciese increíble. Me parecía muy creíble. Han llegado a mí datos suficientes como para saber que cosas así, no sólo han ocurrido, ocurren. Pueden cambiar los escenarios, los contextos, los detalles. Pero han ocurrido y ocurren. Que los que tienen el poder atropellen a los débiles, se diviertan a costa de ellos, y además no les pase nada por ello, ocurre. Por eso la película no ha perdido vigencia.
Los actores hacen una interpretación contenida, muy lejos de las telenovelas venezolanas, histriónicas hasta el extremo, con las que no tiene nada que ver. Estos hablan con la mirada, y, para eso, hay que mirar muy bien.
Los flashback son perfectos. Vemos cómo ese niño crece en un mundo en el que puede disponer de todo a su antojo. Se lo enseña su tío Francisco Rabal. Porque la naturaleza humana puede ser buena, mala o regular, pero se puede reforzar o reprimir en algún sentido. Estremece pensar de lo que se es capaz cuando no existe el freno de la ley, de alguna ley.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El señorito no deseaba a una muchacha que se le diese sin oposición. No, porque eso no era lo que él quería. Él quería someter, imponerse después de aplicar su proceso de debilitamiento y desgaste, subyugando a sus víctimas, saboreando su poderío. Tal vez para tener la sensación de haber conseguido algo gracias a su esfuerzo, harto ya de que todo le fuese dado aun antes de desearlo.
En la segunda carrera por el bosque, el espectador no sabe quién será esta vez el atrapado por el cepo, después del primer plano del artilugio. Se piensa alternativamente en cualquiera de los tres en liza, el tío, el sobrino, la muchacha. Se teme por la, en principio, inocente muchacha. Mejor que sea ella la que atrape y cace a los cazadores. Pero la -muy bien conseguida- tensión no deja mucho tiempo para detenerse ahí, porque la atención está puesta en la observación, como si ya, a esas alturas de la película, se hubiera concedido todo el poder de decisión al director, como si se confiara en él, como si se supiera que la sabiduría iba a presidir sus disposiciones
Al final es la criada quien toma las riendas, como si hubiera aprendido de sus señoritos la lección. Ella es quien dirige ahora. Pero no sabe a venganza, a satisfacción por el daño. Sólo es un intercambio de papeles. Es una nueva tirana, que ha aprendido muy bien de sus predecesores y que posee ahora los resortes para jugar con los que han cambiado su posición en la jerarquía.
Porque la historia se repite. Porque el poder corrompe. Definitivamente, el director sabía.
©Pax Rincón Toledano, febrero de 2016
https://montanabluess.wordpress.com/
En la segunda carrera por el bosque, el espectador no sabe quién será esta vez el atrapado por el cepo, después del primer plano del artilugio. Se piensa alternativamente en cualquiera de los tres en liza, el tío, el sobrino, la muchacha. Se teme por la, en principio, inocente muchacha. Mejor que sea ella la que atrape y cace a los cazadores. Pero la -muy bien conseguida- tensión no deja mucho tiempo para detenerse ahí, porque la atención está puesta en la observación, como si ya, a esas alturas de la película, se hubiera concedido todo el poder de decisión al director, como si se confiara en él, como si se supiera que la sabiduría iba a presidir sus disposiciones
Al final es la criada quien toma las riendas, como si hubiera aprendido de sus señoritos la lección. Ella es quien dirige ahora. Pero no sabe a venganza, a satisfacción por el daño. Sólo es un intercambio de papeles. Es una nueva tirana, que ha aprendido muy bien de sus predecesores y que posee ahora los resortes para jugar con los que han cambiado su posición en la jerarquía.
Porque la historia se repite. Porque el poder corrompe. Definitivamente, el director sabía.
