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Críticas 40
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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7 de diciembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un terrible episodio le ocurrió en 1944 durante el apogeo de la Segunda Guerra Mundial-, al escritor inglés Anthony Burgess y a su esposa embarazada quienes fueron asaltados en Londres por cuatro soldados norteamericanos. A consecuencia de la paliza, su esposa sufrió un aborto. En 1962, a partir de esta devastadora experiencia el autor la utilizó como inspiración para su novela más famosa: “A Clockwork Orange”, “La Naranja Mecánica”.

Vale la pena detenerse y preguntarse ¿Es el ser humano una especie violenta por naturaleza?, o, por el contrario: ¿Es ésta sociedad violenta con los individuos que la forman? Es el cuestionamiento que nos hace Stanley Kubrick a través de una de sus obras más polémicas y por lo demás una de las más recordadas de su breve pero perfecta filmografía.

Lucha individual y colectiva

Malcolm McDowell, protagonista del filme señaló en una entrevista que A Clockwork Orange se podría traducir como “la capacidad de elegir del hombre”. El actor que personifica a uno de los personajes más carismáticos del cine, en este caso Alex; nos habla del libre albedrío en una sociedad donde cada uno de nuestros actos trae consecuencias. Alex junto a sus amigos (drugos), consumen habitualmente drogas y actúan sistemáticamente de manera ultraviolenta: ejecutan robos, palizas, abusos, violaciones, humillaciones de aquellos más débiles, y constantes peleas con otros grupos de adolescentes. De este modo, la tesis acerca de la innata crueldad del ser humano aparece en su más cruda expresión: Se trata simplemente de una “opción” más a escoger para el esparcimiento; una opción “válida” según los cánones aprehendidos del entorno agresivo, segregador, hiperindividualista y desestructurado en el que viven los protagonistas, donde las preocupaciones básicas (vivienda, trabajo, dinero) priman sobre una familia y una educación decadentes o inexistentes, incapaz de atajar los instintos agresivos en sus primeras manifestaciones.

En este sentido, “La naranja mecánica” trata principalmente de la libertad del individuo contrapuesta al bien del colectivo, y se plantea hasta qué punto es legítimo que el colectivo, a través de sus representantes (¿o son los representantes los que deciden en última instancia por el colectivo?), destruya al individuo en función del interés general.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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La vida imitó al arte

¿Cuál fue el impacto social de la película en la época de su estreno? Según el valiosísimo documental acerca de la obra del director de El resplandor (1980) llamado “Stanley Kubrick: Una vida en imágenes”, los efectos y consecuencias de la exhibición de la película no se dejaron esperar. En Gran Bretaña comenzaron a ocurrir una seguidilla de delitos y crímenes realizados por jóvenes absolutamente inspirados en el filme. La prensa policial de la época tituló: Ataque tipo naranja mecánica, Los violadores cantaron la canción del filme, “Una banda tipo naranja mecánica mató a mi mujer” entre otros. Se acuso entonces al filme de inspirar crímenes brutales cometidos por jóvenes. Kubrick fue acusado directamente de asesinato y caos y fue posteriormente amenazado de muerte. Como consecuencia el director de "Nacido para matar" (1987) prohibió que la cinta fuera estrenada en Inglaterra, donde hasta 1999 estuvo clasificada en la categoría X, la misma categoría que tuvo en EE.UU. hasta 1972, donde posteriormente se eliminaron algunas escenas. Las violentas imágenes de la película de Kubrick motivan que hasta hoy esté prohibida en Corea del Sur y Singapur. También estuvo prohibida en Irlanda hasta 1999, y ahora se exhibe censurada. Se estrenó con escenas censuradas en Australia, Argentina, Chile, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, México, Holanda, Noruega, Suecia y Japón.

Para finalizar sin palabras la dirección del maestro Kubrick, que con toda justificación durante toda su carrera fue catalogado como un director misterioso, solitario, meticulosos obsesivo, perfeccionista hermético, aturdido exigente, leyenda, con perverso sentido del humor. Todos estos calificativos, acompañados con el viejo Ludwig Van Beethoven y Rossini se traducen en tres palabras: LA NARANJA MECANICA.
7 de septiembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En lo personal una de las experiencias cinematográficas más impresionantes de mi vida, lo cual fue mí iniciación en el cine, ¡Vaya que inicio! Algo que jamás olvidaré, porque tenía tan sólo siete años. No recuerdo bien, pero aunque pude ver otras películas, fue STAR WARS la que maravilló mis ojos por primera vez en la sala oscura.

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS en su excelente versión en español, la recuerdo más que un fenómeno comercial, un momento existencial lleno de simbolismos y recuerdos. Si hasta los carteles de promoción fuera del cinema eran en español. Hasta hoy agradezco a mí padre, haberme llevado a vivir esta experiencia. Él no era de llevarte a jugar fútbol, ni ir al estadio o elevar volantines y esas cosas. El sólo me llevaba al cine a ver películas, lo cual me encantaba.

