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7
6 de noviembre de 2014
6 de noviembre de 2014
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda entrega de la saga Perros Callejeros de José Antonio de la Loma. La primera película fue el inicio de una de las más polémica e irreverentes corrientes de la historia del cine español, el cine quinqui, un retrato de la sociedad de aquellos años, centrado en los jóvenes delincuentes que inundaban los barrios bajos de las grandes ciudades en la época de la transición. Con una mezcla de crítica hacia el sistema, persecuciones, delincuencia y drogas, el cine quinqui se manifiesta como una corriente artística muy interesante, retratando una serie de personajes que hasta el momento habían sido vistos con malos ojos, y llegando en muchos casos no solo a mostrarles como los buenos, sino, incluso, glorificándolos.
Esta película en concentro, pese a no ser, ni de lejos, la mejor del género (ahí estarían El Pico 1, Perros Callejeros 1 y El Lute: Camina o Revienta), me parece que tiene un elemento muy interesante que merece ser comentado, el tema del cine dentro del cine:
El final de la primera entrega era un final cerrado, El Torete caía por un barranco con el coche, explotando este y dando claros indicios de que el chaval moría, un final crudo pero adecuado para el mensaje de denuncia social que quería transmitir la película. Visto el éxito en la taquilla del film, los guionistas no podían dejar que muriera un carismático personaje al que se le podía sacar tanto partido, así que tuvieron que pensar el modo de "resucitarlo", y se les ocurrió una solución bastante original. Por lo visto, todo lo ocurrido en la primera película era eso, una película. En la vida real, la película la hizo el Torete porque el Vaquilla no estaba disponible por problemas con la ley, pues bien, en la película es igual, El Torete no era El Torete, sino un chaval llamado Ángel a.k.a. El Trompeta, retratando la vida de su amigo el Vaca. Una idea muy original, que le da una vuelta de tuerca al concepto de delincuentes interpretándose a sí mismos que impera en este tipo de cine, con el propio delincuente interpretando en una película a un delincuente que interpreta a un delincuente en una película, como forma de romper definitivamente la distinción entre persona y personaje, haciéndolos uno solo y dando al relato una mayor sensación de realismo.
El resto de la película transcurre por los cauces propios del género: persecuciones a lomos de coches robados, la guardia civil y la policía siempre molestando a los protagonistas, la rebeldía de estos jóvenes que tenían que buscarse la vida robando, banda sonora de flamenco (en este caso con temas de Los Chunguitos, de bastante calidad por cierto), etc. No aporta nada nuevo al género, pero está muy bien realizada, las persecuciones son una gozada, el protagonista se gana nuestra simpatías y, en general, es bastante entretenida.
Destacar también el final, bastante violento, con una secuencia muy dura, pero necesaria, en la que el director intenta retratar la idea de que las personas tienen un límite de lo que están dispuestas a aguantar, y que cuando ese límite se sobrepasa ciertos individuos pueden llegar a cometer actos terribles, y en este caso es culpa del propio sistema policial y judicial que ese límite se haya sobrepasado....
Esta película en concentro, pese a no ser, ni de lejos, la mejor del género (ahí estarían El Pico 1, Perros Callejeros 1 y El Lute: Camina o Revienta), me parece que tiene un elemento muy interesante que merece ser comentado, el tema del cine dentro del cine:
El final de la primera entrega era un final cerrado, El Torete caía por un barranco con el coche, explotando este y dando claros indicios de que el chaval moría, un final crudo pero adecuado para el mensaje de denuncia social que quería transmitir la película. Visto el éxito en la taquilla del film, los guionistas no podían dejar que muriera un carismático personaje al que se le podía sacar tanto partido, así que tuvieron que pensar el modo de "resucitarlo", y se les ocurrió una solución bastante original. Por lo visto, todo lo ocurrido en la primera película era eso, una película. En la vida real, la película la hizo el Torete porque el Vaquilla no estaba disponible por problemas con la ley, pues bien, en la película es igual, El Torete no era El Torete, sino un chaval llamado Ángel a.k.a. El Trompeta, retratando la vida de su amigo el Vaca. Una idea muy original, que le da una vuelta de tuerca al concepto de delincuentes interpretándose a sí mismos que impera en este tipo de cine, con el propio delincuente interpretando en una película a un delincuente que interpreta a un delincuente en una película, como forma de romper definitivamente la distinción entre persona y personaje, haciéndolos uno solo y dando al relato una mayor sensación de realismo.