©Pax Rincón Toledano, febrero de 2016
https://montanabluess.wordpress.com/
10
29 de abril de 2024
29 de abril de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando termino de ver una película y me quedo mirando los créditos, alucino con la cantidad de profesionales involucrados en el proyecto. Listas interminables, mucho dinero. Todo eso tiene que ser gestionado, finalmente, por el director de la película. Y es evidente que los productores no pueden dejar todo eso en manos de cualquiera. Por eso creo, especialmente cuando se trata de las mejores películas, que los directores, para coordinar todo el talento que se pone en sus manos, tienen que estar hechos de una pasta especial. Creo también que tienen muchísima información, y que negocian con sus patrocinadores, de manera implícita o explícita, hasta dónde, y cómo, “pueden leer”. Hablé de esto en mi artículo Cine y conspiración, mucha conspiración, de 2020.
Pero, sin duda, cuando alguien trabaja con un medio de comunicación, y el cine también lo es, debe ser muy duro tener información y no poder compartirla. Y, al igual que, hacia 1595, los actores de las ferias, agudizaban su ingenio para esquivar los monopolios que se concedían a ciertas compañías de ópera, algunos cineastas dejan, ingeniosamente, sus crípticos mensajes, esos que demuestran que saben.
Visioné atentamente Sundown, esperando que el personaje interpretado por Tim Roth me diese las claves para encontrar un sentido a su exhibición de esa terca desidia, verdadera protagonista del film...
Pero, sin duda, cuando alguien trabaja con un medio de comunicación, y el cine también lo es, debe ser muy duro tener información y no poder compartirla. Y, al igual que, hacia 1595, los actores de las ferias, agudizaban su ingenio para esquivar los monopolios que se concedían a ciertas compañías de ópera, algunos cineastas dejan, ingeniosamente, sus crípticos mensajes, esos que demuestran que saben.
Visioné atentamente Sundown, esperando que el personaje interpretado por Tim Roth me diese las claves para encontrar un sentido a su exhibición de esa terca desidia, verdadera protagonista del film...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hacia el final de la película, cuando se le diagnostica cáncer, con una metástasis que ha llegado al lóbulo frontal, busqué rápidamente información sobre esa parte del cerebro.
El lóbulo frontal es el que regula las emociones, la iniciativa, los impulsos, la memoria, el comportamiento- Y si está dañado puede provocar apatía, desmotivación… Es decir, que para ese carácter indolente y apático del hombre no había una explicación metafísica, sino física.
Así, de pronto, eso me pareció un truco barato. que acababa de un plumazo con ese misterio subyugante que irradiaba la película hasta ese momento.
Sin embargo, de una manera inconsciente, algo en mi cabeza continuó dando vueltas, procesando el guion, y, al cabo de un rato, reclamó mi atención, porque había hecho otras lecturas.
La familia protagonista es inmensamente rica, posee propiedades y prósperos negocios, y se puede permitir el lujo de asignar al hermano apático -a cambio de que renuncie a todo lo demás- un vitalicio de 10.000 libras mensuales, lo cual es muchísimo menos de lo que representa su fortuna. El accede, porque no le importa el dinero. En realidad no parece importarle nada.
Este proceder desinteresado es muy beneficioso para la élite, que puede quedarse con lo mejor sin ninguna oposición. Porque los que deberían oponerse, individuos o sociedad, tienen una metástasis incapacitante, física o psicológica.
En algunos casos, las películas hay que situarlas en el contexto de la obra del autor. E, incluso, tener en cuenta las declaraciones del mismo durante el periodo de promoción, o en otros. Porque, frecuentemente, quieren transmitir un determinado mensaje o advertencia, recurrente a lo largo de su obra. Como cuando Michel Franco dice, en una entrevista, que “Mucha gente quiere cerrar los ojos y pensar que vivimos en Disneylandia…” o “Lo que no vemos o no hablamos es lo que nos acaba matando”
Porque Tim Roth también podría representar en la película una metáfora de esa sociedad indolente, apática y conforme con lo que le quieran adjudicar, como si estuviera anestesiada, o invadida por un cáncer paralizante. Como si su cerebro estuviera dañado.
Y, por cierto, la afectación de ese lóbulo tan determinante del carácter, puede ser provocada por medio de dispositivos tecnológicos. Puede que lo estén haciendo… Y toda esa situación es muy conveniente para los que quieren quedarse con el trozo más grande del pastel.
