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Críticas ordenadas por utilidad
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8.1
3,674
9
4 de septiembre de 2012
4 de septiembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillante reflexión sobre nuestra sociedad, de una vigencia pasmosa casi un siglo después. De hecho, fuera de USA es seguramente más actual ahora que entonces. Norteamérica está muy presente, desde el 4 de Julio hasta el American Dream, pero, hoy día, el resto de la película nos puede retratar a cualquiera, con nuestras aspiraciones de cambiar el mundo que acaban teniendo más que suficiente con lograr llevar la vida de un hombre normal que pague sus facturas si puede. Sólo el retrato de la esposa puede parecer obsoleto.
Los momentos técnicamente más sorprendentes son los iniciales; la llegada de Sims a NY va seguida de unas imágenes que transmiten una sensación de tumulto (de "crowd") que no se han vuelto a ver, y que, desde luego, no se van a superar con infectos CGI. Y de ahí a la amenazante presentación del edificio en contrapicado y a la asfixiante vida de hombre normal del protagonista entre un océano de contables.
A partir de ahí, la lucha del hombre por nadar en una corriente deshumanizada que no se puede detener ni para compadecerse de sus desgracias más terribles, dejando en el camino al que no sea capaz de seguirla. De nuevo, esta idea cuenta con escenas difícilmente igualables, en el trabajo del protagonista, con su familia o en plena calle.
Una de las mejores muestras de que el cine mudo no necesita miradas compasivas; con sus medios, puede medirse con cualquier otra época y salir ganando. No ha vuelto a haber un hombre normal como Sims en The Crowd, un amor como el de 7th Heaven, un Napoleón como el de Gance o una épica como la de Intolerance.
Los momentos técnicamente más sorprendentes son los iniciales; la llegada de Sims a NY va seguida de unas imágenes que transmiten una sensación de tumulto (de "crowd") que no se han vuelto a ver, y que, desde luego, no se van a superar con infectos CGI. Y de ahí a la amenazante presentación del edificio en contrapicado y a la asfixiante vida de hombre normal del protagonista entre un océano de contables.
A partir de ahí, la lucha del hombre por nadar en una corriente deshumanizada que no se puede detener ni para compadecerse de sus desgracias más terribles, dejando en el camino al que no sea capaz de seguirla. De nuevo, esta idea cuenta con escenas difícilmente igualables, en el trabajo del protagonista, con su familia o en plena calle.
Una de las mejores muestras de que el cine mudo no necesita miradas compasivas; con sus medios, puede medirse con cualquier otra época y salir ganando. No ha vuelto a haber un hombre normal como Sims en The Crowd, un amor como el de 7th Heaven, un Napoleón como el de Gance o una épica como la de Intolerance.

7.3
18,583
9
22 de octubre de 2011
22 de octubre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los actores están magníficos: Gene Wilder aparece poco pero te partes de risa con cada plano; Pollard y Estelle Parsons hacen una interpretación bastante peculiar, pero el caso es que funciona (tanto que ella se llevó el óscar); pero Faye está maravillosa. La peli empieza con una escena suya sola y desde esos planos iniciales hasta el estremecedor final, se hace con la película por encima de todos los demás, incluyendo a Hackman y Beatty. Cuando está alegre, ríe toda la escena, aunque al lado esté su compañero con serios problemas; cuando se hastía, el tedio es la nota dominante, aunque en el mismo plano haya cuatro personajes riendo a carcajadas. El personaje más complicado y rico en matices; no lo desperdicia. Que una mujer así acepte esa relación y vida y resulte creíble es mérito suyo.
El guión, tras los retoques de Towne, es un caramelo: en manos de Penn, se convierte en una película única. En las de Truffaut, que era el director previsto, hubiera sido algo muy distinto, seguramente más desequilibrado y menos vivaz. Beatty fue prudente y rechazó hacerla él mismo a pesar de luchar vehementemente para hacerla realidad.
El espacio al margen de la acción es bien aprovechado. Personajes suficientemente dibujados, relaciones, drama, comedia, pequeños momentos de retrato social, el poético punto de inflexión del encuentro de Bonnie con su madre, donde más destaca el trabajo de Burnett Guffey (otro óscar), ya notable durante todo un metraje con relevancia de los paisajes, la soberbia ambientación, etc.
La realización y el ritmo del guión la convierten en una de las pocas pelis ante las que casi cualquier aficionado se rinde, por cerrado que sea al cine de hace más de X años.
Imprescindible.
El guión, tras los retoques de Towne, es un caramelo: en manos de Penn, se convierte en una película única. En las de Truffaut, que era el director previsto, hubiera sido algo muy distinto, seguramente más desequilibrado y menos vivaz. Beatty fue prudente y rechazó hacerla él mismo a pesar de luchar vehementemente para hacerla realidad.