El resto de la película transcurre por los cauces propios del género: persecuciones a lomos de coches robados, la guardia civil y la policía siempre molestando a los protagonistas, la rebeldía de estos jóvenes que tenían que buscarse la vida robando, banda sonora de flamenco (en este caso con temas de Los Chunguitos, de bastante calidad por cierto), etc. No aporta nada nuevo al género, pero está muy bien realizada, las persecuciones son una gozada, el protagonista se gana nuestra simpatías y, en general, es bastante entretenida.
Destacar también el final, bastante violento, con una secuencia muy dura, pero necesaria, en la que el director intenta retratar la idea de que las personas tienen un límite de lo que están dispuestas a aguantar, y que cuando ese límite se sobrepasa ciertos individuos pueden llegar a cometer actos terribles, y en este caso es culpa del propio sistema policial y judicial que ese límite se haya sobrepasado....

6.6
28,317
6
24 de agosto de 2018
24 de agosto de 2018
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ofuscada por su propia desolación, la llamada a si misma Lady Bird se afana por encontrar un lugar en el mundo, lejos del mundanal ruido, planea y sueña todo el tiempo con abandonar su Sacramento natal para trasladarse a un lugar más cosmopolita, a Nueva York, o a San Francisco.
Jone Gabarain, en la canción La Ventana, de Aventuras de Kirlian, canta con voz lastimosa en un momento dado "tan lejos de donde quisiera estar" y resume con seis palabras ese anhelo tan común y tan profundo a todos nosotros como es el de estar en otro lugar, viviendo otra vida, siendo otra persona. Un anhelo que sentimos especialmente cuando la lluvia cae ahí fuera y observamos como las acuáticas gotas se deslizan a distintas velocidades por el impoluto cristal de nuestras ventanas hacia una desaparición segura.
Pero, ay! uno debe aceptar las cosas como son. Nuestra joven debe entender que el viaje que necesita realizar debe darse en su interior, y a partir de ahí lograra la tan ansiada libertad y espiritualidad que persigue, siendo, como Keith Richards, feliz en cualquier lugar.
Jone Gabarain, en la canción La Ventana, de Aventuras de Kirlian, canta con voz lastimosa en un momento dado "tan lejos de donde quisiera estar" y resume con seis palabras ese anhelo tan común y tan profundo a todos nosotros como es el de estar en otro lugar, viviendo otra vida, siendo otra persona. Un anhelo que sentimos especialmente cuando la lluvia cae ahí fuera y observamos como las acuáticas gotas se deslizan a distintas velocidades por el impoluto cristal de nuestras ventanas hacia una desaparición segura.
Pero, ay! uno debe aceptar las cosas como son. Nuestra joven debe entender que el viaje que necesita realizar debe darse en su interior, y a partir de ahí lograra la tan ansiada libertad y espiritualidad que persigue, siendo, como Keith Richards, feliz en cualquier lugar.

7.1
1,780
9
24 de septiembre de 2015
24 de septiembre de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá resulte incompresible para algunos, pero el cine no es contar una historia, el cine es colocar una cámara y grabar una determinada realidad. El cine es realidad, realidades que no son la nuestra, y ahí radica lo fundamental, introducirnos por unos minutos en otras vidas. Robert Altman siempre ha sabido esto y siempre ha apostado por llevar al extremo estas ideas, en vez de centrarse en la realidad de un personaje, construye mosaicos de múltiples identidades para componer la realidad de un determinado lugar en un determinado momento, y a la vez ver como cada simple peón vive su propia realidad dentro de una realidad mas grande.