¿Les parece conspiranoico? A mí no. Yo también creo que alejarse de Disneylandia -y tomar el camino de la llamada conspiranoia- ayuda. Porque la conspiranoia es informativa, inspiradora…
-¡¡¡Despierta...!!!
La anterior exclamación no es mía. Aparece así, como la primera palabra de la película. Se lo dice uno de los chicos a un adormilado Neil-Tim Roth, mientras le tira una toalla a la cabeza. Por si quedaba alguna duda…
Como tantas otras obras, esta es la parábola de una sociedad que no reacciona, como si creyera que todo es tan perfecto como el mejor de los parques de atracciones. Más claro no lo pueden decir, si es que quieren estrenar su película con honores. Yo lo digo porque este año no estreno ninguna…
Le pongo un sobresaliente porque, tanto el desarrollo dramático literal, como el simbólico, están muy bien resueltos. Y le pongo un sobresaliente alto porque hacen falta muchas películas como esta…
Pax Rincón Toledano, abril de 2024
https://textosprohibidos.wordpress.com/
El lóbulo frontal es el que regula las emociones, la iniciativa, los impulsos, la memoria, el comportamiento- Y si está dañado puede provocar apatía, desmotivación… Es decir, que para ese carácter indolente y apático del hombre no había una explicación metafísica, sino física.
Así, de pronto, eso me pareció un truco barato. que acababa de un plumazo con ese misterio subyugante que irradiaba la película hasta ese momento.
Sin embargo, de una manera inconsciente, algo en mi cabeza continuó dando vueltas, procesando el guion, y, al cabo de un rato, reclamó mi atención, porque había hecho otras lecturas.
La familia protagonista es inmensamente rica, posee propiedades y prósperos negocios, y se puede permitir el lujo de asignar al hermano apático -a cambio de que renuncie a todo lo demás- un vitalicio de 10.000 libras mensuales, lo cual es muchísimo menos de lo que representa su fortuna. El accede, porque no le importa el dinero. En realidad no parece importarle nada.
Este proceder desinteresado es muy beneficioso para la élite, que puede quedarse con lo mejor sin ninguna oposición. Porque los que deberían oponerse, individuos o sociedad, tienen una metástasis incapacitante, física o psicológica.
En algunos casos, las películas hay que situarlas en el contexto de la obra del autor. E, incluso, tener en cuenta las declaraciones del mismo durante el periodo de promoción, o en otros. Porque, frecuentemente, quieren transmitir un determinado mensaje o advertencia, recurrente a lo largo de su obra. Como cuando Michel Franco dice, en una entrevista, que “Mucha gente quiere cerrar los ojos y pensar que vivimos en Disneylandia…” o “Lo que no vemos o no hablamos es lo que nos acaba matando”
Porque Tim Roth también podría representar en la película una metáfora de esa sociedad indolente, apática y conforme con lo que le quieran adjudicar, como si estuviera anestesiada, o invadida por un cáncer paralizante. Como si su cerebro estuviera dañado.
Y, por cierto, la afectación de ese lóbulo tan determinante del carácter, puede ser provocada por medio de dispositivos tecnológicos. Puede que lo estén haciendo… Y toda esa situación es muy conveniente para los que quieren quedarse con el trozo más grande del pastel.
¿Les parece conspiranoico? A mí no. Yo también creo que alejarse de Disneylandia -y tomar el camino de la llamada conspiranoia- ayuda. Porque la conspiranoia es informativa, inspiradora…
-¡¡¡Despierta...!!!
