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8.6
205,058
9
14 de febrero de 2009
14 de febrero de 2009
374 de 405 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más influyentes de los últimos años:
- La música sigue sonando en los bares y en la radio. Las tiendas de discos todavía venden la B.S.O.
- La gente sigue repitiendo “Soy el Sr. Lobo, soluciono problemas”, “No empecemos a chuparnos las pollas todavía”, “Tu sabrás que mi nombre es Yavé, cuando mi venganza caiga sobre ti”, "¿No odias esos silencios incómodos? ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos?”, “Con tu permiso, me voy a casa a tener un ataque al corazón”.…
- ¿Cuantos fragmentos de la película se siguen reproduciendo en Youtube?
- Todavía se ve a gente “de marcha” bailando el Twist de Thurman y Travolta.
- Todo el mundo recuerda el chute de adrenalina; la violación de Marsellus Wallace; a Butch eligiendo arma en la tienda …
- Aún nos reímos con sus frases: "Tocarle los pies a su mujer o darle lengüetazos en su sagrado agujero, no es el mismo juego ¿comprendes?. No es la misma liga, ni si quiera es el mismo deporte"; "Estoy a veinte minutos de allí. Llegaré en diez"; "Mira, tú has sido el que ha traído una zorra moribunda a mí casa, así que tú le pones la inyección. El día que yo traiga una zorra moribunda a tu casa, se la pondré yo"; Vincent Vega diciéndose: “Ahora sales ahí fuera, te tomas tu copa, dices "buenas noches, he pasado una velada muy agradable”, te vas a casa, te haces una paja y eso es todo"; "Que seas una personalidad no significa que tengas personalidad"; "Tal vez la rata de cloaca sepa a caviar pero no lo sabré nunca porque no como animales asquerosos. Los cerdos duermen y buscan su comida entre la mierda. Si no saben distinguir sus excrementos como voy a comerlos."
Marcando estilo:
- Montando desordenadamente la historia. Un recurso utilizado después en decenas de películas.
- El protagonismo otorgado a escenas sobre temas triviales hubiese sido impensable años atrás. Por ejemplo, las conversaciones antes de las matanzas. Hablan sobre masajes en los pies, sobre el tipo que rayó el coche a Vincent, sobre la comida basura...
- Demuestra que unos diálogos brillantes marcan la diferencia incluso en las películas de acción y violencia. Unos buenos efectos especiales se consiguen con dinero, pero para conseguir unos diálogos de tanta calidad, además de dinero necesitas a un crack que esté atravesando el momento más inspirado de su vida.
No es una película cargada de momentos geniales. Es una genialidad en su totalidad, sin apenas altibajos. Cuando se estrenó rompió con todo. Por aquél entonces, no se conocían moldes capaces de dar forma a un producto similar. Nadie salió del cine con indiferencia, hasta los que ya habían probado la receta con “Reservoir Dogs” se vieron sorprendidos por el talento mostrado en “Pulp Fiction”. Incluso ahora que se ha perdido el efecto novedad sigue siendo una película grande.
Te puede gustar o no, pero nadie duda de que Tarantino ha creado un estilo digno de ser estudiado en un capítulo aparte. Y “Pulp Fiction” es su obra cumbre.
- La música sigue sonando en los bares y en la radio. Las tiendas de discos todavía venden la B.S.O.
- La gente sigue repitiendo “Soy el Sr. Lobo, soluciono problemas”, “No empecemos a chuparnos las pollas todavía”, “Tu sabrás que mi nombre es Yavé, cuando mi venganza caiga sobre ti”, "¿No odias esos silencios incómodos? ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos?”, “Con tu permiso, me voy a casa a tener un ataque al corazón”.…
- ¿Cuantos fragmentos de la película se siguen reproduciendo en Youtube?
- Todavía se ve a gente “de marcha” bailando el Twist de Thurman y Travolta.
- Todo el mundo recuerda el chute de adrenalina; la violación de Marsellus Wallace; a Butch eligiendo arma en la tienda …
- Aún nos reímos con sus frases: "Tocarle los pies a su mujer o darle lengüetazos en su sagrado agujero, no es el mismo juego ¿comprendes?. No es la misma liga, ni si quiera es el mismo deporte"; "Estoy a veinte minutos de allí. Llegaré en diez"; "Mira, tú has sido el que ha traído una zorra moribunda a mí casa, así que tú le pones la inyección. El día que yo traiga una zorra moribunda a tu casa, se la pondré yo"; Vincent Vega diciéndose: “Ahora sales ahí fuera, te tomas tu copa, dices "buenas noches, he pasado una velada muy agradable”, te vas a casa, te haces una paja y eso es todo"; "Que seas una personalidad no significa que tengas personalidad"; "Tal vez la rata de cloaca sepa a caviar pero no lo sabré nunca porque no como animales asquerosos. Los cerdos duermen y buscan su comida entre la mierda. Si no saben distinguir sus excrementos como voy a comerlos."