Nashville es eso, Nashville, la vida en esa pequeña ciudad un día cualquiera, múltiples personajes se mueven de un lado a otro, se cruzan entre ellos, viven la vida, su vida, una vida en la que participan los otros pero que es solo suya. La vida, representada como un gran teatro, eso es, las personas pasan delante de nuestros ojos y se van, cada uno a lo suyo, pero estamos todos en lo mismo, pero es distinto, uno nunca puede escapar de su propia percepción, nunca puede sumergirse de lleno en la vida de los demás, no sabemos como han llegado pero están aquí, igual que nosotros.
En definitiva, Altman aporta algo de luz sobre la oscuridad que supone la vida, estas historias cruzadas son pura realidad, la mayoría de personajes están rotos, viven esta insoportable levedad pues no hay alternativa, están muy metidos en su vida como para cambiarla, y eso que todos se mueven y mueven intentando encontrar algo, esperando un cambio o que se yo, pero Altman no hace concesiones, su empeño por filmar la realidad es serio, y por eso nos encontramos ante personajes tan poco atrayentes, la mayoría no tienen nada y no lo tendrán nunca, o si, no se sabe...
Nashville es eso, Nashville, la vida en esa pequeña ciudad un día cualquiera, múltiples personajes se mueven de un lado a otro, se cruzan entre ellos, viven la vida, su vida, una vida en la que participan los otros pero que es solo suya. La vida, representada como un gran teatro, eso es, las personas pasan delante de nuestros ojos y se van, cada uno a lo suyo, pero estamos todos en lo mismo, pero es distinto, uno nunca puede escapar de su propia percepción, nunca puede sumergirse de lleno en la vida de los demás, no sabemos como han llegado pero están aquí, igual que nosotros.
En definitiva, Altman aporta algo de luz sobre la oscuridad que supone la vida, estas historias cruzadas son pura realidad, la mayoría de personajes están rotos, viven esta insoportable levedad pues no hay alternativa, están muy metidos en su vida como para cambiarla, y eso que todos se mueven y mueven intentando encontrar algo, esperando un cambio o que se yo, pero Altman no hace concesiones, su empeño por filmar la realidad es serio, y por eso nos encontramos ante personajes tan poco atrayentes, la mayoría no tienen nada y no lo tendrán nunca, o si, no se sabe...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A pesar del dramatismo de la cinta y del mal final que encaran la mayoría de personajes, queda algo de esperanza, con el personaje de Barbara Harris, quizá la única que consigue sacar algo de todo esto, y todo por un hecho dramático, ese disparo del enfermo contra la bella cantante, esos fatídicos instantes que perduran en el tiempo, y allí estaba la buena de Barbara, y en eso se basa la vida, estar en el momento adecuado en el lugar adecuado, y allí estaba ella, dispuesta a cantar y a convertirse en una estrella. Esta canción final es mi preferida, representa ese sentimiento de dulce desapego por la vida que vivimos, un canto a la vacuidad de la vida, ¿Que importan nuestros problemas si la final seremos polvo? Ahí queda todo
https://www.youtube.com/watch?v=lz5nArs3l00
https://www.youtube.com/watch?v=lz5nArs3l00

4.9
2,346
7
7 de mayo de 2018
7 de mayo de 2018
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta tercera entrega es la más barroca y descarnada de la genial saga. El infatigable justiciero opera aquí en un barrio marginal de aspecto prácticamente apocalíptico, un lugar en ruinas, donde los preceptos de una vida sana en sociedad llevan tiempo olvidados. Un barrio al que las fuerzas policiales han dado la espalda y donde impera la ley de las bandas organizadas, con lo que los robos, los asesinatos y las violaciones son el pan de cada día. Un escenario de este calibre resulta pues idóneo para nuestro amigo, acostumbrado a vivir entre cuchillos y pistolas, siendo ya su única razón de existir el dar muerte. Una guerra se libra en las calles y en los bloques, y todo lo demás le importa bastante poco a nuestro protagonista, incluso el amor.
