Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valladolid
Críticas de apagaYvamonos
1 2 3 4 5 6 8 >>
Críticas 40
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
17 de mayo de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un niño con tirabuzones pelirrojos y andares pingüineros que adoraba almorzar bocadillos de berberechos con mantequilla de cacahuete. Un buen día (y dos Phoskitos) su madre, mujer chillona y con prominente mostacho, lo matriculó en clases particulares de inglés, ya que su “teacher” jamás le puso más de un 2 (quizás también una bolsa de Jumpers). Carahuevo, como lo llamaban sus amiguitos, dominaba el inglés de cabo a rabo, pero siempre suspendía víctima (y una Coca-Cola, light, como no podía ser de otra forma) de la ira de su “teacher”, el cual sufrió en su juventud el denominado “bullying” por culpa de Dionisio “el Trol”, que casualmente también era pelirrojo (“no seas roñoso y dame un puñaico”).

De repente, sin venir a cuento se puso a relinchar el caballo. El tiempo se detuvo ante aquella mirada, un suspiro, un instante perdido, una ola que se esfuma frente a la orilla, una colilla mal apagada, vecinos reguetoneros (“Carahuevo, traduce al inglés ‘anticonstitucionalísimamente’ y luego la deletreas al revés, de lo contrario me veré obligado a suspenderte, pelo polla con azafrán”), pimientos de piquillo rellenos de amor, de sed de venganza, de pentagramas. Demasiados secretos. Demasiados ojos. En la bañera pelos que taponan el delicado fluir del agua. El vapor ha empañado el espejo. ¡Ay campanera! De repente una ventosidad aúlla a través de mi ano. ¿Ah no? Sí, sí. Mi culo canta por soleares.

El recuerdo punzante de (“¡Carahuevo me come un huevo!”) aquel mensaje vuelve a visitarme súbitamente: “Me gustas, eres una chica muy guapa, eres encantadora, incluso te diría que estoy dispuesto a casarme contigo… Pero si viene tu hermana también me la tiro”. ¿Dónde está la bisectriz? Murió en el regazo de un beso de actriz. Como acabamos de explicar, Ricardo (man) Darín (a) realiza una de sus actuaciones más soberbias desde que recorriera diversos antros de la geografía española con su espectáculo de variedades “Marifé de Triana y mucho alcohol de garrafón” (Carahuevo era uno de sus palmeros).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
apagaYvamonos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
15 de mayo de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y todavía exhausto tras haber bailado el hula hula con mi falda hawaiana me voy a correr los San Fermines, con mi pañuelo rojo, sí, pero luciendo todavía mi falda hawaiana por supuesto. Los toros no son toros, son chihuahuas enormes con mucho pelo y ojos ensangrentados. Intento correr rápido pero me es imposible… No debí traer los zapatos de tacón-polla. Pronto advierto que todo el que es revolcado por los chihuahuas se transforma en un zombi rabioso. Y además de convertirse en zombis les crece una falda hawaiana. ¡Lo estoy flipando! Uno de los zombis viene encabronado hacia mí, y como no puedo correr bien decido esperarlo tranquilamente. El capullo intenta lanzarme un mordisco en el cuello, pero antes de que lo consiga le planto un beso de tornillo. Llevo un minuto besando apasionadamente al zombi cuando de repente abro los ojos y el zombi se ha transformado en Belén Esteban… “¡Nooooooooooooooooooo!”, grito desesperado mientras abro los ojos. ¡Joder, con lo agradable que estaba siendo mi sueño!

Cual Robe Iniesta me tiro de la cama buscando colillas mientras me saco las albondiguillas. Me echo mano al culo para rascarme la nalga derecha pero no siento el tacto de mis suavecitos calzones de algodón. Lo que estoy tocando es una áspera falda hawaiana. Miro a mi alrededor y veo hamacas colgadas de las lámparas del techo, cientos de piñas y cocos vaciados por el suelo… Una de dos: o anoche organicé una fiesta hawaiana en mi cutre piso o saqué un billete de avión y me fui a Punta Cana. La ilusión de la segunda opción se desvanece cuando escucho a mi vecina gritar: “¡Cristiiiiaaan, sube que ya está la comida! ¡Como tardes un segundo más te suelto una guantá que te dejo la cara como el lelo de tu padre!” ¡Hogar dulce hogar! Bueno, ¿y ahora quién limpiará este paraíso tropical? Las frutas son biodegradables, por lo que no supondrán ningún problema medioambiental, y las hamacas nunca están demás… “¡Ding dong!” ¿Quién será?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
apagaYvamonos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
11 de mayo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo se necesita eso y poco más. 21 gramos y la noche va rodada. La película te sumerge en atisbos imaginarios que necesitan del más claro detective para extrapolar alguna parte de los argumentos que en la cinta se muestran.
Empecemos pues con una crítica auto-constructiva-creativa-manzana: la atmósfera no era la indicada para ver una película de este calibre, dos kilos de alubias no le sientan bien a nadie antes de dormir. Imagínense la sensación comparada con un Benicio del Toro en plan católico-apostólico-vaso. Eso no hay quien se lo crea, pero bueno, pasamos palabra como diría Carlos Javier Vázquez y veamos un segundo plano donde se nos muestra a un Sean Penn-e (chispa, chispa everywhere) exultante, insultante, penn-etrante (dios, estoy que me salgo), en una actuación más creíble que los orgasmos de alguna actriz de esas que me gusta ver los domingos por la mañana...
A lo que íbamos, que estoy más perdido que un español en el 1004, la película cumple con su cometido, que es hacerte el efecto de inyectarte 21 gramos de droga en vena. Cuando terminé su visualización, sentí como si me hubiera fornicado un tren sin vaselina, que ya es decir. Pero bueno, el soso planteamiento que necesita un argumento como este te hace preguntarte cosas del estilo: ¿quién necesita un sheriff? ¿Para qué pago yo mis impuestos? ¿Es probable que haya vida extraterrestre? A ver si tenía razón Iker Jiménez Losantos....