El espacio al margen de la acción es bien aprovechado. Personajes suficientemente dibujados, relaciones, drama, comedia, pequeños momentos de retrato social, el poético punto de inflexión del encuentro de Bonnie con su madre, donde más destaca el trabajo de Burnett Guffey (otro óscar), ya notable durante todo un metraje con relevancia de los paisajes, la soberbia ambientación, etc.
La realización y el ritmo del guión la convierten en una de las pocas pelis ante las que casi cualquier aficionado se rinde, por cerrado que sea al cine de hace más de X años.
Imprescindible.
15 de enero de 2011
15 de enero de 2011
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si te interesa la historia de Bathory, no estás de enhorabuena. Porque por mucho que te adviertan de lo floja que es la película, no podrás evitar verla y perderás 2 horas y cuarto de tu vida.
La intención es claramente desmitificadora. Así que olvida la historia como la conocías. Si no la conocías, peor todavía, ya que la leyenda negra queda apenas esbozada sin suscitar interés alguno.
Si el enfoque se pretende histórico, prácticamente no lo percibes, y el único momento en el que se tiene a bien desgranar algún hecho con visos de ser real a través de texto, es al final; un texto, eso sí, que ya no pinta nada. En lugar de eso, podríamos haber sido partícipes mucho antes de qué elementos llevan al director a estas conclusiones. Nunca nos lo dice. De hecho, durante la mayor parte del metraje lo que te están metiendo es puro relleno. Hay, fácilmente, una hora de paja.
La fotografía es aparente, por momentos, aunque a partir de la primera hora son un poco chirriantes cosas como que todos los lugares a la luz de las llamas parezcan el mismo, sean la alcoba de la condesa o sus mazmorras, de las que se hace un uso muy revelador respecto a las intenciones del film.
Como he dicho, el retrato histórico que podría salvar la obra es paupérrimo y deslavazado. Pero el de los personajes es casi peor. Claro que estando al servicio de los bandazos de semejante guión, no había lugar para otra cosa. La protagonista es una sádica alucinada en un momento, Marie Curie al otro, y Sissy Emperatriz al siguiente, según convenga, con transiciones muy poco convincentes.
El "hallazgo" de los particulares Guillermo de Baskerville y su Adso no aporta absolutamente nada más que enfarragar la ya dispersa narración con chascarrillos a modo de invenciones que brindan algunos de los momentos más ridículos de toda la cinta. Ridículos, que no graciosos.
Darvulia es una simple concesión al morbo de la leyenda; su peso es absurdo pese al forzado escorzo final y, de nuevo, la supuesta desmitificación o perspectiva histórica, ya débil por la poca seriedad que se ha puesto en ella, es obstaculizada por elementos de relleno.
Las intrigas de palacio, en las que se basa buena parte de la película, están presentadas y desarrolladas sin el menor gancho. Un par de escenas sobrarían para contar lo mismo mejor. En cambio, lo hace en muchas, prolongando la situación de narración estancada y pesada pero sin clarificar más lo que debiera.
SIGO EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO, PERO NO HAY SPOILER.
La intención es claramente desmitificadora. Así que olvida la historia como la conocías. Si no la conocías, peor todavía, ya que la leyenda negra queda apenas esbozada sin suscitar interés alguno.
Si el enfoque se pretende histórico, prácticamente no lo percibes, y el único momento en el que se tiene a bien desgranar algún hecho con visos de ser real a través de texto, es al final; un texto, eso sí, que ya no pinta nada. En lugar de eso, podríamos haber sido partícipes mucho antes de qué elementos llevan al director a estas conclusiones. Nunca nos lo dice. De hecho, durante la mayor parte del metraje lo que te están metiendo es puro relleno. Hay, fácilmente, una hora de paja.
La fotografía es aparente, por momentos, aunque a partir de la primera hora son un poco chirriantes cosas como que todos los lugares a la luz de las llamas parezcan el mismo, sean la alcoba de la condesa o sus mazmorras, de las que se hace un uso muy revelador respecto a las intenciones del film.
Como he dicho, el retrato histórico que podría salvar la obra es paupérrimo y deslavazado. Pero el de los personajes es casi peor. Claro que estando al servicio de los bandazos de semejante guión, no había lugar para otra cosa. La protagonista es una sádica alucinada en un momento, Marie Curie al otro, y Sissy Emperatriz al siguiente, según convenga, con transiciones muy poco convincentes.