La anterior exclamación no es mía. Aparece así, como la primera palabra de la película. Se lo dice uno de los chicos a un adormilado Neil-Tim Roth, mientras le tira una toalla a la cabeza. Por si quedaba alguna duda…
Como tantas otras obras, esta es la parábola de una sociedad que no reacciona, como si creyera que todo es tan perfecto como el mejor de los parques de atracciones. Más claro no lo pueden decir, si es que quieren estrenar su película con honores. Yo lo digo porque este año no estreno ninguna…
Le pongo un sobresaliente porque, tanto el desarrollo dramático literal, como el simbólico, están muy bien resueltos. Y le pongo un sobresaliente alto porque hacen falta muchas películas como esta…
Pax Rincón Toledano, abril de 2024
https://textosprohibidos.wordpress.com/

6.2
57,577
7
24 de octubre de 2024
24 de octubre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Soy de las que creen que el guion es mejor que la película. Un poco más de emoción -a lo Spielberg– y más sugerencias para la reflexión, le hubieran sentado bien a esta nueva parábola sobre el poder de los poseedores del dinero. Aquí lo han sustituido por una persecución a base de efectos especiales que de pronto parecía que estabas en otra película, como si hubieran querido contentar a todo el mundo…
Al director de casting de La Isla le encargaron que encontrara un actor para decir las frases ingeniosas -no muchas- de la película. Tuvo el acierto de sugerir a Steve Buscemi, quien, con su físico desgastado, se despega de la asepsia de la pre-isla prometida, el ansiado paraíso al que conducen las mejores promesas, esas que no hay que cumplir
–¿Quién es Dios?
–Alguna vez has cerrado los ojos y has deseado algo?
–Sí
–Pues Dios es el que te ignora
Los habitantes de la pre-isla nacen ya mayorcitos y con recuerdos de infancia agradables incorporados…
Al director de casting de La Isla le encargaron que encontrara un actor para decir las frases ingeniosas -no muchas- de la película. Tuvo el acierto de sugerir a Steve Buscemi, quien, con su físico desgastado, se despega de la asepsia de la pre-isla prometida, el ansiado paraíso al que conducen las mejores promesas, esas que no hay que cumplir
–¿Quién es Dios?
–Alguna vez has cerrado los ojos y has deseado algo?
–Sí
–Pues Dios es el que te ignora
Los habitantes de la pre-isla nacen ya mayorcitos y con recuerdos de infancia agradables incorporados…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...porque son clones encargados por un patrocinador. Es una nueva modalidad de seguro de vida, por el módico precio de cinco millones de dólares, cuatro mil quinientos más que el Cadillac último modelo del “mecenas”, y que funciona por reconocimiento de la huella dactilar del propietario. El sistema es como el de "Nunca me abandones", solo que allí los clones nacen pequeñitos y tienen su infancia, su escolaridad y su adolescencia, en la que desarrollan su personalidad sin implantes de recuerdos ficticios. Tal vez por eso aquel relato resulta más interesante
Cuando Ewan McGregor, el atlético clon de Lincoln, encuentra un insecto volador y consigue introducirlo en una probeta, lo mira extasiado ý dice “¡Un bicho!”. Pero no le cuadra con las informaciones sobre la pretendida contaminación mortal existente fuera de su tecnologizado refugio
El mayor deseo de los clones es ingresar en “La Isla”. Por eso realizan el supuesto sorteo en una fiesta, en la que beben batidos de verduras, no se les vayan a estropear las entrañas y no le sirvan al pagano cuando se ponga malito. Cuando eso ocurre su clon es el que “gana” el sorteo. O sea que sí, que estaban amañados, como suponía uno de ellos.
McGregor, después de lo del insecto, está más que mosqueado, aunque el bicho era una avispa, y un día, para indagar mejor, se coloca una bata de currante con un diseño y un corte como de alta costura, tipo Armani en la alfombra roja.
Después de lo de la bata -así cualquiera- Ewan se va enterando de cosas, como de que tienen unos patrocinadores que se encargan un seguro de vida. Ese seguro consiste en que les hacen un clon, por si necesitan un trasplante. El muchacho, que antes de espabilar es más inocente que las amapolas -en realidad solo tiene tres años- se pregunta si estos patrocinadores lo saben o les importa. Pero Buscemi, que siempre le saca de dudas, le contesta
–Que comas hamburguesas no implica que quieras conocer a la vaca
Después se escapan McGregor y Scarlett. Descubren serpientes, bailarinas voluptuosas -llenas de vida- y lo que es un tribunal. Los pobres se quedan de piedra
Mientras, el amiguete de McGregor en la isla también está mosqueado y se lo cuenta al jefe, y, dándoselas de listillo, dice que piensa investigar. Pero al jefe no le interesa que le arruinen el negocio, así que saca una jeringuilla y se la clava en el cuello al “investigador”, que, la verdad, no pega ese arcaico sistema de liquidación de curiosos con los sofisticados y transparentes úteros gigantes que paren veinteañeros. Y es que las pelis de ciencia-ficción enseguida envejecen en algunas cosillas.