Bronson se enfrenta al barrio, Bronson vence al barrio.
Bronson se enfrenta al barrio, Bronson vence al barrio.

7.4
5,014
10
31 de julio de 2018
31 de julio de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nacidos en una sociedad en las que reinan la taquicardia, el nerviosismo y el pánico, nosotros, las almas sensibles y cándidas, aquellos que somos demasiado damos a la contemplación, al sosiego y a la introversion, nos vemos abocados, en mayor o menor medida, a sufrir una soledad áurea durante todo el transcurso de nuestras existencias. Esta soledad de las almas henchidas de luz es una especie de marco, de barrera, que instaura una separación entre nosotros y el resto, aquellos más dados al desenfreno y a la sinrazón, presos de sus impulsos carnales y de la actividad frenética, ignorantes de la belleza y los pulsos vitales que unen los acontecimientos.
Al llegar a cierta edad, uno se hace conscience de esta separación, y, en consecuencia, su alma caerá a los abismos más oscuros, a los hervideros de fuego y llamas donde se esconde el oro divino. Salir o no de este pozo de soledad es una cuestión espinosa, y no todos lo consiguen.
En mi opinion, esta pelicula representa algo así como una alegoría de este descenso y ascenso, de esta carrera de fondo en pos del conocimiento universal, de las llaves mágicas ancestrales del templo de las deidades.
Al llegar a cierta edad, uno se hace conscience de esta separación, y, en consecuencia, su alma caerá a los abismos más oscuros, a los hervideros de fuego y llamas donde se esconde el oro divino. Salir o no de este pozo de soledad es una cuestión espinosa, y no todos lo consiguen.
En mi opinion, esta pelicula representa algo así como una alegoría de este descenso y ascenso, de esta carrera de fondo en pos del conocimiento universal, de las llaves mágicas ancestrales del templo de las deidades.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Delphine, al ser confrontada por la amarga soledad después de ser abandona por sus amigos y conocidos a su suerte en vacaciones, decide hacer algo por si misma, comprobando una y otra vez que las puertas del trato humano se encuentran fuertemente cerradas frente a ella.
La atractiva joven no puede estar sola, pero tampoco puede estar con los demás, y cuando llega finalmente a esta realización, es cuando consigue elevarse con sus alas blancas por encima del asco y la repulsion, para beber de las aguas que manan de las nubes. En la estación de trenes se produce la catarsis, cuando decide hablar y escapar con el chico desconocido, apostándolo todo a un simbólico rayo de esperanza verde. Un rayo que, cuando llega, cierra con un broche de oro su tortuoso camino al reinado personal, donde finalmente consigue liberarse del entumecimiento que atenaza su interior, rompiendo su cascaron, su crisálida, para disfrutar al fin de los atardeceres, de los límpidos cielos azules y de las campanas de azur que restallan por toda la eternidad en este paraíso que es el tierra para nosotros, los que tenemos ese extraño brillo en los ojos.
La atractiva joven no puede estar sola, pero tampoco puede estar con los demás, y cuando llega finalmente a esta realización, es cuando consigue elevarse con sus alas blancas por encima del asco y la repulsion, para beber de las aguas que manan de las nubes. En la estación de trenes se produce la catarsis, cuando decide hablar y escapar con el chico desconocido, apostándolo todo a un simbólico rayo de esperanza verde. Un rayo que, cuando llega, cierra con un broche de oro su tortuoso camino al reinado personal, donde finalmente consigue liberarse del entumecimiento que atenaza su interior, rompiendo su cascaron, su crisálida, para disfrutar al fin de los atardeceres, de los límpidos cielos azules y de las campanas de azur que restallan por toda la eternidad en este paraíso que es el tierra para nosotros, los que tenemos ese extraño brillo en los ojos.
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