El "hallazgo" de los particulares Guillermo de Baskerville y su Adso no aporta absolutamente nada más que enfarragar la ya dispersa narración con chascarrillos a modo de invenciones que brindan algunos de los momentos más ridículos de toda la cinta. Ridículos, que no graciosos.
Darvulia es una simple concesión al morbo de la leyenda; su peso es absurdo pese al forzado escorzo final y, de nuevo, la supuesta desmitificación o perspectiva histórica, ya débil por la poca seriedad que se ha puesto en ella, es obstaculizada por elementos de relleno.
Las intrigas de palacio, en las que se basa buena parte de la película, están presentadas y desarrolladas sin el menor gancho. Un par de escenas sobrarían para contar lo mismo mejor. En cambio, lo hace en muchas, prolongando la situación de narración estancada y pesada pero sin clarificar más lo que debiera.
SIGO EN SPOILER POR FALTA DE ESPACIO, PERO NO HAY SPOILER.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El interés que podría tener el conocer otra versión de esta historia se pierde totalmente al no aportar ningún hilo serio del que tirar. De una historia que se vende sola, se ha quitado todo lo interesante sin ofrecer nada a cambio. Si quieres desmitificar, opón el mito a tu versión o haznos saber de algún modo en qué la apoyas para que podamos ser mínimamente cómplices.
Creo que es la primera vez que me enfrento a una adaptación en la que las licencias creativas sirven para desproveer de atractivo a la historia, en lugar de para lo contrario.
Conclusión; según todos los datos de que disponemos, la tal Bathory era muy guapa, y la protagonista también. Si necesitas otras dos horas para entenderlo, es tu peli.
Creo que es la primera vez que me enfrento a una adaptación en la que las licencias creativas sirven para desproveer de atractivo a la historia, en lugar de para lo contrario.
Conclusión; según todos los datos de que disponemos, la tal Bathory era muy guapa, y la protagonista también. Si necesitas otras dos horas para entenderlo, es tu peli.
MiniserieDocumental

6.7
9,813
5
4 de julio de 2019
4 de julio de 2019
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El documental deambula sin rumbo durante mucho rato. No está mal, pero resulta un tanto confuso, porque, al principio, parece que se inclina por una crítica al trato que dieron los medios al tema, pero luego empieza a diseccionar el caso y da a entender que va a ofrecer lo que supongo que la mayoría veníamos buscando, nuevas revelaciones, alguna sorpresa, alguna nueva dirección, investigación o algo que apuntale lo ya sabido. Finalmente, parece más dedicado a dejar a dos de los personajes protagonistas como dos tipos con pocos escrúpulos en cuanto a sus negocios, en especial uno de ellos. El análisis del caso acaba por ser un refrito de lo que ya se sabía, no trae nada nuevo para quien lo conozca, salvo repetir los mismos testimonios veinte años después. No todo el mundo puede hacer Paradise Lost.
Pero, hete aquí que, en los últimos diez minutos, parecen darse cuenta de que al documental le falta un desenlace, una intención, y que no tiene una propuesta clara, y decide inventarse una de moda, con lo que pasa a enlazar el caso con una ametralladora de imágenes y noticias para someter al espectador al Método Ludovico y dejarlo bien aturdido con una colección de eslóganes de ideología de género que da un volantazo al supuesto documental sobre el crimen, que, sin previo aviso, se transforma en un panfleto, redireccionando todo el tema de forma tan abrupta como absurda. De repente, ya no estás ante el relato de una tragedia y de un asesino psicópata, sino ante el discursito del heteropatriarcado y toda la ya consabida retahíla.
La verdad es que esta coda da un bajón a la experiencia, como todo lo que toma al espectador por idiota, pero tampoco venía de un punto muy alto. Lo más sorprendente es corroborar la cara dura de algún sujeto, sosteniendo invenciones delirantes hasta el borde de la muerte, pero todo lo demás es un mero resumen, un buen resumen, pero nada más, de lo ya sabido del caso. Aprovechable, salvo el estropicio del final.
Pero, hete aquí que, en los últimos diez minutos, parecen darse cuenta de que al documental le falta un desenlace, una intención, y que no tiene una propuesta clara, y decide inventarse una de moda, con lo que pasa a enlazar el caso con una ametralladora de imágenes y noticias para someter al espectador al Método Ludovico y dejarlo bien aturdido con una colección de eslóganes de ideología de género que da un volantazo al supuesto documental sobre el crimen, que, sin previo aviso, se transforma en un panfleto, redireccionando todo el tema de forma tan abrupta como absurda. De repente, ya no estás ante el relato de una tragedia y de un asesino psicópata, sino ante el discursito del heteropatriarcado y toda la ya consabida retahíla.