Marcando estilo:
- Montando desordenadamente la historia. Un recurso utilizado después en decenas de películas.
- El protagonismo otorgado a escenas sobre temas triviales hubiese sido impensable años atrás. Por ejemplo, las conversaciones antes de las matanzas. Hablan sobre masajes en los pies, sobre el tipo que rayó el coche a Vincent, sobre la comida basura...
- Demuestra que unos diálogos brillantes marcan la diferencia incluso en las películas de acción y violencia. Unos buenos efectos especiales se consiguen con dinero, pero para conseguir unos diálogos de tanta calidad, además de dinero necesitas a un crack que esté atravesando el momento más inspirado de su vida.
No es una película cargada de momentos geniales. Es una genialidad en su totalidad, sin apenas altibajos. Cuando se estrenó rompió con todo. Por aquél entonces, no se conocían moldes capaces de dar forma a un producto similar. Nadie salió del cine con indiferencia, hasta los que ya habían probado la receta con “Reservoir Dogs” se vieron sorprendidos por el talento mostrado en “Pulp Fiction”. Incluso ahora que se ha perdido el efecto novedad sigue siendo una película grande.
Te puede gustar o no, pero nadie duda de que Tarantino ha creado un estilo digno de ser estudiado en un capítulo aparte. Y “Pulp Fiction” es su obra cumbre.

8.6
172,046
9
14 de agosto de 2007
14 de agosto de 2007
297 de 341 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo conocimientos de cine. No tengo ni idea de montaje, de puesta en escena, de técnicas de filmación ni nada de nada. Tampoco acierto a captar extraños mensajes metafísicos (Tipo cine de David Lynch), y que sólo parece captar gente con algún tipo de don sensorial extranatural...
Pero he visto muchísimas películas. Y sin duda esta es de las mejores que he visto.
Entretiene. Es más, impide que centres tu atención en otra cosa que no sea la película. Conmueve, porque los personajes y sus historias te tocan la fibra.
Te deja el cuerpo como un reloj a pesar de lo que sufren y padecen los protagonistas.
La puede ver y disfrutar todo tipo de gente, porque es natural y de fácil comprensión (Es decir, no es de esas raras, en las que se necesita un manual para descifrarla).
Y sobre todas las cosas: Al terminar te dan ganas de levantarte y aplaudir (Y no recuerdo haber tenido muchas veces esa sensación en mi vida).
Pero he visto muchísimas películas. Y sin duda esta es de las mejores que he visto.
Entretiene. Es más, impide que centres tu atención en otra cosa que no sea la película. Conmueve, porque los personajes y sus historias te tocan la fibra.
Te deja el cuerpo como un reloj a pesar de lo que sufren y padecen los protagonistas.
La puede ver y disfrutar todo tipo de gente, porque es natural y de fácil comprensión (Es decir, no es de esas raras, en las que se necesita un manual para descifrarla).
Y sobre todas las cosas: Al terminar te dan ganas de levantarte y aplaudir (Y no recuerdo haber tenido muchas veces esa sensación en mi vida).

7.0
22,314
8
2 de febrero de 2009
2 de febrero de 2009
150 de 159 usuarios han encontrado esta crítica útil
En base a un trabajo de guión de lo más inspirado, la película expone de manera brillante cuestiones que probablemente todos nos hayamos planteado en alguno de esos momentos en que nos ponemos trascendentales. Nos hace meditar sobre nuestros miedos y nuestros prejuicios, esos prejuicios de los que somos plenamente conscientes pero de los cuales no nos podemos liberar, y que hacen que al amparo de la teoría del “Eso no es normal”, dejemos pasar trenes que puede que jamás vuelvan, quedando para siempre con la sensación de estar “Persiguiendo a Amy”, es decir, lamentándonos de por vida por lo que perdimos o por lo que por falta de valentía no pudimos conseguir.
El hecho de hablar abiertamente sin ningún pudor de relaciones sexuales puede parecer un efectismo que busca el entretenimiento a base de “ordinarieces” que sorprendan por su atrevimiento y su descaro. Quizá algo de eso haya, pero en realidad el recorrido es mucho más largo.
La historia consiste básicamente en la relación amorosa de un creador de cómics con una chica lesbiana cuyas experiencias en el sexo, libre de ataduras morales, suponen para éste un obstáculo difícil de superar. Aparece entonces la duda de si podrá ser feliz con una persona a la que quiere perdidamente y con la que forma una pareja perfecta, pero cuyo pasado resulta difícil de digerir y que puede ser causante de una insuperable sensación de desconfianza y de vergüenza. ¿Resulta importante nuestro pasado si nuestro presente es idílico? ¿Nos avergüenza el tomarnos el sexo como un acto de disfrute natural, libre de tabúes generados por creencias quizá algo retrógradas? ¿De que modo podemos liberarnos de nuestros prejuicios?
Se suceden largos planos y secuencias de conversaciones que lejos de resultar cargantes o cansinas, fascinan por su lucidez y por su valentía en responder con tino a cuestiones que no están exentas de controversia, pero que resultan de lo más interesantes y atractivas. Es curioso que vista 12 años después, el guión todavía conserve su frescura y siga resultando novedoso como si después de este tiempo nadie haya podido hacer un trabajo que se le parezca, y como si la sociedad para la cual fue concebido apenas haya cambiado desde entonces.
Quizá el primer requisito para hacer buen cine sea tener algo interesante que contar.
El hecho de hablar abiertamente sin ningún pudor de relaciones sexuales puede parecer un efectismo que busca el entretenimiento a base de “ordinarieces” que sorprendan por su atrevimiento y su descaro. Quizá algo de eso haya, pero en realidad el recorrido es mucho más largo.
La historia consiste básicamente en la relación amorosa de un creador de cómics con una chica lesbiana cuyas experiencias en el sexo, libre de ataduras morales, suponen para éste un obstáculo difícil de superar. Aparece entonces la duda de si podrá ser feliz con una persona a la que quiere perdidamente y con la que forma una pareja perfecta, pero cuyo pasado resulta difícil de digerir y que puede ser causante de una insuperable sensación de desconfianza y de vergüenza. ¿Resulta importante nuestro pasado si nuestro presente es idílico? ¿Nos avergüenza el tomarnos el sexo como un acto de disfrute natural, libre de tabúes generados por creencias quizá algo retrógradas? ¿De que modo podemos liberarnos de nuestros prejuicios?
Se suceden largos planos y secuencias de conversaciones que lejos de resultar cargantes o cansinas, fascinan por su lucidez y por su valentía en responder con tino a cuestiones que no están exentas de controversia, pero que resultan de lo más interesantes y atractivas. Es curioso que vista 12 años después, el guión todavía conserve su frescura y siga resultando novedoso como si después de este tiempo nadie haya podido hacer un trabajo que se le parezca, y como si la sociedad para la cual fue concebido apenas haya cambiado desde entonces.
Quizá el primer requisito para hacer buen cine sea tener algo interesante que contar.

6.8
183,191
9
24 de enero de 2010
24 de enero de 2010
146 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
La valoración que damos a una película depende inevitablemente de los prejuicios y de las expectativas previas. Me pregunto como puede ser valorada una obra maestra como “Titanic” con una nota que no llega ni al notable. La respuesta más probable es que efectivamente sea una película mediocre, al menos a ojos de la mayoría. Pero por eso de caer en la tentación de pensar que son los demás los que se equivocan, a modo de experimento, voy a hacer conscientemente un ejercicio de pura soberbia y voy a tratar de explicar las razones de lo que para mí es la nota más injusta del cine de los 90.
EXPECTATIVAS PREVIAS. Sólo Ben-Hur había recibido 11 oscar. Cuando uno va al cine a ver la película más galardonada de la historia, pone el listón tan alto que difícilmente se cumplen después las expectativas. Y cuando no se cumplen, a veces se cae en el error de parecer justo puntuar con un suspenso. Me pregunto que valoración le hubiesen dado los que le dieron un 3, si en el momento de verla nunca hubiesen oído hablar de ella. Puede que no la puntuasen con un sobresaliente, pero ¿le darían un suspenso?
DEMASIADA NOTORIEDAD. Fue el estreno del momento, la película del año. Una superproducción con un presupuesto descomunal, una BSO que no dejaba de sonar en los medios y una desmedida inversión en publicidad. No se hablaba de cine sin hablar de “Titanic”. A la hora de valorar cualquier cosa, siempre somos más generosos con aquello de naturaleza humilde, y raramente lo somos con aquello que representa la ostentación y los excesos. Y el protagonismo de “Titanic” era realmente excesivo.
PUNTUACION CON EFECTO CORRECTOR. Algunos en sus críticas confiesan que puntúan para “corregir” la nota media, de forma que si una película les parece de 6 pero tiene una nota media de 9, le dan un 1 para que baje la media y se acerque a lo que ellos entienden como una nota media más justa.
EFECTO CONTRACORRIENTE. Por alguna razón de vez en cuando tenemos la necesidad de ir contracorriente, desmarcarnos de la tendencia y sentirnos diferentes, más auténticos. Una buena ocasión para ello es vestirse de azote de académicos de Hollywood y minimizar los méritos que supusieron la concesión de 11 Oscar.
PREJUICIOS SOBRE LO COMERCIAL. En el arte y también en el cine parece haber una ley no escrita que permite menospreciar todo aquello que contiene un manifiesto objetivo comercial. Es decir, que captar la atención de la mayoría y ser rentable parece incompatible con la calidad artística y el mérito profesional. Sin duda, esta me parece una de las costumbres más injustas y despreciables del cine. Puro snobismo.
(Sigue sin spoilear)
EXPECTATIVAS PREVIAS. Sólo Ben-Hur había recibido 11 oscar. Cuando uno va al cine a ver la película más galardonada de la historia, pone el listón tan alto que difícilmente se cumplen después las expectativas. Y cuando no se cumplen, a veces se cae en el error de parecer justo puntuar con un suspenso. Me pregunto que valoración le hubiesen dado los que le dieron un 3, si en el momento de verla nunca hubiesen oído hablar de ella. Puede que no la puntuasen con un sobresaliente, pero ¿le darían un suspenso?
DEMASIADA NOTORIEDAD. Fue el estreno del momento, la película del año. Una superproducción con un presupuesto descomunal, una BSO que no dejaba de sonar en los medios y una desmedida inversión en publicidad. No se hablaba de cine sin hablar de “Titanic”. A la hora de valorar cualquier cosa, siempre somos más generosos con aquello de naturaleza humilde, y raramente lo somos con aquello que representa la ostentación y los excesos. Y el protagonismo de “Titanic” era realmente excesivo.
PUNTUACION CON EFECTO CORRECTOR. Algunos en sus críticas confiesan que puntúan para “corregir” la nota media, de forma que si una película les parece de 6 pero tiene una nota media de 9, le dan un 1 para que baje la media y se acerque a lo que ellos entienden como una nota media más justa.
EFECTO CONTRACORRIENTE. Por alguna razón de vez en cuando tenemos la necesidad de ir contracorriente, desmarcarnos de la tendencia y sentirnos diferentes, más auténticos. Una buena ocasión para ello es vestirse de azote de académicos de Hollywood y minimizar los méritos que supusieron la concesión de 11 Oscar.
PREJUICIOS SOBRE LO COMERCIAL. En el arte y también en el cine parece haber una ley no escrita que permite menospreciar todo aquello que contiene un manifiesto objetivo comercial. Es decir, que captar la atención de la mayoría y ser rentable parece incompatible con la calidad artística y el mérito profesional. Sin duda, esta me parece una de las costumbres más injustas y despreciables del cine. Puro snobismo.
(Sigue sin spoilear)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Seguramente estas cinco razones sólo existan en la imaginación del que escribe, y que la explicación más probable es que simplemente en realidad la película no era para tanto y que la gente la puntúa en consecuencia. Sin embargo no puedo dejar de verla como una de las mejores películas de siempre, con una preciosa y apasionante historia de amor que cala hasta los huesos, con unos efectos especiales únicos en su tiempo pero que no consiguen quitarle el protagonismo a esa sucesión de escenas que han quedado en la historia como referentes por su fondo y por su forma, y a las cuales se han hecho multitud de referencias posteriores como la escena de amor en el coche o en la proa del barco, siempre acompañadas por una banda sonora memorable y rematada con uno de los finales más sobrecogedores y emotivos jamás rodados a pesar de contar con el hándicap de tener que prescindir del factor sorpresa por saber todos la suerte que iba a correr el barco.
Es curioso que en este momento “Titanic” tenga un 6,6 de media, mientras que a “Avatar”, otra película del mismo director recién estrenada, se le valora con un 8,0 contando con unos portentosos efectos especiales pero con una historia y unos personajes del todo planos. A modo también de experimento, pasados unos años, sería interesante consultar la nota de ambas películas y comprobar si el paso del tiempo ha disipado el valor de la innovación técnica, y ha dejado al descubierto los verdaderos valores de ambas películas. Y de paso ver si a “Titanic” se le concede el sitio que se merece, aquel que se le otorga a las mejores películas de la historia.
Es curioso que en este momento “Titanic” tenga un 6,6 de media, mientras que a “Avatar”, otra película del mismo director recién estrenada, se le valora con un 8,0 contando con unos portentosos efectos especiales pero con una historia y unos personajes del todo planos. A modo también de experimento, pasados unos años, sería interesante consultar la nota de ambas películas y comprobar si el paso del tiempo ha disipado el valor de la innovación técnica, y ha dejado al descubierto los verdaderos valores de ambas películas. Y de paso ver si a “Titanic” se le concede el sitio que se merece, aquel que se le otorga a las mejores películas de la historia.

7.2
168,282
6
19 de diciembre de 2009
19 de diciembre de 2009
197 de 292 usuarios han encontrado esta crítica útil
400 millones gastados en 160 minutos de dibujos animados. De lo más sofisticados eso sí, pero dibujos animados, cuyos personajes protagonistas son muñecos dibujados en color azul como los pitufos, y pensándolo bien hasta viven en el bosque. No es que sea una mala película, pero después de crear las expectativas propias de semejante presupuesto y de ser el esperado regreso de uno de los grandes de Hollywood tras 12 en el dique seco y que además la vende como la película que siempre quiso hacer pero que no pudo por razones técnicas, a mi no se me ocurre otra palabra para definir el estreno: Decepción. Las razones:
- La tecnología 3D es fabulosa para flipar durante diez minutos, especialmente si nunca lo habías visto antes, pero al poco rato cansa, y además, una vez que te acostumbras deja ya de ser un atractivo.
- Los personajes ni interesan, ni emocionan. En ningún momento sientes una curiosidad especial por ellos. Todos recordamos por ejemplo en como en Terminador 2, los dos robots del futuro se comían la pantalla. ¿Quién siente interés o una empatía especial por el personaje del marine en silla de ruedas, o por cualquiera de los protagonistas azules?
- La historia es convencional. Y mucho. Comparte similitudes con varias películas (mejor contarlo en spoiler).
- Las escenas de acción y efectos especiales son impresionantes, pero 160 minutos se han de rellenar con algo más, si después pretendes llamarle al producto cine de primera con candidaturas a los globos de oro. Ni tenemos humor como en “Mentiras arriesgadas”, ni tenemos emoción como en “Abyss” o “Aliens 2”, ni la apasionada historia de amor de “Titanic”. Para mí, cualquiera de sus anteriores películas fue mejor.
- Los escenarios, y la flora y fauna de “Pandora” son los grandes atractivos sin duda. Y lo más excepcional de la película. Pero son demasiados minutos disfrutando únicamente de esto. Además un trabajo que destaca en imagen, se queda un pelín cojo si no cuenta con una buena banda sonora y no es que sea mala, es que ahora mismo ni siquiera la logro recordar.
- Tiene cierto ritmo y consigue entretener, pero todos recordamos recientes estrenos de películas con las mismas virtudes a las que no les damos más de un 6 por quedarse únicamente ahí.
- Otra película maniqueísta. Los malos, militares y empresarios, los buenos ecologistas. Vaya novedad. Si se busca que nos identifiquemos con los protagonistas, entonces todos deben ser tan grises como lo son en la vida real.
- El único dilema moral que se plantea aquí es sencillo: o matas o no matas. La conclusión del espectador es clara. No matas. Entonces vamos con los azules y los malos deben ser esos militares tan fascistas.
Se puede recomendar verla por ser visualmente excepcional, pero no se puede esperar mucho más porque el guión es un monumento al convencionalismo.
- La tecnología 3D es fabulosa para flipar durante diez minutos, especialmente si nunca lo habías visto antes, pero al poco rato cansa, y además, una vez que te acostumbras deja ya de ser un atractivo.
- Los personajes ni interesan, ni emocionan. En ningún momento sientes una curiosidad especial por ellos. Todos recordamos por ejemplo en como en Terminador 2, los dos robots del futuro se comían la pantalla. ¿Quién siente interés o una empatía especial por el personaje del marine en silla de ruedas, o por cualquiera de los protagonistas azules?
- La historia es convencional. Y mucho. Comparte similitudes con varias películas (mejor contarlo en spoiler).