Pero Ewan y Scarlett siguen a lo suyo, y van a ver al patrocinador para que les ayude a revelar lo que se hace en el instituto. Y eso que alguien, con muy buen sentido, dice
–¿Quién lo creería?
Pues efectivamente, nadie, por la sencilla razón de que todavía no se lo han contado en la televisión
Así que cuando el Ewan rico, que se llama Lincoln, sale de sus aposentos va y dice
–¿Qué hace mi seguro de vida sentado en mi sofá?
–Dime ¿Cuánto te he costado?– responde con otra pregunta Ewan, como si fuera gallego
–Cinco millones de nada
Después se van juntos en el Cadillac. Manejan indistintamente, porque han clonado incluso las huellas dactilares, qué se creían, hasta que les encuentran los de seguridad, aunque tardan que te mueres. Como la peli la hicieron en el 2007 pero transcurre en el 2019 dirían ellos, bah, ahora falta mucho, qué sabe nadie. Pero los años pasan y, con los medios de ahora, no hace falta ni que te encuentren porque, si quieren, nunca te pierden.
Lo que ocurre después me recuerda a un caso real, cuando un millonetis es devorado por sus propios canes. O sea, que matan a uno de los dos, pero, como son idénticos, a simple vista no se sabe a quién le ha tocado la china, aunque enseguida dan una pista: el que sobrevive echa una mentirijilla para proteger a Scarlett ¿Adivinan quién es el que ha salvado la vida…?
©Pax Rincón Toledano, agosto de 2017
Cuando Ewan McGregor, el atlético clon de Lincoln, encuentra un insecto volador y consigue introducirlo en una probeta, lo mira extasiado ý dice “¡Un bicho!”. Pero no le cuadra con las informaciones sobre la pretendida contaminación mortal existente fuera de su tecnologizado refugio
El mayor deseo de los clones es ingresar en “La Isla”. Por eso realizan el supuesto sorteo en una fiesta, en la que beben batidos de verduras, no se les vayan a estropear las entrañas y no le sirvan al pagano cuando se ponga malito. Cuando eso ocurre su clon es el que “gana” el sorteo. O sea que sí, que estaban amañados, como suponía uno de ellos.
McGregor, después de lo del insecto, está más que mosqueado, aunque el bicho era una avispa, y un día, para indagar mejor, se coloca una bata de currante con un diseño y un corte como de alta costura, tipo Armani en la alfombra roja.
Después de lo de la bata -así cualquiera- Ewan se va enterando de cosas, como de que tienen unos patrocinadores que se encargan un seguro de vida. Ese seguro consiste en que les hacen un clon, por si necesitan un trasplante. El muchacho, que antes de espabilar es más inocente que las amapolas -en realidad solo tiene tres años- se pregunta si estos patrocinadores lo saben o les importa. Pero Buscemi, que siempre le saca de dudas, le contesta
–Que comas hamburguesas no implica que quieras conocer a la vaca
Después se escapan McGregor y Scarlett. Descubren serpientes, bailarinas voluptuosas -llenas de vida- y lo que es un tribunal. Los pobres se quedan de piedra
Mientras, el amiguete de McGregor en la isla también está mosqueado y se lo cuenta al jefe, y, dándoselas de listillo, dice que piensa investigar. Pero al jefe no le interesa que le arruinen el negocio, así que saca una jeringuilla y se la clava en el cuello al “investigador”, que, la verdad, no pega ese arcaico sistema de liquidación de curiosos con los sofisticados y transparentes úteros gigantes que paren veinteañeros. Y es que las pelis de ciencia-ficción enseguida envejecen en algunas cosillas.
Pero Ewan y Scarlett siguen a lo suyo, y van a ver al patrocinador para que les ayude a revelar lo que se hace en el instituto. Y eso que alguien, con muy buen sentido, dice
–¿Quién lo creería?