Recuerdo que era la película que todos los niños comentaban y jugaban a personificar a sus inolvidables personajes. Incluso para la pascua la mayoría pedían espadas láser y máscaras. Fue la “era” de STAR WARS y hasta hoy existen muchos fanáticos de la hazaña iniciada por George Lucas el año 1977.
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Encuentro con el lado oscuro

Una de las imágenes que más me impresionó del film, fue sin lugar a dudas la entrada de Darth Vader. Era impresionante su presencia, su vestimenta, su voz, (bien en español, mejor en inglés) que manera Lucas de presentar un personaje tan siniestro y carismático al mismo tiempo. Con aquella partitura The Imperial March, del maestro John Williams que anunciaba la entrada del padre de Luke Skywalker, que alguna vez fue bueno, pero que ahora estaba del lado oscuro de la fuerza. Como curiosidad, en mi país algunos comparaban la imagen de DARTH VADER con la de Augusto Pinochet, (ex dictador de Chile) por la capa y el casco tipo soldado alemán. Además su imagen representaba el lado más oscuro y triste vivido por Chile a partir del año 1973.

La fuerza = FE

En aquel tiempo no comprendía el significado de “la fuerza”, concepto recurrente en toda la saga. Con los años pude comprender el simbolismo de aquella energía mística que movía a los caballeros Jedi y les daba su poder. Esta energía que mueve a todos los seres vivos en la tierra y el universo, es la certeza, confianza, seguridad, esperanza, convicción en lo que no se espera. Y como bien lo aclarara George Lucas, (en una entrevista) su película no es religiosa, sino apunta a una filosofía de vida para afrontar los obstáculos y ver como resolverlos. Es la FE que se pone en las cosas que se quieren y la actitud para lograrlas.

Episodio IV: UNA NUEVA ESPERZANZA ciencia ficción y entretención asegurada. Una película que todo niño y adulto debería ver en su vida. Una experiencia en lo personal maravillosa y existencial. Más adelante seguirán las aventuras de sus inconfundibles personajes, pero al mismo tiempo comienza el drama de Luke Skywalker, en la mejor parte de la saga el Episodio V: EL IMPERIO CONTRAATACA, imperdible y necesaria.
30 de agosto de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cámara con planos de fotografías de prensa de los tiempos de gloria de Randy “The Ram” Robison, con la contagiosa música de fondo de Metal Heath de Quiet Riot; pasa paulatinamente a un travelling hacia el abismo de nuestro antihéroe encarnado por un envejecido Mickey Rourke. Un papel que sólo era para él, recordando que años atrás el actor dejara definitivamente su carrera en el cine, para dedicarla por completo al boxeo. Rourke casi rechaza el papel, por el simple hecho que lo representaba plenamente, reflejaba su estado anímico y su propia decadencia como actor. De todas formas acepto el desafío y por cierto el premio oscar le fue esquivo. Como siempre la academia se equivoca una vez más, la verdad es que hace tiempo que ya no es un precedente para apreciar la real calidad del cine y lo que el público prefiere. Lo de este año fue una vergüenza, (8 oscar para Slumdog Millionaire) la entrega de premios fue más arreglada que mesa de cumpleaños, sin comentarios.

No tiene necesidad de presentación

De lleno en el film, nos encontramos con el material más honesto y real de Darren Aronofsky. La cámara a ras de suelo, nos comienza a relatar la decadencia en que se encuentra el protagonista. Ya han pasado 20 años de la época dorada de la lucha libre en EE.UU, donde el “El Carnero” era uno de sus mayores ídolos y representaba el sueño americano de aquellos años de glamour. Ahora las viejas glorias terminaron para “Randy” y sólo le quedan algunas peleas de exhibición, tan mal pagadas que ni siquiera le alcanzan para pagar el arriendo de su hogar. Sin embargo “El Carnero” aún es reconocido y respetado por sus pares y por algunos seguidores que aún lo apoyan y le piden algunos autógrafos. En este sentido Aronofsky no sólo nos muestra el miedo a envejecer (o a retirarse o jubilar) sino que describe con precisión un submundo de compañerismo masculino —el de Randy— que queda capturado insisto con total honestidad y sin ningún tipo de condescendencia. La mayoría son veteranos de la lucha libre, pero siguen realizan dignamente lo que más saben hacer y de premio reciben el aplauso y el respeto de sus fieles seguidores los cuales para muchos son su única familia.
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Los planos en steadycam, que durante gran parte de film siguen a “Randy”, nos muestra su mundo y donde incluso podemos escuchar sus problemas para respirar, lo que es un grito de alerta para su vida, pero para “El Carnero” las cosas están claras; su vida y su pasión es la lucha y nada más importa. La escena de la catarsis y explosión de “Randy” en el supermercado es de antología, es un momento descarnado, pero limpio y cristalino. Hace tiempo que no apreciaba una escena tan honesta y significativa en la pantalla grande acostumbrada sólo a mostrar artificios. La secuencia simboliza lo que les puede ocurrir a muchas personas que no se sienten bien con sus miserables vidas y simplemente desean gritarlo al mundo, por el simple hecho que se encuentran en el sitio equivocado y no aman lo que hacen.