La verdad es que esta coda da un bajón a la experiencia, como todo lo que toma al espectador por idiota, pero tampoco venía de un punto muy alto. Lo más sorprendente es corroborar la cara dura de algún sujeto, sosteniendo invenciones delirantes hasta el borde de la muerte, pero todo lo demás es un mero resumen, un buen resumen, pero nada más, de lo ya sabido del caso. Aprovechable, salvo el estropicio del final.

5.8
14,129
2
20 de abril de 2013
20 de abril de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nauseabunda beatificación entregada desde el principio a un ensalzamiento sonrojante de Thatcher y su ideología, empleando para ello unos recursos y un punto de vista que toman al espectador por idiota militante. Sólo disfrutable por los correligionarios de tan nefando personaje, que verán en esta producción la plasmación devota de sus ideas, con la consabida retórica ("estómagos agradecidos", "ellos creen en la huelga y yo en trabajar", "los sindicatos no están para eso", etc) al margen de unas virtudes como película que no tiene.
El valor de su retrato histórico es, simplemente, nulo, lo cual la invalida para todos los demás, habida cuenta de su negativo valor cinematográfico.
El arranque (si tenemos la generosidad de entender como "arranque" nada menos que media hora de película) se dedica a ofrecer a Thatcher como una abuelita entrañable, con una puesta en escena austera, aburrida, y telefílmica. De ahí, mediando un par de flashbacks de su juventud que ubican a Nuesta Señora del Libremercado entre un superhéroe y Bernardette, pasa a la parte en la que arranca su vida política. A partir de ahí, el esquema es presentar el conflicto sin explicación alguna mediante imágenes de documental, mostrando a los enemigos ideológicos de la protagonista como necios, terroristas, fanáticos gritando frases hechas con el gesto desencajado hasta la animalización, etc, y, en el otro lado, ella respondiendo las monsergas de su bando con la serena fuerza del ser superior e iluminado que la película pretende hacernos creer que es, llegando a retratarla caminando a ralentí con luz mesiánica y pétalos y coronas de rosas a sus pies entre los aplausos y lágrimas de quienes se despiden de ella. Literalmente. Entre medias, más de una vez se arranca con un mitin político en ocasiones tan forzadas como su petición de matrimonio, una cena familiar, o una visita al médico. El contraste entre la naturaleza de la escena y el discurso que se pega sin venir a cuento te saca de la película como una bofetada, es indefendible, no por su contenido, sino por su ridícula forma de calzarlo en ese punto.
Al menos, durante la segunda parte, abandona un poco la soporífera dirección de la primera, es lo único positivo que añadir a la interpretación de Streep. El resto es un excremento.
Le doy una estrella porque es obligatoria y otra por Streep y la parte de las Malvinas, donde anima un poco el ritmo y administra la secuencia con cierto sentido, al margen de su punto de vista o su rigor.
Mala con ganas.
El valor de su retrato histórico es, simplemente, nulo, lo cual la invalida para todos los demás, habida cuenta de su negativo valor cinematográfico.
El arranque (si tenemos la generosidad de entender como "arranque" nada menos que media hora de película) se dedica a ofrecer a Thatcher como una abuelita entrañable, con una puesta en escena austera, aburrida, y telefílmica. De ahí, mediando un par de flashbacks de su juventud que ubican a Nuesta Señora del Libremercado entre un superhéroe y Bernardette, pasa a la parte en la que arranca su vida política. A partir de ahí, el esquema es presentar el conflicto sin explicación alguna mediante imágenes de documental, mostrando a los enemigos ideológicos de la protagonista como necios, terroristas, fanáticos gritando frases hechas con el gesto desencajado hasta la animalización, etc, y, en el otro lado, ella respondiendo las monsergas de su bando con la serena fuerza del ser superior e iluminado que la película pretende hacernos creer que es, llegando a retratarla caminando a ralentí con luz mesiánica y pétalos y coronas de rosas a sus pies entre los aplausos y lágrimas de quienes se despiden de ella. Literalmente. Entre medias, más de una vez se arranca con un mitin político en ocasiones tan forzadas como su petición de matrimonio, una cena familiar, o una visita al médico. El contraste entre la naturaleza de la escena y el discurso que se pega sin venir a cuento te saca de la película como una bofetada, es indefendible, no por su contenido, sino por su ridícula forma de calzarlo en ese punto.
Al menos, durante la segunda parte, abandona un poco la soporífera dirección de la primera, es lo único positivo que añadir a la interpretación de Streep. El resto es un excremento.
Le doy una estrella porque es obligatoria y otra por Streep y la parte de las Malvinas, donde anima un poco el ritmo y administra la secuencia con cierto sentido, al margen de su punto de vista o su rigor.
Mala con ganas.
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