Esa misma belleza que el protagonista busca en la joven adolescente y que acaba encontrando y regalándonos, justamente por no renunciar a ella. Una belleza que inunda hasta su cadáver, listo para que unos ojos apropiados la reconozcan.

Los míos la vieron.

Al principio, el individuo con el que se topa también me ha parecido encantador, como a ella. Digno de la aventura en la que se mete. Tras la decepción, y como yo esperaba, su tierna madurez logra sobrevivir, gracias a algún golpe de suerte y a ciertas ayudas externas que llegan a tiempo, pero que también Jenny se encarga de buscar.

Creo que la madurez del personaje es el gran valor de esta película. Madurez que se refleja en su capacidad para decir SI ("pero yo quiero ir contigo"), para decir NO, para pedir perdón, para dar la cara, para reconocer errores, para disfrutar del momento, para cambiar de rumbo en busca de nuevos momentos...

Una madurez que sin embargo se ve empañada en un detalle que no entiendo cómo ha pasado desapercibido a la directora. Jenny, arrastrada por ciertas fallas en su educación, llega a aceptar la ilegalidad en la que vive su galán, algo de lo cual no queda finalmente redimida.

Por último está la cuestión que plantea An Education. ¿Para qué necesita una persona culta una carrera? ¿Conseguir un Título o vivir? No son incompatibles. Jenny lo descubre.

La consecución de ciertas metas nos hace libres.

Para mi la pregunta que nos plantea esta magnífica película es: ¿hasta qué punto somos responsables o cómplices de las ataduras sociales que nos rodean? O de su creación. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Por ejemplo, aquí tenemos a Tula, una mujer que se siente poderosa luciendo la rigidez moral que su época le proporciona. La ciñe a su cuerpo con la misma altanería con la que se ajusta los vestidos de luto.

Al final, me alegro, se le desmonta el chiringuito. Pero este tipo de comportamientos no concluye con Tula y con su época; continúa en el presente. Y no me refiero sólo a la mojigatería; también a la violación. Ahora ya no vale la excusa la represión sexual ejercida desde la sociedad. Por eso existe siempre la tentación de recuperarla, o de inventar otras.