El Rock y “Randy”

La banda sonora elegida para el film, es una selección de lo mejor de la escena Rock de los ochenta. Le venían como anillo al dedo a “Randy” rememorando lo mejor que había vivido durante sus años dorados. Por ejemplo el melancólico tema de Cinderella “Dont now what you got” (no sabes lo que tienes hasta que los pierdes) desnuda completamente al personaje, ahora un luchador de lucha libre en decadencia y no sólo en el plano profesional, sino también en lo personal. Nos indica que por diferentes razones Robison fue perdiendo todo aquello que amaba y que en su oportunidad no valoró. Ahora se encuentra en la más oscura soledad dentro de su camioneta, escuchando viejos temas que le parten el corazón. Durante su vida “El Carnero” no sólo ha recibido golpes dentro del ring, sino que también fuera de él. Golpes que según afirma le han lastimado mucho más que dentro del cuadrilátero de la gloria. Cassidy o Pam la streaper (Marisa Tomei) se convierte en su confidente y única amiga. Un interesante personaje tan parecido a él en su decadencia y que vive su propio infierno interior, cuando ya no se es tan joven, y su belleza no alcanza para seducir a sus clientes como antaño.

“El luchador” no se trata tan sólo sobre la decadencia de un personaje otrora ídolo de la lucha libre. “Randy Ram” perdió todo lo que amaba, su esposa, su hija y su juventud. Ahora según confiesa no es más que un trozo de carne en exhibición, como los gladiadores en el circo romano. Los golpes, la sangre y las cicatrices, le han pasado la cuenta. Sin embargo, lo único que posee y que nadie le puede quitar es su dignidad. Ahora sólo queda la entrada a la gloria, con el tema de Guns Roses, Sweet child of mine (dulce niña mía) de fondo, además de su fiel público y el último salto al vació de nuestro nuevo héroe, notable.
30 de julio de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que borren de sus cabezas este comentario, una advertencia. No intenten romperse el cerebro, tratando de encontrar algún significado a la obra prima de David Lynch. Sólo dejen que su subconsciente haga todo el trabajo. Como sugerencia, hagan el ejercicio de volverla a ver y su criterio cambiará.

Es indudable, que no es una cinta fácil de digerir. La obra de Lynch, muchas veces incomprendida, nos los dejará indiferentes, eso se los garantizo. Es cierto, estamos en presencia de una de las pesadillas más bizarras de su filmografía. Pero quédense tranquilos amigos, es la pesadilla de su autor, donde quedan reflejados sus propios demonios internos. Son extrañas imágenes y planos aparentemente sin sentido, con que el director norteamericano ya nos tiene acostumbrados, pero que al mismo tiempo nos fascinan. En ese ejercicio, tenemos dos alternativas borrarlas definitivamente de nuestras mentes o usar nuestro cerebro y descubrir su mensaje. Lo más cómodo es decir: No entendí nada.

No espero caer en la trampa de muchos Lynchmaniacos de sobrevalorar, éste primer hijo mutante del director de “EL HOMBRE ELEFANTE”. Sin embargo, CABEZA BORRADORA, es como un libro abierto, al cual le podemos dar muchas interpretaciones dependiendo de nuestro estado de ánimo. Lo anterior, es un ejercicio válido al momento de apreciar ésta obra del séptimo arte. No pasa lo mismo cuando apreciamos una pintura, una escultura o escuchamos alguna melodía especial. ¿No los transporta a mundos donde no estamos acostumbrados a visitar? Efectivamente el cine cumple esa función, y sólo hay que dejarse llevar.
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Borrar y borrar

Es la pesadilla en vida de Henry Spencer (Jack Nance). Un hombre al borde de la psicosis, por sus miedos, inseguridades y su indiferencia a todo tipo de fenómenos que no pretende, ni quiere explicar. En una sociedad industrializada, con zumbidos enloquecedores, donde fácilmente cualquiera puede perder la razón. A esto le sumamos el matrimonio. ¡No! Pasemos la goma de borrar, entonces. ¿Compromiso e hijos? Por supuesto que no. Borrémoslos, porque Henry no está preparado aún y la sola idea le aterroriza. Es la paternidad rechazada, la incapacidad de asumir la realidad y responsabilidades interpuestas. El cabeza borradora de Henry, ya no quiere eso para su vida. En cuanto a su vecina, ella podría ser la catarsis para su aburrida existencia.