Los minutos en la película transcurren y yo ya no sé si estoy al principio o al final. Soy como el Sr McMazo, tengo el brazo donde la pierna y la pierna donde el brazo. Esto ya no hay por donde cogerlo. Necesito alcoholizarme y en lugar de coger la botella de whisky cojo un vaso de pipas, ¿qué me pasa? Me he adelantado en el tiempo y ahora voy por el partido de fútbol que voy a ver esta noche, ¡coño! ¡Qué vuelva el tiempo real! Por fin sigo el hilo argumental a la primera, aunque ahora que lo recuerdo, antes estaba liado, entonces lo de antes era el final y ahora estoy en el principio, así que ¿quién soy? Encantado, me llamo Pandereta. Igualmente, mi nombre es Sustos, ¡BUUH! Coño, que susto. Haber elegido muerte.

Madre mía qué jaleo, voy a tomarme una aspirina de 21 gramos. ¿Eso que oigo es la ambulancia? Quizá el tiempo se haya adelantado de nuevo...
apagaYvamonos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1
18 de abril de 2012
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada aclarar que si tu madre es bizca no debes culparla. Ella hubiera preferido que sus ojos se llevaran bien en lugar de ser lobos solitarios. Cúlpate a ti por llevarla a un asilo donde probablemente comerá papillas de las sobras del menú del personal, y no, esto no es nada personal. Dicho lo cual, y situados correctamente en el contexto de esta maquiavélica historia, ya podemos sentarnos y esperar. ¿Esperar el qué? Si lo supiera no tendríamos que esperar, idiota.

Antonio ‘Estandartes’ muestra una vez más su nacionalismo aférrimo, abrupto y corrupto, y como rima, me tiro un eructo (regüeldo como diría más de un ‘Samu’). Sin embargo el tío, sin mueca condescendiente, se gira sobre sí mismo, frunce el ceño, se pone la mano detrás de la cabeza a modo de peineta, y se canta el “duro de pelar” de Rebeca. ¿Venía realmente a cuento Almodóvar? ¿Es realmente nuestra culpa que te chifle el pan de calatrava? No quiero ponerme agresivo pero siempre me obligas, Pedro almojábanas. Y no sigas mojando las sábanas joder, supera tus miedos, aprende de Concha Velasco.

Y mientras esperábamos llega Elena Anaya para ponernos enérgicos y ‘cirueriles’. Qué soberbia actriz, qué manera más elegante de tener 36 tacos (y no me refiero a palabras malsonantes) y aparentar 17. ¿Qué desayunará esa ninfa del séptimo arte? No creo que chistorra, panceta, huevos fritos y porras con chocolate. Ese desayuno diario es el de los campeones, como yo o Michael Phelps, pero no quiero mezclar a ‘Phelpi’ en todo esto, bastante tiene con el cloro y los manguitos.

Para terminar esta oda a la cochambre fílmica hemos de realizar una profunda reflexión. Supongamos que sales de tu casa un día de fuerte ventisca, llevas los labios deshidratados y la vaselina se esfumó anoche lubricando la puerta trasera de tu vecina. De repente te topas con ella y aprecias que, aparte de una prominente cojera, lleva los labios excesivamente bien hidratados. ¿Es lícito negarle el saludo? Lícito o no, estoy tratando mis herpes labiales mientras sigo aquí sentado, ‘cirueril’ y nostálgico, esperando algo que puede que no llegue, o puede que pasara de largo, lo único seguro es que cuando lo vea le partiré la cara. De eso no hay ningún tipo de duda. Ningún tipo de duda. Ninguna Duda. Ninguna. Duda. Perejil. Apio. Verdoso.
apagaYvamonos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
13 de abril de 2012
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante el sosiego de necesitar un estímulo visual, díjole yo a mí: ¿vamos en tromba a cualquier lugar? Sí, pero primero juguemos al pantalón, que el siso le acaba de robar mil duros a su madre y se ha comprado estampas.
Se necesita mucho para actuar del modo en que lo hace mi siempre querido Bobby Montgomery, pero he de reconocer que la tita Wanda Nara, perdón, Wanda Hendrix, está por encima de Bobby. Hay quien piensa que no, pero bueno, ¡qué le vamos a hacer! En la diversidad está el móvil.
Cuando 'Persecución en la noche' funciona, parece una película de verdad, pero luego dices: "oye tío, que se han acabado los cacahuetes" (instrumento indispensable para cualquier filme), te tienes que levantar al frigo a por el ketchup y te quedas con cara de 'Esto no es lo que yo había venido a buscar', pero bueno, en tiempos de guerra, cualquier agujero es trinchera. Te lo bebes y te quedas el resto de la película con un gusto un tanto rancio, como si te hubieras comido un bote de mantequilla de higo.
En fin, un vaivén de sensaciones y nuevas ideas que se presentaron en su momento y que ahora no tienen cabida en el mundo actual. ¡Ay del mundo actual si Bobby lo viviera! Seguramente sería adicto al cine de Hokes Jackintop, el viejo Hokes, qué buen tandem formaría y qué CINE harían. Habrá que dejar las cosas en su sitio y llamar a las cosas por su nombre, si eso que tiene cuatro patas es una mesa, ¡pues habrá que llamarlo así! Del mismo modo que si esto es un 4, es un cuatro (he cambiado número por letra para captar la atención del lector y crear un hábitat autodestructivo).
apagaYvamonos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 6 8 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow