Las cosas buenas acerca de la película: Alta calidad de producción, algunas buenas imágenes/secuencias como el inicio de la reunión en Roma y la secuencia de introducción en México. Problemas con la película: el guión en general, Christoph Waltz con un personaje horrible más por lo genial que se le presenta, aburrida persecución de coches y escenas de lucha, Bond se enamora de una mujer que apenas conoce al estilo Vesper pero sin ser Vesper para nada, etcétera.

Ni siquiera podía desconectarme de los defectos simplemente para disfrutar de ella como una película de acción, ya que en general era aburrida. Si no se puede conectar con la historia en 2 horas y media entonces es demasiado tiempo desperdiciado. Si necesitaban más tiempo para pulir el guión o lo que fuera debieron haber esperado. Pero es lo que tiene el negocio: incluso de artistas como Mendes pueden hacerles parir fetos como este.

...Y no me cansaré a este paso. Ésta es la película que me indujo a ser un verdadero seguidor de 007. No sé si decir si es la mejor o no, eso son palabras mayores dada la longevidad de la franquicia, pero sí que la corono como la que más me gusta de todas hasta ahora a nivel personal. Y es que la película comparte precisamente eso conmigo: personalidad.
Aquí descubrimos al agente en su infancia, a la vez que comprobamos lo viejo y curtido que se hace, así como todos los allegados a él cambian o desaparecen. Profundizamos en su figura, su modo de ver las cosas, en lo que es capaz de hacer con tal de cumplir su misión. Es un retrato fiel al de su jefa, M. Los sacrificios en nombre de la corona pasan factura y no todos los halagos o aptitudes son suficientes para sobrellevarlo. Sino que se lo pregunten al malo malísimo de Javier Bardem: apoteósico.
Da gusto ver entregas así de una saga que no paraba de dar tumbos hasta la llegada de su mejor actor: Craig, Daniel Craig. Se vaya o se quede, será el mejor Bond hasta la fecha o, muy probablemente, de todos los tiempos.

Una de las pocas adaptaciones al cine que superan a la novela, o que tienen un acabado mejor. Y es que quitando las polémicas referentes a la bibliografía y referencias del controvertido autor literario, Ron Howard dirige una cinta trepidante y entretenidísima en la que no sientes su duración y te deja bien satisfecho.
La novela cometía fallos garrafales respecto a traducciones y funcionamiento de la antimateria. Aquí, en la película, eso está más cuidado. Se le da más importancia al ritmo de la historia antes que a sus delirios de grandeza y eso es precisamente lo que la salva de la quema. Grandes cagadas de la novela como la descripción calentorra de la científica, la cantidad de antimateria robada o como el super giro final está organizado (por no mencionar esa bochornosa e imposible escena en la novela que implica el salto de Robert Lagdon a un río, aquí cambiada por una bella secuencia que logra emocionar) son aquí cambiadas y arregladas. Y no hay mayor placer que ver cómo se puede mejorar un trabajo y hasta dignificarlo con alta nota.
La película se nota que la dirige alguien que sabe: los actores (más o menos con pinceladas, pero bien distribuidos en el escenario), la ambientación (genial reconstrucción), la fotografía, el tiempo narrativo (algo con lo que tropezaba en la tibia "El código Da Vinci" y que aquí demuestra que tiene la lección aprendida).
Una digna cinta de entretenimiento que merece una oportunidad. Si habéis leído la novela, no os defraudará pese a los cambios. Si no la habéis leído (y pensáis como yo): mejor.

Tal y como dije en mi crítica a su predecesora, la historia no hubiese necesitado continuación si fuese por mí. No obstante, Nolan volvió y le otorgó una despedida de calidad a su caballero oscuro. Un final cerrado y ejemplar, pese a que no llega ni por asomo a la maestría, ni al impacto de su predecesora.

Es imperfecta a nivel de guión y de ritmo. Mientras que la mayoría de personajes se muestran cuidados, el guión los va sacrificando un poco conforme la trama avanza y hay un giro final (muy discutido) que puede llegar a defraudar bastante, pues no es que no sorprenda, sino que ha jugado unas cartas que a nosotros quizás no nos interesaba que jugara (o que incluyese a personajes de relleno a los cuales nos te da tiempo pillarles afecto debido a su nulo desarrollo). El ritmo también es discutible. La película nunca aburre. Logra ser mínimamente tensa hasta en sus momentos tranquilos. No obstante, tarda en arrancar y se hace larga y cargada en algunos momentos. Da bastantes vueltas y revueltas, intentando engrandecer a una historia muy simple.

Eso sí, todo ello no impide que haya un factor que catalice nuestro interés y atención (aparte del esperado y ansiado final). Y ese factor es el de la emoción. La emoción (que no épica) está impregnada en cada escena, en cada plano y en cada diálogo. Es el as en la manga de esta tercera entrega. Lograr clavarte en la butaca una vez más aunque las escenas de acción sean más generales y blandas que la anterior (aunque mejores que Begins, sin dudas), y pese a que su villano no sea tan atractivo (su giro, mucho menos).

Aún con todos sus errores variados, la película logra engancharte en su telaraña y te hace esbozar una media sonrisa al acabar y completar el viaje de su protagonista (un final, eso sí, redondo y satisfactorio). Queda en un punto intermedio (algo bajo) entre las dos anteriores, y es una tercera entrega que se toma en serio a sí misma y que brilla con más luz que otras tantas terceras partes.

Buena película y buen final. Adiós, Caballero.

Hasta ahora mi preferida del director era "Casino", pero esta la sobrepasa. Es todo un torrente de diversión y salvajada cinematográfica, pero con un algo irresistible y eje conductor de nuestro amor hacia ella. Ese algo es Leonardo DiCaprio. En su mejor colaboración con el director (sin discusión), DiCaprio nos da una lección maestra de interpretación de manera brillante y colosal. Él es la historia y la película. Sin un gran actor, el resultado hubiese sido distinto. Por ello este genial y maestro actor de la generación actual merece todo el reconocimiento y todos los premios del mundo (por pura justicia a la industria y al espectador) por su insuperable y desbordante interpretación de Jordan Belfort.
La historia, la biografía es una locura. Repleta de sexo, desnudos, lenguaje soez, fiestas, drogas y dinero. Sinónimos de codicia y corrupción. No va más allá. Nos presenta los hechos que le marcaron, dejando al espectador marcado en forma de humor escatológico y brillante (tiene escenas para el recuerdo a lo largo de sus amenas tres horas).
Pero pese a no tener tampoco una historia revolucionaria, "El Lobo..." se las arregla con lo que tiene y gracias a sus afiches logra ser toda una obra maestra del entretenimiento y diversión y mi película preferida de Scorsese. Puede que sea la mejor película de DiCaprio (ha hecho tantos peliculones que nos los pone difícil entre Origen, Diamante de sangre, Shutter Island, Django desencadenado, Infiltrados, Revolutionary Road, etc.), pero sin dudas ésta es su mejor interpretación. Es la cima de su carrera. Toca recompensarle.