- Las escenas de acción y efectos especiales son impresionantes, pero 160 minutos se han de rellenar con algo más, si después pretendes llamarle al producto cine de primera con candidaturas a los globos de oro. Ni tenemos humor como en “Mentiras arriesgadas”, ni tenemos emoción como en “Abyss” o “Aliens 2”, ni la apasionada historia de amor de “Titanic”. Para mí, cualquiera de sus anteriores películas fue mejor.
- Los escenarios, y la flora y fauna de “Pandora” son los grandes atractivos sin duda. Y lo más excepcional de la película. Pero son demasiados minutos disfrutando únicamente de esto. Además un trabajo que destaca en imagen, se queda un pelín cojo si no cuenta con una buena banda sonora y no es que sea mala, es que ahora mismo ni siquiera la logro recordar.
- Tiene cierto ritmo y consigue entretener, pero todos recordamos recientes estrenos de películas con las mismas virtudes a las que no les damos más de un 6 por quedarse únicamente ahí.
- Otra película maniqueísta. Los malos, militares y empresarios, los buenos ecologistas. Vaya novedad. Si se busca que nos identifiquemos con los protagonistas, entonces todos deben ser tan grises como lo son en la vida real.
- El único dilema moral que se plantea aquí es sencillo: o matas o no matas. La conclusión del espectador es clara. No matas. Entonces vamos con los azules y los malos deben ser esos militares tan fascistas.
Se puede recomendar verla por ser visualmente excepcional, pero no se puede esperar mucho más porque el guión es un monumento al convencionalismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuantas veces hemos visto en el cine como la avanzada civilización invade un entorno natural precioso habitado por seres más primitivos pero con valores morales más destacables. Eso sí, no todos los invasores son malos. Alguno incluso se cambia de bando conmovido por la forma de vida del “enemigo”. Este argumento ya lo trilló con éxito Kevin Costner en “Bailando con lobos”. Y se vio en otras películas como “El último Mohicano”, “El último Samurai” y el último cualquier cosa. Sin embargo éstas, especialmente la de Costner y la de Michael Mann, consiguen emocionar a unos niveles muy superiores, empleando una fotografía también sublime pero sin contar con tanto presupuesto en efectos especiales. Eso si, sirviéndose ambas de una banda sonora excepcional.
En general los ingredientes de “Avatar” son de primera, pero su gran pecado es que el guión y los personajes son demasiado superficiales. La historia es justamente la que presupones cuando transcurre sólo media hora:
“El protagonista efectivamente se enamora, empatiza con el enemigo, cambia de bando, se enfrenta con sus antiguos superiores que son presa de la ambición y la ira. Después logra ganarse la confianza de su nuevo pueblo y del desconfiado hijo del jefe, incluso arenga a estos para luchar contra la tiranía del poderoso invasor. Finalmente, a pesar de luchar valientemente se impone la superior fuerza militar de los “fascistas”, y cuando todo llega a su fin ocurre el milagro. La llamada de socorro a la madre naturaleza surte efecto, y tener a ésta de tu lado son palabras mayores. ¡Victoria! Eso sí, no terminará todo sin el obligado duelo final con el jefe de los malos, el cual derrotará a nuestro protagonista tras una batalla épica… pero como no! Salvará la vida “in extremis” por obra y gracia de la aparición en el último segundo del arco y flechas de su amada”.
Demasiado “déjà vu” para mi cuerpo.
En general los ingredientes de “Avatar” son de primera, pero su gran pecado es que el guión y los personajes son demasiado superficiales. La historia es justamente la que presupones cuando transcurre sólo media hora:
“El protagonista efectivamente se enamora, empatiza con el enemigo, cambia de bando, se enfrenta con sus antiguos superiores que son presa de la ambición y la ira. Después logra ganarse la confianza de su nuevo pueblo y del desconfiado hijo del jefe, incluso arenga a estos para luchar contra la tiranía del poderoso invasor. Finalmente, a pesar de luchar valientemente se impone la superior fuerza militar de los “fascistas”, y cuando todo llega a su fin ocurre el milagro. La llamada de socorro a la madre naturaleza surte efecto, y tener a ésta de tu lado son palabras mayores. ¡Victoria! Eso sí, no terminará todo sin el obligado duelo final con el jefe de los malos, el cual derrotará a nuestro protagonista tras una batalla épica… pero como no! Salvará la vida “in extremis” por obra y gracia de la aparición en el último segundo del arco y flechas de su amada”.
Demasiado “déjà vu” para mi cuerpo.
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