Pues efectivamente, nadie, por la sencilla razón de que todavía no se lo han contado en la televisión
Así que cuando el Ewan rico, que se llama Lincoln, sale de sus aposentos va y dice
–¿Qué hace mi seguro de vida sentado en mi sofá?
–Dime ¿Cuánto te he costado?– responde con otra pregunta Ewan, como si fuera gallego
–Cinco millones de nada
Después se van juntos en el Cadillac. Manejan indistintamente, porque han clonado incluso las huellas dactilares, qué se creían, hasta que les encuentran los de seguridad, aunque tardan que te mueres. Como la peli la hicieron en el 2007 pero transcurre en el 2019 dirían ellos, bah, ahora falta mucho, qué sabe nadie. Pero los años pasan y, con los medios de ahora, no hace falta ni que te encuentren porque, si quieren, nunca te pierden.
Lo que ocurre después me recuerda a un caso real, cuando un millonetis es devorado por sus propios canes. O sea, que matan a uno de los dos, pero, como son idénticos, a simple vista no se sabe a quién le ha tocado la china, aunque enseguida dan una pista: el que sobrevive echa una mentirijilla para proteger a Scarlett ¿Adivinan quién es el que ha salvado la vida…?
©Pax Rincón Toledano, agosto de 2017

6.7
12,897
6
29 de diciembre de 2024
29 de diciembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Vi a Najwa Nimri en Salto al vacío. Bordaba el papel y me pareció impresionante, o eso pensé entonces. Así que esperaba mucho de ella. Sin embargo, en esta película me ha decepcionado la excesiva economía gestual.
Y…
-¿Qué tal la declamación?
-Pues en ocasiones he tenido que poner los subtítulos, para ver qué decía-
Esperaba mucho, además, porque algunos críticos profesionales dicen que Nimri está superlativa en esta película.
Pero me cuesta aceptar como superlativa a una actriz que no vocaliza bien. Creo que un actor tiene que proyectar la voz, incluso cuando susurra, a no ser que quiera disimular el texto.
A propósito de no estar nominada para los Goya por esta película, respondía a un comentario
-No es una injusticia, es política-
-No es política, es que no entendían lo que decía- apunto
Dicho todo esto ¿Qué puede haber llevado a una actriz como Najwa Nimri a hacer una interpretación tan hierática?
Pues creo que ha sido una decisión, es decir, que ha decidido componer así a su personaje, tal vez para representar la mentalidad estática, hermética, cuadriculada, estricta, rígida e impávida de Aurora Rodríguez Carballeira.
Porque puestos a expresarse con simbolismos -como el del maniquí que se resquebrajaba cada vez que se presagiaban discrepancias, como evocando la muerte anunciada- la cara de Najwa podría haber sido cubierta con una careta, como representación de la determinación inconmovible de la madre de Hildegart. Y eso ha hecho, convertir su cara en una máscara.
Acertado o no, tiene menos riesgos. A mi personalmente me gusta que me cuenten cosas con la cara, con la mirada. Porque no me ha quedado claro si Rodríguez Carballeira era una H*P vulgaris, una enferma celosa y posesiva, una Bernarda Alba a la gallega, una variedad femenina del padre en El enigma de Gaspar Hauser, o la pretenciosa aspirante a creadora de un robot al que, después de una preparación exhaustiva, manejaría a su antojo, como si de un Candidato de Manchuria se tratase
¿Era Aurora una mezcla de todas esas cosas? Creo que me hubiera gustado leer en los ojos de la actriz esos rastros de locura, de posesión enfermiza, de ambición irrefrenable, de ira probable...
Se supone que una directora se ha documentado sobre lo que está contando. Pero tampoco parece involucrarse para definir mejor al personaje ¿Qué ha visto ella, además de fanatismo? Se podrá estar de acuerdo, o no. Pero la de la autora es la referencia indispensable…
La historia ya la conocemos. En el rol de Alba Planas no hay misterio alguno. Una niña a la que le parece bien todo lo que hace su mamá, hasta que, al llegar a la adolescencia, empieza a tener ideas propias y a manifestar su rebeldía. Es universal. Así que lo que interesa es el personaje de la madre, del que me hubiera gustado que me dieran algo más, aunque sólo fuera como hipótesis
Lo que queda claro es la eficacia de los métodos pedagógicos de Aurora. El pianista parece decirnos que los logros de este sistema no son una casualidad, porque él también fue un niño prodigio del piano. Hasta que algo lo llevó al colapso, no sabemos bien qué.