El bebé con características de “Alien, el octavo pasajero”, significa todos aquellos miedos que el protagonista no quiere afrontar. La deformidad de la realidad lo acecha, en una ciudad industrial que no da tregua a la modernidad y al vacío. Los insoportables lamentos de su terrorífico primogénito, y todo lo que no quiere ser, le destruirán y lo convertirán en un lápiz con goma de borrar. Como ave fénix, el antihéroe renace de sus cenizas, y se deja llevar por su instinto animal, donde comete adulterio con su vecina y luego despedaza el cuerpo de su indefenso hijo.

Es la pura deformación de la realidad, con aquellas surrealistas imágenes estáticas en blanco y negro; casi sin banda sonora, que nos entrega como debut el autor de CARRETERA PERDIDA. Es un comienzo que muchos directores, ya hubiesen querido para sus carreras. Con decirles que hasta el desparecido Stanley Kubrick, le pareció en su momento una obra fascinante, y la tenía como una de sus películas favoritas. Buena e interesante iniciación de Lynch. Un filme digno de analizar con mayor esmero.
20 de julio de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La descarnada e inútil guerra de Vietnam, donde una vez más las cúpulas del país del tío Sam metieron sus narices. Esta vez, les salió el tiro por la culata y les patearon fuertemente el trasero. En cuanto al mérito de “Platoon” (1986), es que nos encontramos con una obra contada por alguien que estuvo in situ (en el sitio) y que vivió en carne propia las atrocidades realizadas por ambos mandos en la jungla de Vietnam. Se trata de su propio director, Oliver Stone, quien estuvo en el conflicto y utiliza la película para relatar su experiencia como soldado. Es el reality de Stone. Quien mejor que él, protagonista del conflicto; para contarnos lo que pudo haber pasado en ésta horrorosa guerra, donde se cree murieron entre 2 y 5,7 millones de personas, la mayoría civiles.

Su autor muestra en forma honesta, su particular visión del conflicto y lo que vivió en la jungla asiática. Creo que en ese sentido, consigue su objetivo a cabalidad. No hay ninguna escena que se pueda calificar de falsa o poco creíble. Stone muestra a través de sus personajes el miedo que atormentaba a los soldados, sus rabias, agotamiento, desesperación y sus guerras internas. También muestra la baja moral que experimentan los soldados y sus excesos, donde todo parece valer en el campo de batalla. La catarsis que sienten los soldados al drogarse, es el único camino válido para evadir la cruda realidad que los acecha cada día. (Ojo con aquella bella escena del “inframundo”, donde sentirse bien ya es bueno. Está muy bien lograda)
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Barnes v/s Elías

En una ocasión un periodista le preguntó a Francis Ford Coppola, cual fue la clave del éxito de “El padrino” y él le contestó que parte de ello se debió a que supo elegir. En este caso Stone, también supo elegir. En primer lugar una historia contada de primera fuente, lo que resulta verosímil para el público. Un elenco de lujo, partiendo por un Tom Berenger y Willem Defoe, (ambos nominados al Oscar) los cuales estuvieron soberbios. El primero (Barnes) cree en lo que hace. El segundo, ya no cree en nada. En este proceso, se puede sentir la rivalidad de ambos, su desconfianza, sus luchas internas y sus demonios. Estamos claros que en este "Reality", seguro están nominados por convivencia. Ambos librarán una intensa batalla personal, que terminará por menoscabar los valores de Chris Taylor (Charlie Sheen), confundiendo su realidad e insensibilizándole. Como le confiesa Elías a Taylor. “Vamos a perder esta guerra…ya hemos pateado muchos traseros, es hora que pateen el nuestro”, lo cual deja desconcertado al joven soldado.

Estamos de acuerdo que “Platoon” no es la mejor película sobre Vietnam. Aunque hay que aclarar que sus diferentes versiones tratan temas disímiles. En el caso de “Apocalipsis Ahora” (1976), trata sobre el horror y la locura. “The Deer Hunter” (1978), sobre las consecuencias post guerra. En “Full Metal Jacket” (1987), trata sobre la semilla del odio sembrada en los soldados, siendo esta última una cinta antimilitar por excelencia, por cierto una de las mejores versiones del conflicto. Por su parte “Platoon”, gracias a la experiencia vivida por su autor, tiene la ventaja de ser la versión fidedigna del conflicto, con toda su crudeza, lo que la hace más histórica. En ese sentido la conmovedora música de Samuel Barber y su adagio para cuerda, acompaña perfectamente sus desgarradoras escenas, como lo hiciera también seis años antes, en aquel primer plano de John Merrick en el final de “El hombre Elefante” (1980) de David Lynch.
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