También Hildegart se convirtió precozmente en una lúcida escritora, pero la ausencia de libertad frustró su carrera incipiente, su vida.
Y…
-¿Qué tal la declamación?
-Pues en ocasiones he tenido que poner los subtítulos, para ver qué decía-
Esperaba mucho, además, porque algunos críticos profesionales dicen que Nimri está superlativa en esta película.
Pero me cuesta aceptar como superlativa a una actriz que no vocaliza bien. Creo que un actor tiene que proyectar la voz, incluso cuando susurra, a no ser que quiera disimular el texto.
A propósito de no estar nominada para los Goya por esta película, respondía a un comentario
-No es una injusticia, es política-
-No es política, es que no entendían lo que decía- apunto
Dicho todo esto ¿Qué puede haber llevado a una actriz como Najwa Nimri a hacer una interpretación tan hierática?
Pues creo que ha sido una decisión, es decir, que ha decidido componer así a su personaje, tal vez para representar la mentalidad estática, hermética, cuadriculada, estricta, rígida e impávida de Aurora Rodríguez Carballeira.
Porque puestos a expresarse con simbolismos -como el del maniquí que se resquebrajaba cada vez que se presagiaban discrepancias, como evocando la muerte anunciada- la cara de Najwa podría haber sido cubierta con una careta, como representación de la determinación inconmovible de la madre de Hildegart. Y eso ha hecho, convertir su cara en una máscara.
Acertado o no, tiene menos riesgos. A mi personalmente me gusta que me cuenten cosas con la cara, con la mirada. Porque no me ha quedado claro si Rodríguez Carballeira era una H*P vulgaris, una enferma celosa y posesiva, una Bernarda Alba a la gallega, una variedad femenina del padre en El enigma de Gaspar Hauser, o la pretenciosa aspirante a creadora de un robot al que, después de una preparación exhaustiva, manejaría a su antojo, como si de un Candidato de Manchuria se tratase
¿Era Aurora una mezcla de todas esas cosas? Creo que me hubiera gustado leer en los ojos de la actriz esos rastros de locura, de posesión enfermiza, de ambición irrefrenable, de ira probable...
Se supone que una directora se ha documentado sobre lo que está contando. Pero tampoco parece involucrarse para definir mejor al personaje ¿Qué ha visto ella, además de fanatismo? Se podrá estar de acuerdo, o no. Pero la de la autora es la referencia indispensable…
La historia ya la conocemos. En el rol de Alba Planas no hay misterio alguno. Una niña a la que le parece bien todo lo que hace su mamá, hasta que, al llegar a la adolescencia, empieza a tener ideas propias y a manifestar su rebeldía. Es universal. Así que lo que interesa es el personaje de la madre, del que me hubiera gustado que me dieran algo más, aunque sólo fuera como hipótesis
Lo que queda claro es la eficacia de los métodos pedagógicos de Aurora. El pianista parece decirnos que los logros de este sistema no son una casualidad, porque él también fue un niño prodigio del piano. Hasta que algo lo llevó al colapso, no sabemos bien qué.
También Hildegart se convirtió precozmente en una lúcida escritora, pero la ausencia de libertad frustró su carrera incipiente, su vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aurora sacrifica la vida de su hija -su proyecto, su propiedad- para lograr un mundo mejor, al que la joven no tendrá acceso, encerrada en vida, muerta
Sobrevuela por toda la película un canto a la libertad. En forma de anhelo, de ausencia o de mandato. Porque sin libertad no hay amor, no hay arte, no hay nada. Sólo muerte
https://montanabluess.wordpress.com/
Sobrevuela por toda la película un canto a la libertad. En forma de anhelo, de ausencia o de mandato. Porque sin libertad no hay amor, no hay arte, no hay nada. Sólo muerte
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